Sehun llegó a casa con los ojos enrojecidos y el cabello húmedo. Pero Luhan nunca preguntó, en cambio, envolvió al más joven en un fuerte abrazo, hasta que encontró su camino a la tierra de los sueños. Luhan, aunque se dio cuenta de cómo Sehun se aferró a él con fuerza en medio de llantos que salían de su corazón. Luhan todavía no sabía la razón, pero el único lujo que podía permitirse hacer era a acariciar el cabello del joven con amor y plantar besos suaves sobre los dos párpados cerrados.

La mañana llegó y Sehun se encontró metido de forma segura debajo de las sábanas. Supuso que Luhan debió tener un mal rato llevándolo todo el camino hasta el dormitorio. Se frotó los ojos somnolientos mientras desenredaba su cuerpo de las sábanas. Después de un esfuerzo un poco más desagradable, por fin logró salir fuera de la cama y caminar hasta la cocina. Allí encontró a Luhan. Ocupado, cocinando algo que sabía sería simplemente delicioso, con el delantal rosado firmemente atado alrededor de su cintura. Se deslizó lentamente hacia el mayor y lo sorprendió con un beso en la mejilla.

"Buenos días, precioso." susurró a los oídos de Luhan.

Luhan le sonrió, sus ojos brillaban con adoración "Buenos días, cariño."

Ambos desayunaron en silencio. Sehun atrapó a Luhan mirándolo de vez en cuando y que le preguntó qué pasaba pero este último solo negaba con la cabeza y le sonreía.

Luhan procedió a lavar los platos mientras Sehun subió las escaleras para tomar una ducha. Recibió una llamada por la mañana desde su oficina diciéndole que tenía que cumplir urgentemente con un cliente. A pesar de que quería quedarse con Luhan todo el día, no podía; con Luhan molestándolo que fuera, diciendo que estaba bien, que podía manejar un día sin él, con una risita.

Tan pronto salió del baño, sus ojos se dirigieron hacia lo que menos que quería ver. El calendario. Ya era 24 de septiembre.

Dos días más.

El rostro de Sehun decayó inmediatamente. Todavía no podía encontrar la manera para mantener a Luhan lejos de la muerte en ese día. Y todavía no se atrevía a preguntar a Luhan si tenía algún acuerdo para salir con Kai el día 26, ya que una vez lo pilló por teléfono hablando con él. Pero el engaño no estaba en la línea del interés de Sehun. Todo lo que sabía era que amaba a Luhan y que probablemente iba a salvarlo.

Luhan estaba de vuelta en su escritorio, trazando las láminas con su cabeza agachada, casi alcanzando la superficie dura del mueble. Él estaba tarareando una canción china, trazando cuidadosamente las líneas en la hoja delgada de papel blanco cuando su teléfono vibró. Él lo tomó y sus cejas se fruncieron al ver un número desconocido parpadear en la pantalla.

No obstante pulsó el botón de contestar.

"¿Aló?"

"Hola, Luhan. Ha pasado un tiempo desde la última vez que hablé contigo."

Esa voz. La reconocía.

"¡Sra. Oh! Sí, ha pasado un tiempo. ¿Cómo está?", dijo sonriente, poniendo el lápiz y recostándose de nuevo en la silla.

"He estado bien, querido, ¿y tú? Espero que Sehun esté cuidando de ti."

"Lo está." Sonrió. "No se preocupe, su hijo es una persona muy amable."

Entonces escuchó la risa de la mujer al otro lado de la línea.

"¿Puedo preguntar la razón por la que usted llamó?"

"Oh, sobre eso."

Hubo unos 7 segundos de pausa.

"¿Lu Han, está usted hoy libre? Me gustaría tener una conversación simple con usted acompañado con una taza de café."

"Estoy muy libre hoy, el día entero, Sra. Oh. Y estaré muy contento de estar con usted."

"¡Magnífico! ¿Entonces nos veremos a las 10 am en el CBTL?"

"Está bien." Él sonrió, como si la persona que estuviera en el otro lado de la línea pudiera verlo.

La mujer colgó y Luhan inmediatamente buscó en su armario. Le llevó una hora para vestirse presentablemente.

"¡Lu Han! ¡Estás tan apuesto como siempre!" ronroneó la señora Oh. Ahora Lu Han estaba seguro de dónde había sacado Se Hun ese ronroneo.

"Está demasiado hermosa como siempre, Sra. Oh." Dijo educadamente mientras se inclinaba 90 grados antes de sentarse por su cuenta al lado de la mujer de mediana edad.

"¿Ha sido un año?"

"Si mi memoria no me falla, creo que ha sido aproximadamente 2 años desde nuestra última reunión." Sonrió.

"¿Tanto tiempo?" La dama abrió mucho los ojos. Quién podría saber que el tiempo pudiera volar sin saberlo.

Ambos disfrutaron de sus cafés charlando de forma natural. Comenzó con el habitual cómo van las cosas, su trabajo, cómo anda la familia y finalmente cayó sobre su relación entre él y Se Hun.

"¿Cómo van ustedes dos?" La señora preguntó después de tomar un sorbo de su taza.

"Estamos bien, supongo." Respondió Lu Han, tomando un sorbo de la propia.

"Pero no puedo evitar el hecho de cómo Se Hun está actuando de modo tan extraño estas últimas semanas."

"¿Extraño?"

"Sí. Ha sido más protector conmigo últimamente, no me permite salir a la calle solo o bien irá desesperado hacia mí al desaparecer delante de sus ojos. Y también estas noches que llegaba a casa parecía un desastre." Explicó Lu Han.

La señora se aclaró la garganta y se movió incómodamente en su asiento, "Creo que sé la razón detrás de esas cosas."

Lu Han se detuvo en su intento de tomar un sorbo de su taza. De inmediato se agachó y escuchó con atención lo que la madre de Se Hun estaba a punto de revelar.

"Lu Han, creo que tienes que saber esto."

La seriedad en la voz de la Sra. Oh hizo a Lu Han ponerse nervioso de repente. Por supuesto, ¿por qué no se había dado cuenta antes?

¿Por qué una persona tan ocupada como la Sra. Oh iba a arreglar una reunión en un café con él de la nada?

Tragó saliva. Sus manos ya comenzaban a sudar. "¿Qué es, Sra. Oh?"

La mujer inhaló pesadamente antes de abrir la boca.

"Se Hun se... casará."

De repente, el mucho de Lu Han se volvió silencioso. Las únicas palabras que se mantuvieron repitiendo en su mente eran las palabras se casará y Se Hun, juntas.

"¿Di-disculpe?"

"Se Hun se casará... dentro de dos semanas. Con la hija de un amigo de la familia, Yoon Jin.”

Lu Han se encontraba apretando con fuerza sobre el material firmemente colocado alrededor de su dedo anular.

Su anillo de bodas.