POV Clau
Me quedo dormida después de algunas horas de estar dando vueltas en la cama. Por la mañana Hongbin y yo vamos al lugar donde daremos el primero de tres conciertos. No le dicho a Hongbin la razón de por qué me puse anoche así, él tampoco lo ha preguntado y se lo agradezco.

El concierto será por la tarde, ensayamos y descansamos hasta que la hora esperada llega. Estoy tan nerviosa que me tiemblan las manos, además de que hace frio. 

-¿Estás lista? – Lo escucho detrás de mí

Nunca lo había notado pero ¿era realmente así de guapo cuando vestía de esa manera? El traje negro le quedaba perfecto, solo que el pañuelo de su chaqueta estaba desacomodado. Me acerqué algunos pasos y lo acomodo. Nuestras miradas se cruzan, la siento demasiado pesada sobre mí que enseguida la desvío, me siento más nerviosa que antes y no sé qué decir.
Me toma de las manos y nota que están frías. Intento alejarlas pero no me lo permite. Cubre mis manos con las de él, están tan tibias y suaves, las acerca a su rostro y sopla cálidamente sobre ellas.
No puedo dejar de mirarlo mientras lo hace, ¿por qué está haciendo esto? No pienso en una respuesta inmediata, y sólo lo sigo mirando.

Un chico nos «interrumpe» avisa que ya es hora de subir al escenario. Con la distracción alejo mis manos y aparto la mirada. Tomo mi violín y sin que hablemos de lo que acaba de ocurrir no nos miramos y salimos al escenario. Mi asiento está lejos del piano así que no nos veremos por un rato, pienso.

Pasan dos horas de concierto, espectacular y perfecto. El público aplaude e incluso se pone de pie. Estoy al borde de las lágrimas pero me contengo. 
No se nos permite celebrar hasta el último concierto, así que tenemos que regresar al hotel y en nuestro caso, a la casa de la madre de Hongbin. Está vez nos acompaña su padre, el director, a casa para la cena en “familia”.

Me lamento haber aceptado esta idea de ser la «novia falsa» porque imagino lo que sucederá a continuación.

La cena transcurre en silencio y es el padre de Hongbin el que por fin habla, pregunta a la madre si ha ido a ver el concierto. Tarda unos segundos en contestar y dice que sí asistió. Elogia a su hijo pero no hay elogio para mí. El director habla sobre mí y mis habilidades en el estelar de la presentación, le agradezco en silencio con una sonrisa. Todo parece ir bien hasta que la madre de Hongbin pregunta al padre sobre nuestra relación. Me alarmo de inmediato con el cuestionamiento, no estoy segura si él sabe o no sobre nuestra supuesta “relación” y dudo que Hongbin le haya confesado su plan.

-Me parecen lindos – Comenta el padre de Hongbin finalmente después de varios segundos de silencio 

Lo miro con sorpresa porque no me esperaba esa respuesta.

-Me había dado cuenta desde hace tiempo de la relación 

La cena se alarga por varios minutos más, los mayores se quedan al final y nosotros subimos al cuarto de juegos. Es una habitación color blanco, puedo ver la mesa de billar, videojuegos y lo que parece ser el primer piano de Hongbin. Me siento en el sofá y él se sienta al otro extremo del mismo.

-¿Crees que podamos seguir con esto hasta el final? – Le expreso mi preocupación
-Mh – Me contesta con un suave sonido vocal

-Podremos engañarla si somos más cercanos – Dice y enseguida se acerca lo suficiente para pasar su brazo sobre mi hombro 

Pienso que sólo está jugando y lo empujo, se vuelve a acercar y cae sobre mí en el sofá. La cercanía que hay entre nosotros me asusta, intento alejarlo pero eso provoca que rodemos y caigamos sobre la alfombra.  
Su cuerpo cae sobre mí y estoy impedida para zafarme. Me está mirando, lo siento. Finalmente cruzo la mirada con suya, hay algo extraño en sus ojos, me observan con total atención y me ponen nerviosa, sin pensamientos, sin saber que decir. Su rostro está lo suficientemente cerca y puedo sentir su respiración sobre mí. Me quedo quieta y no hago nada cuando empieza acercarse más y más…

…Pero la puerta se abre, mis ojos que anteriormente se habían cerrado por reflejo se abren de inmediato para ver a la madre de Hongbin que nos observa desde la entrada. Ella no dice nada sólo hace un bufido y rueda los ojos antes de dejar la habitación. 
Nos levantamos del suelo, siento que el calor en mis mejillas empieza a bajar y evito de todas maneras que me vea. 

