Viernes 1 de Julio 1955

-¡Joohyun!

La llamo por milésima vez en el día tal vez, pero justo como las otras 997 veces anteriores, no hubo respuesta de su parte. Llevaban caminando lo que se sentían dos horas desde aquel parque en el centro de la ciudad con una dirección que no parecía tener sentido. A partir del momento en que la chica del pasado dio la media vuelta en el parque cerca de la estación de trenes, había estado ignorando a Sooyoung. Simplemente parecía ir caminando sin una trayectoria fija, doblaba en repetidas ocasiones cuando podría ahorrar tiempo y esfuerzo al ir derecho. Pensándolo bien, podría estarlo haciéndolo para intentar perder a su extraña acosadora en las concurridas y todas similares calles de la ciudad.

Joy se preguntaba si se dirigiría a su casa o a ningún lado en realidad, pero cualquiera que fuera la respuesta era un riesgo para su realidad. Tendría que hacer algo y lo más pronto posible, no sólo el que Joohyun estuviera en la ciudad y no en el tren era un gran riesgo, sino, también ella misma al estar en una época en la que no se suponía debía de estar.

-Por favor, Joohyun. Sé que esto se ve muy mal, pero te prometo que mis intenciones son buenas – Comenzaba a sentir el cansancio en su cuerpo y también el hambre, sólo había probado la barra de cereal que Wendy le dio por la mañana, antes de que todo esto se complicara.

Aún si sus piernas eran significativamente más largas que las de la chica del pasado, tenía que hacer un esfuerzo más grande para ir a su ritmo. Esta chica debería de ser una atleta, en todo este tiempo no había mostrado señales de cansancio. ¡Ni una sola gota de sudor!

-J-Joohyun – Le comenzaba a faltar el aire.

La chica del pasado finalmente pareció reaccionar ante sus palabras al detenerse en seco. Joy también dejó de caminar, esperando alguna otra señal que le indicará que al menos no estaba siendo ignorada completamente.

-¿Y cuáles son esas intenciones exactamente? – Giró su cuerpo en su dirección con la furia presente en sus ojos.

-Yo… – Respondió en casi un susurro posiblemente debido a la falta del aire. O más bien eso quería creer ella. La mirada de esa mujer tan hermosa no era juego, sentía que en cualquier momento podría fusilarla con la ayuda de nada más que ese par de ojos cafés.

-¿Si tus intenciones no son malas entonces por qué no me las dices de una buena vez?

Levantó su ceja derecha, convirtiendo su mirada en una desafiante. Su mente se puso en blanco. ¿Exactamente qué le podría decir a la chica del pasado? Si empezara por la verdad no le creería y no se le ocurría nada convincente. Pasaron unos segundos y Joy finalmente abrió la boca para responder, pero Joohyun fue más rápida y la interrumpió.

-No te creería, ya lo sé.

Bufó una vez más y justo como unas horas atrás, dio la media vuelta y comenzó a caminar, sólo que esta vez con más rapidez. Joy se sorprendió de su energía pero no le quedó otra opción y la siguió nuevamente.

Cuando se acercaban a una esquina de aquella cuadra peculiarmente colorida Joohyun fue bajando su velocidad, hasta detenerse en la puerta de lo que parecía ser un restarurante dinner temático de los años 50’s. Joy se quiso golpear a sí misma cuando recordó en dónde estaba. Joohyun entró y se sentó en una mesa, volteó a ver a su extraña acosadora que la seguía lentamente, pero esta solo podía observar a su alrededor, todo se sentía sacado de una película. Desde las paredes teñidas a tonalidades pastel, el piso brillante bicolor, estructuras metálicas, mesas con asientos de cuero azul auténticos a las orillas y al centro una gran barra que rodeaba la cocina. Sin duda era un lugar amplio, y lleno de personas comiendo, hablando y disfrutando de la música que provenía de la jukebox de la esquina.

-¿No te vas a sentar? – Escuchar eso sorprendió a Joy, la sacó de sus pensamientos ¿qué estaba pasando? – Luces muy pálida, siéntate.

Joy hizo lo que le ordenó y se sentó en frente de ella. Joohyun solo la miraba fijamente, sin decir nada. Si era incómodo para ella no podía imaginar para la chica del pasado.

