Es oscuro aquí, pero brillas para mí

No pueden saber
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Desde que Giselle se mudó a Corea hace unos años hasta ahora ha tenido distintos amigos, su personalidad relajada y algo extrovertida la hizo estar rodeada de gente, pero con los años sus amistades han ido rotando. Nunca se mantenía mucho en un círculo de amigos, pero no es una solitaria, solo le gusta conocer distintas personas.

Este último mes ha compartido mucho con su compañero Zhong Chenle, aunque a veces él faltaba a clases porque se encontraba ocupado siendo una estrella infantil. Desde los diez años Chenle aparecía en comerciales, algunos dramas y en musicales.

Chenle es muy insistente, berrinchudo y a veces le gustaba molestar mucho. También es amigable y gracioso. Fue el primer compañero que habló con ella cuando llego a la escuela, pero este año se han acercado más porque la profesora le pidió a ella que le llevara las guías y apuntes de las clases que el chico estrella ha faltado.

Como conversan mucho, sus compañeros comenzaron a molestarlos y decir que eran novios. Giselle se sentía incomoda cuando los molestaban, así que intento no juntarse mucho con Chenle frente a sus compañeros.

Pero hoy la estrella infantil le pidió ayuda para terminar una tarea, así fue como termino en la enorme mansión del chico, su mamá la pasaría a buscar en una hora y ya terminaron la tarea.

—Soy gay, así que no creas lo que dicen de que me gustas, solo eres mi mejor amiga. —Chenle confeso.

—¿Soy tu mejor amiga? —Giselle lo miro confundida, sin comprender en qué momento paso eso.

—Hola, salí del closet ¿no te vas a sorprender? 

—Vi unos mangas que tienes escondido en tu libro de matemática y usas un llavero con un arcoíris. No lo ocultas mucho.

—¿Me odias? —el chico pregunto con temor—. Tenía miedo de decirlo porque tal vez te disgusté, pero se lo conté a mi hermanastro Jeno y él fue muy genial al respecto… yo esperaba que lo tomaras bien, pero si… si eres homofóbica-

—No soy homofóbica y no te odio. —respondió de forma apresurada

—Pero este tiempo eras tan fría conmigo, pensé que te habías dado cuenta y que me odiabas.

—Perdón por ser así es solo que nuestros compañeros nos molestan y me hace sentir incomoda, pero no es tu culpa.

—No te preocupes yo lo arreglare, para eso están los mejores amigos.

—¿Por qué quieres ser mi mejor amigo? —pregunto con curiosidad.

—Porque siento que seremos amigos hasta que seamos viejos. Además, hoy te conté mi secreto así que desde hoy seremos los mejores amigos.

A los doce años acepto ser la mejor amiga de Chenle y esa edad jamás pensó que eso traería muchas repercusiones en su vida a futuro.

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Para cuando comenzó la escuela media con trece años casi todos sus compañeros hablan sobre la persona que le gusta, las celebridades del momento, el integrante de algún grupo popular.

Su compañera de asiento llamada Somi cada semana le cuenta sobre algún enamoramiento o alguna persona que encuentre atractiva. Chenle ya ha tenido su primer beso con un chico actor dos años mayor, el cual ahora es su novio. 

La única historia “romántica” de Giselle fue con Jeno, el hermanastro de Chenle al que conoció cuando comenzó a ir más seguido a la casa de su mejor amigo a pasar el rato. El romance solo sucedió en la cabeza de Chenle porque Jeno no le resulta atractivo y supone que el chico piensa lo mismo de ella.

Otro interés amoroso que le han inventado es Hendery, su nuevo amigo y vecino. Es mayor por dos años, va en último año en su misma escuela. Es amble con ella, a veces se van caminando juntos de la escuela y le ofreció enseñarle a tocar guitarra. Físicamente se parece mucho a un príncipe de cuentos y hay muchas suspirando por él, Giselle no se puede identificar como una de esas chicas.

