Final

Estoy aquí para tí

Fueron los sollozos a su lado que lo despertaron. 

 

Habían sido recurrentes las últimas noches así que su cuerpo se movió de manera automática antes de registrar completamente que es lo que estaba pasando. Seguramente se había alejado a lo largo de la noche, por lo que volvió a cerrar la distancia entre ellos atrayendo el cuerpo de Baekhyun en sus brazos.

 

— ...No— 

 

Baekhyun estaba temblando, su piel se sentía fría y Chanyeol podía ver las lágrimas que rodaban por sus mejillas. 

 

En el pasado le había consolado luego de sus pesadillas, pero sabía que esas no habían sido tan monstruosas como las que actualmente plagan las noches de Baekhyun. En aquella época también le habían parecido adorables los sonidos que escapaban de Baekhyun al dormir, pensaba que sonaba como un pequeño cachorro pero ahora, daría lo que fuera por regresar a esas noches sencillas y despreocupadas.

 

—No más….p-por favor.—

 

—Shhh. Todo está bien, estoy aquí.— Sabía que Baekhyun aún no despertaba, sus pesadillas le atormentaban de la manera más cruel pero esperaba que al menos su presencia fuera suficiente para calmarlo. —Estás a salvo.—

 

Podía sentir cómo el muchacho se aferraba desesperadamente. Chanyeol seguía susurrando palabras de consuelo en su oído mientras acariciaba su cabeza, pasando su mano entre sus cabellos. Era suave y delicado como Baekhyun. Incluso si el muchacho negaba esas palabras, Chanyeol le aseguraba que era la manera en cómo él le veía.  Después de todo, habían sido las primeras palabras que habían venido a su cabeza la primera vez que había puesto sus ojos en el menor. 

 

Lo recordaba como si hubiera sido ayer, cuando en realidad había sido casi una eternidad, entre el tiempo que crecieron juntos y los años que pasó congelado sin conocimiento alguno que el otro seguía con vida. 

 

Le había visto por primera vez cuando le ayudó con los bravucones cerca de su casa, sus padres trabajaban todo el día por lo que se tomaba su tiempo al recordar que no había nadie esperándolo en casa. Debido a su estatura, sus orejas o incluso su manera de hablar los niños parecían molestarse con su presencia y de vez en cuando le molestaban. Era más alto que ellos pero no veía el punto en contestarles o provocarles, pensaba que se irían y lo dejarían en paz si no les seguía la corriente, o al menos eso pensaba hasta que un pequeño y atrevido Byun Baekhyun se paró frente a él y le defendió. 

 

Tal vez ese día Baekhyun había regresado a casa con un moretón cerca de su ojo izquierdo y un labio roto pero, también había ganado un nuevo amigo. Eso es lo que le había dicho a Chanyeol luego de arrastrarlo hasta su casa. Los Byun eran personas bondadosas y siempre estaban dispuestos a ayudarle si lo necesitaba, a ofrecerle su casa para que no pasara el resto de la tarde solo. 

 

Unos segundos en la presencia de Baekhyun fueron suficientes para que Chanyeol dejara caer sus barreras y se encontrara riendo como nunca antes lo había hecho. fue solo el comienzo de una amistad con sentimientos tan fuertes que ninguno de los dos pudo controlar. Hacían todo juntos, iban a la escuela, compartían los recesos así como también algunas de sus clases, hacían sus tareas juntos por la tarde. Esa había sido su rutina por años, hasta que Baekhyun le informó que no iría a la universidad, quería unirse al ejército y ayudar. Todos esos años a su lado le habían mostrado que a pesar que Baekhyun parecía alguien de apariencia adorable y pequeño era tan impulsivo y fuerte con un corazón más grande que el mundo entero. Le había dicho que sentía el llamado de responsabilidad, que quería ayudar, hacer el bien y dejar una huella.