-¿Qué van a ordenar? – Una mesera muy amable se acercó a su mesa. Joy no podía pensar claramente, ¿qué estaba sucediendo? Esto estaba mal, no debían de estar ahí.

-Dos malteadas de chocolate y tal vez un sándwich caliente para ella, ¿está bien?

Un chasquido de dedos sacó a Joy de sus pensamientos. Ambas, tanto Joohyun como la mesera la miraban a la expectativa.

-Ah, sí.

-Muy bien, ahora vuelvo con su orden.

La mesera se retiró a seguir atendiendo otras mesas, el lugar estaba lleno.

-¿Y bien? Necesito que empieces a hablar, ¿qué quieres de mí? Porque me llevaste contigo, me bajaste del tren y me has estado siguiendo por las últimas dos horas – Joy solo podía mirar hacia sus manos en su regazo, estaba jugando con sus dedos, como si eso de alguna manera la ayudara a saber qué decir – Aparentas conocerme y saber mucho acerca de mí. Presumes que tus intenciones son buenas pero no las externas.

-No solo lo aparento, sé cosas de ti y de lo que iba a pasar este día.

-¿Cómo podrías saberlo? Ni siquiera nos conocemos – Joohyun llevaba una expresión de incredulidad y no podía culparla.

La mesera interrumpió lo que fuese que iba a salir de Joy, dejo su pedido en la mesa y se retiró. Joohyun suspiró, tomó su bebida y la probo. Por su cambio de expresión facial Joy podía decir que la otra chica también tenía hambre, tal vez un pequeño descanso de su tormenta interior no estaría mal.

-Deberías hacer lo mismo, te ves mal nutrida.

Joy observó sus palmas, definitivamente les faltaba color, usualmente tenían un tono ligeramente rosado pero ahora este no se encontraba por ningún lado. Tomó el sándwich y le dio una mordida. Su estómago y su cabeza lo agradecían.

Permanecieron ambas comiendo en silencio, aunque aún era incomodo ambas estaban muy metidas en sus propios pensamientos. Joy sabía que tendría que hablar, esa era la única manera de hacer que Joohyun confiara en ella. Cuando terminó su sándwich se sintió un poco mejor, con más energía, por lo que se decidió por darle algún tipo de explicación a la chica, probablemente no era una buena idea lo que estaba por hacer pero no tenía alternativa realmente. ¿Cierto?

-Muy bien, hablaré. Mi nombre es Park Sooyoung, y aunque tú no me conozcas, yo a ti sí, Joohyun. Y sabía todo lo que iba a pasar el día de hoy – Joohyun apartó la mirada de su malteada, ahora vacía, para fijarla en ella, pero permaneció en silencio para permitirla terminar – Tengo 20 años, nací en esta ciudad, pero pasé un año estudiando en el extranjero. Así que podríamos decir que no soy de por aquí precisamente… He venido aquí porque tengo algo importante que cumplir. Pero lo más importante, es que conozco a Seungwan.

Ese nombre, era una fibra sensible en Joohyun, se podía notar gracias a la manera en la que frunció el ceño al escuchar esa última frase.

-Sé que Seungwan es tu mejor amiga y que hoy te fue a ver a la estación de tren, en realidad, fue a despedirse de ti. Llevaban tiempo sin verse y ella necesitaba hacerlo antes de que te fueras. Te llamó por tu nombre cuando ibas subiendo por el vagón y casi tropiezas por la sorpresa. Pero aun así no miraste atrás y subiste al tren. Segundos después tú y yo chocamos.

-Conoces a mi mejor amiga, pero eso no explica por qué me bajaste de ese tren. Y lo demás lo pudiste haber visto en ese momento.

Esta chica sí que era un hueso difícil de roer.

-Tengo una misión muy importante que cumplir, y el no permitir que tomarás ese tren era parte de.

-Entonces dime cuál es esa tan importante misión, porque si no, solo confirmaré la idea de que eres una acosadora.

-No… – La mirada de Joohyun no se había ablandado ni un poco, por el contrario, parecía que con cada palabra que salía de los labios de Joy se iba endureciendo aún más – Está bien, pero no te agradará… Tengo que llevarte conmigo.