Según su mamá aun no estaba lista para el romance. La mayor le pidió tener la charla sobre chicos comenzando a preguntar si es que ya tenía “algún amigo especial que le guste” y cuando respondió de forma sincera que ninguno le ha llamado la atención su madre le sonrió y dijo que aún era joven para eso.

Giselle no le dijo que en lugar de notar a chicos ella si nota a las chicas. Chicas guapas como Hwang Yeji.

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El primer beso de Giselle sucede con Hwang Hyunjin, el hermano mellizo de Yeji, en un juego de girar la botella. No se sintió bien, no como besar a Yeji una semana después en el mismo juego.

El beso la confundió mucho, sabe que existía la posibilidad de que ella le gustaran las chicas, pero la idea la asusto y le trajo mucha ansiedad. Ella no podía ser así, se supone que debe gustarle los chicos, eso le decía su mamá.

Su miedo aumento cuando vio como su mejor amigo quedo expuesto en televisión nacional cuando se filtraron imágenes de él con un chico siendo muy cariñosos y besándose. Chenle tuvo que salir del closet frente a todo el país y por eso perdió su carrera, sus oportunidades y todo por lo que trabajó desde los diez años.

Giselle tiene miedo de saber que puede perder ella.

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—Gracias por venir.

—¿De qué quería hablar Yeji? —la japonesa pregunto un poco confundida.

Hwang Yeji la cito después de clases para conversar. Desde que se dieron ese beso en la fiesta Giselle se ha sentido tímida a su alrededor y puede apostar que la otra chica también. A juzgar por la forma en la que desvía la vista y se sonroja.

—Es que me da un poco de vergüenza decirlo ahora…—Tomo un respiro y se atrevió a mirar a los ojos a la otra chica—. Esa vez que te besé en el juego… ¿cómo se sintió?

—¿Por qué preguntas por ese beso?

—Creo que soy mala besando, besé a Minho él hizo una mueca y me dijo que parecía una estatua. Como igual te besé pensé en preguntar.

Giselle estaba segura de que Lee Minho es gay. Le mandaba cartas a Chenle y lo esperaba después de clase, pero eso no es algo que le iba a decir a Yeji

—Fue un beso muy corto así que no creo que pueda ayudarte.

—¿Y si nos besamos ahora?

Giselle casi se atora con el chicle que estaba masticando, ella miro a su alrededor por si es que la chica le estuviese haciendo una broma. Al ver el rostro de la coreana supo que no era una broma, estaba avergonzada y esta chica podría ser fácilmente un ángel disfrazada de humana, muy inocente y también muy torpe como para hacerle un mal a alguien.

—Pero somos ambas chicas.

—Por eso te lo estoy pidiendo, creo que serias más comprensiva que algún chico y ya nos besamos una vez.

La japonesa se sentía nerviosa, la propuesta sonaba tentadora, Yeji es muy guapa y besarla fue mucho mejor que haber besado a Hyunjin. Nuevamente esto no se lo diría a Yeji. Pero si alguien se entera o si las ven comenzaran los rumores.

—Si acepto esto tendría que ser un secreto, ni Hyunjin puede saberlo.

—No se lo contare a nadie, puedes confiar en mí.

Lo que solo iba a ser un beso a escondidas en la sala de música, se volvió en una “práctica de besos” algunos días Yeji se acercaba para hablar y volvían a besarse a escondidas. Giselle no se quejaba porque con Yeji podía explorar un poco más sin que fuera algo serio, ambas acordaron que sería un secreto y que iba a terminar de inmediato el asunto de los besos si la otra encontraba algún novio.

No llegaron más lejos que besos inocentes, apenas movían los labios. A pesar de todo Yeji era muy tímida como para intentar algo más y Giselle no quería aprovecharse de más. Ya se sentía mal por aceptar el acuerdo sin decirle a Yeji que a ella cree que le gustaban un poco las chicas.