-Con eso será suficiente – Comenta Hongbin 
-¿Tú crees? – Le digo e intento huir del lugar pero me detengo cuando me hace una pregunta

-¿Estás bien?
-Sí, sí – Mi voz titubea un poco – Sólo estoy un poco estresada, ya sabes por el concierto de hoy. Será mejor que me vaya a la cama, mañana será igual

Con esas últimas palabras logró dejar la habitación y refugiarme en la mía.

¿Qué había pasado exactamente? Mi corazón no había latido como un loco por él ¿verdad? 
Me alarmo al imaginar que sí eso fue lo que sucedió y cuáles podrían ser las consecuencias de convertir esta farsa en verdad. 

Después de un largo rato en la bañera me voy a la cama intentando no pensar en lo que ocurrió está noche y dejar lo más lejos mis sentimientos de este problemático asunto.
La secuencia de ayer se repite esta mañana y hasta el día siguiente, nuestro último concierto. Se lleva a cabo en un lugar más grande que en los anteriores, los asientos están llenos y eso me pone más nerviosa.
He estado evitando lo más posible a mi “novio falso”, excepto cuando estamos en presencia de su madre que han sido en muy pocas ocasiones. Hablamos muy poco, incluso menos de lo normal, pero a él no parece importarle mucho, parece muy divertido hablando con hermosas chicas del público que se han acercado para felicitarle.
«No estoy celosa» me digo a mi misma y trato de no ponerle atención.

Me apresuro a guardar mi violín para que pueda salir a celebrar con los demás ya que ha finalizado el último concierto. 

-Estúpido Hongbin por su culpa he envejecido cinco años más. A él claro, no le preocupa, está de lo más feliz coqueteando con todas esas chicas

Protesto en voz alta ya que estoy segura de estar completamente sola mientras me levanto sobre las puntas de mis pies para intentar alcanzar el estuche de mi violín ya que algún desconsiderado lo ha subido en lo alto de un estante. Mido un poco más de 169 cms y sí, soy la más bajita de toda la compañía. Apenas logro alcanzarlo y lo halo con fuerza, sin darme cuenta de que eso provoca que otro de los estuches me caiga encima y golpee mi cabeza.
No es lo muy fuerte pero es lo suficiente para herir mi frente. 

Es el karma por hablar de las personas a sus espaldas, pienso. Estoy por levantarme del suelo y alguien me sujeta de la cintura y me ayuda a ponerme de pie, giro la cabeza para ver de quien se trata.

¿Qué no debía estar hablando con las hermosas chicas del público?

-¿Estás bien? – Me mira preocupado y se da cuenta del golpe en mi cabeza
-No es nada – Minimizo el problema y con mis manos alejo su cuerpo

-No haz envejecido nada, quizás solo unos días pero eso no fue culpa mía – Comenta y nuevamente dirijo la mirada hacia él

¿Él estaba escuchando lo que decía? «¡Rayos!»

-¿Escuchaste todo lo que dije?
-Desde el “estúpido Hongbin” hasta el “coqueteo con todas esas chicas” – Se ríe 
-Y viste que intentaba alcanzar mi estuche y no pudiste ayudarme – Desvío perfectamente mi protesta de hace un momento para evitar cuestionamientos 

Tarda unos momentos en contestar.

-Sí, lo vi, lo siento, fue mi culpa – Contesta 
-Díselo a mi frente hinchada 

Meto finalmente mi violín y estoy a punto de decirle que salgamos pero me detiene y me recarga sobre el tocador. Sostiene mi rostro entre sus manos y enfoca su atención en la herida sobre mi frente, sopla suavemente sobre ella y eso me provoca dolor, intento alejar sus manos pero sujeta mi mano con la suya. 
Lo miro asustada, sus ojos están más brillantes que antes creo que intentan decir algo pero no logro descifrar de qué se trata. Hay ese “algo” en su rostro que me impide dejar de mirarlo, mi mano baja junto a la suya y se empieza a acercar más a mí, su mirada baja y recorre mis labios provocando nerviosismo.
Su rostro se encuentra tan cerca que puedo sentir su aliento tibio cerca de mis labios, trago en seco imaginando y prediciendo lo que a continuación sucederá. Cierro los ojos, esta vez soy consciente de ello y espero.
Alguien llega al camerino y Hongbin se aleja antes de finalizar lo que pretendía. Abro los ojos y me doy cuenta que es la misma que anteriormente nos había interrumpido. El chico nos avisa que nos están esperando afuera para ir al karaoke a celebrar.