-¿Estás jugando, verdad?

-Aquí está su cuenta – Para fortuna de Joy la mesera interrumpió una vez más.

Dejó el papel en la mesa y cuando se retiró, Joohyun soltó una carcajada.

-No sé qué obsesión rara tengas conmigo como para querer raptarme, pero eso no sucederá – Finalizó con una sonrisa torcida.

Esta mujer era increíble, de alguna manera Joy se sentía como si la hubiesen rechazado, era una sensación extraña. Nunca había pasado por ello y generalmente ella no era la que perseguía a la otra persona, siempre era al revés, entonces, ¿en qué momento se había puesto del otro lado? Aunque claro, no es como que la situación fuera la misma o que Joy estuviera tratando de conquistarla de alguna manera muy extraña y retorcida, simplemente quería salvar a esta mujer. Pero tenía que admitir que cada vez que lo pensaba parecía exactamente eso, ¡una acosadora!

No, no, no, no. Ella no era ninguna acosadora, pero tampoco podía decirle la verdad a Joohyun, ¿tendría que decidir entre aparentar ser una acosadora por querer llevarla consigo o aparentar ser una demente, chiflada que dice venir del futuro? Esto era genial.

Joy se encontraba al borde de un colapso mental acerca de su reputación mientras que Joohyun solo podía verla divertida, parecía ser consciente de que puso en aprietos a la chica. Después de unos instantes se decidió por ponerle fin a eso e irse. Comenzó a buscar en los bolsillos de su falda por el poco cambio que llevaba cuando la puerta del concurrido restaurant se abrió, permitiendo el paso de una silueta demasiado familiar. Esto no podía estar pasando.

-Voy al tocador – Dijo muy sutilmente, se levantó de su lugar y se fue prácticamente corriendo. Eso detuvo los pensamientos de Joy acerca de qué hacer. Giró en busca de lo que había hecho a Joohyun huir. No pasaron ni dos segundos cuando encontró la respuesta.

Su corazón se saltó un latido, por un segundo pensó que era… Wendy. El parecido era impresionante, eran idénticas.

Seungwan se acercó a la barra, parecía estar esperando a que alguien la atendiera. Por su aura parecía no tener idea de nada aún, se podía ver cierto deje de tristeza en ella, pero supuso que era normal por lo que pasó en la estación de trenes.

Joy fue al baño tras Joohyun, tal vez esta era su oportunidad.

-¿Joohyun?

Podía ver claramente en qué cubículo se encontraba, los demás estaban vacíos, y juzgando por la dirección de sus pies podía deducir que la chica se encontraba recargada con la espalda en la puerta.

-¿Qué quieres, Sooyoung?

Su tono era amenazador, pero era la primera vez que la llamaba por su nombre, se sentía extraño.

-Sé por qué te escondes aquí, entiendo porque no quieres enfrentar a Seungwan- Joohyun la interrumpió.

-¡¿Y cómo se supone que vas a saber eso si no eres yo?!

Okay, definitivamente estaba molesta. Aunque en el fondo ambas sabían por qué, Joy tendría que ganársela, convencerla de irse con ella, y esto parecía ser lo indicado.

-Lo siento… Tienes razón, no sé qué es lo que sientes, pero de verdad sé más de lo que crees, Joohyun. Y si me das la oportunidad te lo puedo demostrar, yo te puedo ayudar – Pasaron uno, dos, cinco segundos en silencio – Si no quieres enfrentarla, te puedo ayudar a salir de aquí sin que te vea.

Lentamente la puerta del cubículo se abrió, revelando a una Joohyun más dócil que con la que había hablado hacía unos minutos en la mesa. Cabizbaja se acercó a ella y preguntó

-¿Cuál es tu plan?

-Abrázame.

Debía estar jugando, Joohyun cambió al suelo por su acosadora para interrogarla con la mirada.

-A las personas les incomoda las muestras de afecto públicas. Si es que Seungwan voltea a nuestra dirección, bastará con que te escondas entre mis brazos para que aparte la mirada.

Joohyun no se veía muy convencida, pero para sorpresa de ambas se lanzó a abrazarla como un koala. Joy no se podía mover, todavía estaba intentando procesar lo que estaba ocurriendo cuando la chica bajita comenzó