Su pequeño y secreto romance con Yeji no duro más de un mes, todo acabo cuando Lee Jeno apareció en la imagen.

Lee les pidió a sus padres ser transferido para proteger a Chenle del bullying que los de grados mayores estaban comenzando por ser gay. Así termino en la misma escuela que ellos y como de costumbre llamaba la atención de muchas chicas por su rostro y sonrisa encantadora.

Yeji se acercó un día para decirle a Giselle que ya no podía seguir con las practicas porque le gustaba Jeno y quería salir con él. Eso lastimo el ego de Giselle porque Yeji fue su primer interés amoroso. De todas formas, acepto y le deseo suerte. Siguieron siendo amigas, todo volvió a la normalidad o casi todo.

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Chenle está muy decaído porque su novio termino con él en el instante que salieron las fotografías. Además de que lo negó públicamente y como en la imagen no se apreciaba su perfil, pudo seguir su vida y su carrera como si nada hubiese pasado.

Hay chicos que se le han acercado para invitarlo a salir, pero los ha rechazado.

—Las relaciones apestan. —Chenle murmuro cuando vio a su hermano junto a Yeji actuando cariñoso.

—Y que lo digas. —Giselle comento.

—Odio a la gente hetero, pueden ser asquerosos y a nadie les importa pero que un gay no se atreva a mirar a alguien de su mismo o porque es pecado.

Giselle se sentía incomoda con la conversación sombría de su amigo así que intento buscar otro tema para no estar pendiente de Yeji y Jeno.

—¿Cómo vas con el tema de la audición para ese comercial?

—No soy la imagen que buscan. —respondió con tono sarcástico—. Claro que no lo soy. Un extranjero y gay no es la imagen que quieren las cadenas coreanas.

La japonesa se rindió, solo consiguió que Chenle estuviese más gruñón.

Justo en ese momento un grupo de chicos se acercó a la mesa y comenzaron a burlarse de Chenle llamándolo con distintos apodos ofensivos. Jeno de inmediato se acercó para defender a su hermano, Giselle tampoco se quedó de brazos cruzados y le arrojo su bebida a un chico que estaba intentando golpear a Chenle.

Una profesora interrumpió la pelea y mando a todos a hablar con el director, el director los castigó a todos sin importar quien comenzó la pelea, haciendo vista gorda al acoso que vive Chenle desde que se conoció su orientación ual. Sus padres tuvieron que ir a recogerlos.

—Tengo muchos problemas en el trabajo y ahora tengo que recogerte de la escuela porque estás peleando con chicos. —La mujer mayor reprendió a su hija, mientras se quitaba los zapatos en la entrada de la casa. —Gracias al cielo que la enfermera en jefe me dejo salir antes.

Giselle arrojo su bolso en el sofá y se sentó con los brazos cruzados.

—Ellos comenzaron mamá. Nosotros solo estábamos hablando, pero se acercaron a insultar a Chenle y el director no hace nada.

—Entiendo que quieras defender a tu amigo, pero Chenle… él tuvo que saber que esto iba a pasar.

Giselle quedo sorprendida ante las palabras de su madre.

—¿Se lo merece por ser gay? —pregunto con temor a la respuesta de su madre y sintiendo ganas de vomitar.

—Jamás dije eso, nadie merece ser tratado mal. —la mujer hablo con un tono más suave—. Los chicos son crueles, más con personas que piensan o viven de forma diferente a lo normal. Ahora que saben que tu amigo es gay no va a ser fácil para él.

—Pero no es su culpa, él no eligió ser así. —Giselle sentía un nudo en su garganta—. Nadie elegiría ser gay si tienes que enfrentar tanto odio.

 —No es su culpa, pero en la sociedad que vivimos se va a encontrar con muchas personas que lo hagan sentir culpable por lo que es.

—No es justo, ellos son los que están mal. Y el director no hace nada.

