Después de la primera reunión en la que conocí al nuevo novio de mi madre, los días ya no eran iguales a antes de que él apareciera en nuestras vidas, porque quiera o no, yo era parte del combo familiar. Si de primera me había desagradado un poco, ahora lo hacía más, de repente mamá comenzaba a llegar a media noche y me dejaba dinero para que me encargara yo sola de buscar o hacerme algo para cenar. No deseaba ser egoísta pero debía reconocer que me daba celos el no poder pasar tiempo con ella.
No la culpaba, yo ya estaba grande y en vez de tener pensamientos de ese tipo, tendría que ocupar mi tiempo libre en socializar con personas de mi edad. El año estaba finalizando y también la preparatoria; digamos que esto parecía como si fuese las últimas veces en las que me sentiría una niña, una vez que terminsra la escuela, llegaría el momento de hacerme cargo de mi vida por completo. Sin embargo, primero iba a disfrutar de las vacaciones; mis planes constaban de hacer maratón de todas las series y películas que no había podido ver durante los dos últimos meses al estar ocupada con los exámenes finales. 

Un par de golpecitos en la puerta hicieron eco en la habitación, alcé la cabeza de inmediato, liberándome de mis pensamientos. De pronto la cabeza de mi madre se asomô hacia dentro.

—Cariño, ¿Podemos hablar un momento? 

Asentí sospechando de que eso de lo que ella quería hablar, sería un tema desagradable para mí.
La observé acercarse y sentarse a los pies de la cama; cambié a postura sentada y me dispuse enteramente a oír sus palabras, lo que más que seguro tenía que ver con su novio.

—Sé que llevo poco tiempo en pareja con Joseph y no es normal tomar desiciones apresuradas, sobre todo si se trata de la familia. Pero lo quiero demasiado y él me quiere, por eso hemos hablado sobre probar vivir juntos. Mudarnos a una nueva casa y es por eso que he venido a saber cuál es tu opinión. 

Guarde silencio, no porque no deseara darle mi opinión al respecto, sino porque de cualquier forma ésta no iba a contar, ellos ya habían acordado mudarse. Podía imaginar que ya habían programado citas para conocer algunas casas o departamentos, o quizás haga ya la habían comprado y ahora se paseaban por las tiendas escogiendo las cortinas para la ventana de la cocina. 
Puse los ojos en blanco, sin importa que me viese y respondí que estaba bien.

—Si eso es lo que quieres y te hace feliz, no tengo problema. —agregué con poco entusiasmo.

Aunque sabía que más adelante podría llegar a arrepentirme y no tener otra oportunidad para negarme a ello, tenía que arriesgar. Se trataba de la felicidad de moadre, no la mía y poras que pensara diferente y me reprochara a mi misma mi actitud, era imposible que hiciera algo para lastimarla. Entonces, separarla de Joseph entraba en ese grupo de cosas que la pondrían triste, que harían denotar su secreta infelicidad. 

Algo en mi interior me provocaba culpa, tal vez el hecho de que ella tuviese que cuidarme sola, una mujer joven quizás con sueños o metas a cumplir, pero de repente queda embarazada y su futuro se ve opacado. Sí, tal vez sea eso, porquee siento como una mancha imposible de borrar en su vida; mis abuelos fueron de mucha ayuda durante mis primeros años de vida, pues gracias a su disposición para cuidar de mi, ella pudo finalizar sus estudios universitarios y recibir un título médico. La admiraba y sentía lastima a la vez, sentía que le debía mi apoyo.

Llegado el fin de semana, los planes salieron a la luz, justo como lo había pensado, ya habían comprado un departamento y solo quedaba empacar y trasladar algunos muebles a la nueva casa. En las primeras cargas mi madre había viajado sola mientrase quedaba cuidando la vivienda que estábamos por dejar atras, pero en las dos últimas fui yo quien se encargó de acompañar al camión de transporte en dicho transcurso descubrí que había más inmobiliario ya estaba situado en el lugar. Joseph me mostró la que sería mi nueva habitación, sin embargo al ingresar lo que más llamó mi atención fue que hubiese otra cama. ¿Quien más se iba a mudar? ¿Que era lo queiadre olvidó contarme?