-Adelántense ustedes, nosotros los alcanzaremos más tarde – Hongbin contesta antes de que yo pudiera salir y unirme a los demás

El chico asiente y creo que no dice nada al imaginarse que estaba pasando aquí antes de que él llegara.

-Yo quería ir al karaoke – Murmuro 
-Antes tenemos que ir a la farmacia por algo para tu frente – Responde a mi murmullo

Salimos del enorme edificio, mientras caminamos hace algo que no me esperaba, me toma de la mano y me ayuda a llevar mi violín. Balanceamos nuestras manos y hay cierto cosquilleo en mi interior.

-El auto de mi madre está allá atrás – Susurra en un tono apenas audible y me dice que no voltee

Hago lo que me pide y seguimos caminando hasta llegar a una farmacia, lo espero a fuera mirando discretamente a mi alrededor pero no logro ver el auto de su madre, supongo que ya ha dejado de seguirnos. Hongbin sale y me pide que me siente en la banca fuera de la farmacia, estoy siendo demasiado amable después de que el provocara mi herida en la frente, obedezco una vez más y me siento mientras él limpia mi herida y pone una bandita que enseguida cubre perfectamente con mi fleco.
Está de rodillas frente a mí, volvemos a mirarnos y esta vez quizás no seamos interrumpidos. Probablemente soy más consciente de mis actos debido a la suave brisa del viento y me levanto agradeciéndole. 

-Deberíamos ir al karaoke ¿sabes dónde está? – le pregunto

Dice que sabe la dirección del lugar pero su rostro me refleja lo contrario. Después de casi media hora de vagar por las calles reitero la pregunta.

-¿Realmente sabes dónde está? 
-Es aquí – Señala el establecimiento detrás de mí

Entramos al lugar y buscamos a nuestros compañeros en cada una de las salas pero no logramos hallarlos. 

-No es aquí – Digo lo obvio
-Quedémonos aquí ¿cuál será la diferencia? 

No contesto porque yo también estoy cansada. Rentamos una sala disponible y pedimos algunas bebidas. La sala esta iluminada por tenues luces que titilan. Me siento sobre el sofá y descanso un poco mientras reviso la lista de canciones. A decir verdad no conozco mucho de música coreana sólo elijo una al azar y dejo la reproducción aleatoria.
Hongbin destapa la botella de soju y me pregunta si lo he probado antes. Le contesto que no y me pregunta si quiero probarlo ahora. No veo ningún problema con ello y dejo que me sirva un poco. El sabor es fuerte, incluso raspa mi garganta pero después deja una sensación agradable. 
He tomado tres o quizás cinco de esos pequeños vasos de soju, mi cuerpo se ha vuelto más liviano y cosquillea por todos lados. Me levanto de mi asiento cuando me resulta conocida la tonada de la canción, intento tomar el micrófono y al igual que éste me caigo al suelo.
Hongbin se apresura para ver lo que paso, inclina sus rodillas y baja haciendo que nuestros rostros queden a la misma altura.
Lo miro con detenimiento bajo las luces tenues de la sala. No me había dado cuenta de que este chico es tan guapo, todo en él es atractivo, sus ojos, su nariz alta y sus labios rosados, incluso su personalidad es agradable, amable y divertido. Guau, es perfecto y está ahora, frente a mí, quizás preocupado porque me he caído al suelo, quiero pensar que se preocupa por mí de verdad y no es simple amabilidad.
Nos seguimos mirando por varios segundos y esta vez no hay cortejo, actúa de forma espontánea y enmarca con sus manos mi rostro y me acerca a él. Sus labios tocan los míos y permanecen así un momento, se siente bien, tengo cierto cosquilleo sobre mi estómago ¿se trata de las famosas mariposas? 
Sus labios se mueven lentamente sobre los míos, casi temerosos de que yo pueda alejarme en cualquier instante, pero no lo hago, no quiero hacerlo. Sus labios abren lentamente mi boca y aprisionan uno de mis labios suavemente, cierro los ojos y correspondo.

Todo a mí alrededor da vueltas y no estoy segura si es por el alcohol o por lo que está ocurriendo. Sólo sé que es agradable, que me gusta el cosquilleo que ahora no sólo está en mi estómago, sino que se apodero de todo mi cuerpo.

¿Es éste mi primer beso de amor?