—Estoy orgullosa de la chica en la que te estás convirtiendo, que seas leal y quieras proteger a tu amigo. —se acercó a su hija y le acaricio el cabello—. Pero mi princesa, esa no es tu pelea, no quiero que también salgas lastimada.

—Es mi mejor amigo y no le voy a dejar solo.

—Nunca te pediría que lo dejes, Chenle ha sido un gran amigo contigo y su madre igual. Pobre Jia lo debe estar pasando mal viendo como tratan a su hijo.

Giselle se fue hasta su habitación y cerró la puerta. Había aguantado las lágrimas de impotencia, pero ya no podía contenerse. Se sentía angustiada y con miedo, ella temía que el día de mañana se a ella a la que insulten, que la culpen por algo que no puede controlar y que la hace sentir tan mal.

Su padre una vez reacciono muy mal al ver a dos hombres besándose, uso las mismas palabras que esos chicos que molestaron a Chenle. Él jamás debe enterarse que su hija es así. Su madre tampoco puede saberlo, solo le traería más problemas. Nadie debe saberlo.

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Giselle con solo catorce años aprendió a esconder su orientación ual, pero eso no le impidió explorar con algunas chicas. Compartió miradas discretas, besos inocentes escondidos. Al final ser amiga de Chenle le daba pase al mundo donde había más chicos como ellos, pertenecientes a la comunidad LGTBQ.

Yeji y Jeno habían terminado hace tiempo, su relación duro solo dos meses, pero por respeto al hermano de su amigo rechazo la oferta de Yeji de seguir con sus prácticas y acordaron no volver a mencionar el tema

Hay más chica como Yeji con quien Giselle podía experimentar sin que sus amigos se enteraran. O eso pensaba.

—Sé lo que eres. —Chenle susurro cerca del oído de su amiga.

—¿Un vampiro? —Giselle respondió con humor.

—Gigi no quise hablar de esto antes porque todos tenemos nuestros tiempos… pero sé que eres unan besadora de chicas.

Giselle quería negarlo, pero fue muy lenta y por la expresión en su rostro solo confirmo las sospechas de su amigo.

—¿Cómo lo sabes? ¿alguien más lo sabe? —pregunto nerviosa, sintiéndose observada.

—No, relájate. Solo yo lo sé.

—Pero yo fui cuidadosa.

Chenle se dio cuenta del estado de su amiga y la aparto a un lugar de la escuela donde pudiesen hablar de forma privada. La llevo a la primera sala de clase vacía y le envió un mensaje a Jeno para que lo esperara.

Una vez que se asegurar de estar a solas se atrevió a enfrentar a su amiga.

—Te vi besándote con una chica hace unos días. También lo sospechaba porque cuando jugamos a girar la botella se nota tu disgusto cuando te toca besar a algún chico. Además, Yeji, se notaba que la mirabas mucho.

—Creía que era discreta. —la japonesa se cubrió el rostro con sus manos.

—No tienes que ser discreta, que te gusten las chicas no es algo malo. Ser lesbiana no es algo terrible.

—Yo no dije que soy lesbiana. —respondió a la defensiva—. Sí besé a algunas chicas, pero solo estoy explorando y viendo que tal. Es solo una fase ya se me pasara cuando encuentre al chico que de verdad me guste.

—¿Te estas intentando engañar?

—Que tú estes bien siendo un gay no significa que todos los demás lo seamos o nos guste la idea de ser así y que nos humillen por eso.

—Vaya, no esperaba que fueras tan hiriente, pero supongo que me lo busque por presionarte y querer convertirte en una más.

El chico tuvo que morderse la lengua para no arremeter de forma dura contra su mejor amiga, pero no pudo contener toda su amargura.

—Chenle no quise decirlo así. Esto no es fácil para mí…

La fragilidad con la que hablo su amiga fue lo suficiente para calmar al chico. Entendía lo que sentía su amiga y le dolía verla tan asustada.

—Nunca es fácil Gigi, p

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