 

Chanyeol intentó convencerlo pero sabía que una de las mayores características del otro era su terquedad y que una vez tomaba una decisión nada ni nadie podía hacerla cambiar de parecer. Hizo lo posible por detenerlo y en el peor de los casos, acompañarlo pero su condición física no era la mejor, su vista no era perfecta ni apta para los exámenes de entrada al ejército y no se sentía orgulloso de su físico tampoco, mucho menos su asma y débil corazón. En más de una ocasión sus padres le habían llevado a emergencias a mitad de la noche por su condición. 

 

Ahora gracias al suero, todo eso era cuestión del pasado pero también lo era ese Baekhyun soñador, alegre y lleno de vida.

 

—Por...favor….no….Chanyeol.— le rompía el corazón no poder ayudarle a combatir esas batallas, hacía lo posible por distraerlo cuando los pensamientos negativos inundaban su mente pero, era difícil. 

 

—Estoy aquí, siempre estaré aquí. Nunca más estarás solo. — Sintió como Baekhyun se acomodaba en sus brazos, su cabeza reposando en el brazo de Chanyeol mientras su mano se aferraba desesperadamente a la camiseta del mayor la cual se encontraba húmeda por sus lágrimas, pero eso no le importaba. Su otra mano reposaba sobre la cintura de Baekhyun, acariciando distraídamente dibujando patrones al azar sobre la tela de su pijama.

 

Siguió murmurando palabras dulces en la oscuridad esperando que al menos alcanzarán al subconsciente de Baekhyun. 

 

No podía evitarlo, desde que lo vio por primera vez nuevamente en esa misión en Budapest le había reconocido. Había pasado mucho tiempo e incluso después de despertar años más tarde se había sentido solo, vacío. El mundo había avanzado mientras él estaba congelado y nadie podía ayudarle a regresar o recuperar el tiempo perdido. Todos sus familiares con los que había crecido, envejecieron o fallecieron y sus amigos, bueno Baekhyun era el único que importaba y no había señales de él en ningún lado. Asumió que había muerto en una de las trincheras, es decir con los registros perdidos e incompletos de la época no habían siquiera encontrado su cuerpo. Es por ello que cuando lo vio le había reconocido instantáneamente. 

 

Su cabello estaba más largo de lo que recordaba, de hecho Baekhyun nunca lo había portado tan largo, llegaba casi a la altura de sus hombros, su cuerpo tonificado y ropas oscuras le habían hecho dudar por un momento, hasta que vio sus ojos. Habría sido capaz de reconocer esos ojos en cualquier parte del mundo y en cualquier época posible. 

 

Parecía como si el tiempo se hubiera detenido y veía todo en cámara lenta. Las personas corriendo a su alrededor escapando del caos, sus compañeros peleando y esquivando las balas del enemigo, pero él no podía desviar su mirada del muchacho que se encontraba delante de él. 

 

—¿Baekhyun?— estuvo a punto de soltar su escudo pero su cuerpo se movió antes automáticamente para esquivar el golpe que iba dirigido hacia él. Trato de llamarle en medio del caos pero no obtenía ninguna respuesta, nada más que golpes. Los hermosos ojos llenos de luz y vida que recordaba ahora le devolvía una mirada fría y vacía. 

 

Se movían casi en sintonía, atacando y esquivando los golpes del otro, le sorprendía la rapidez de sus movimientos y lo fuerte que se había vuelto, fue hasta que uno de sus golpes le atesto, que la máscara que cubría la parte inferior de su rostro se deslizó, comprobando cualquier duda que aún quedaba en Chanyeol.

 

Baekhyun seguía vivo y no dejaba de atacar. 

 

Los últimos meses habían sido difíciles, pero Chanyeol estaba dispuesto a cualquier cosa por ayudarle. Le había dado la espalda a sus amigos, a su equipo y al resto del mundo solo por Baekhyun, y estaba seguro que si tuviera que tomar una decisión nuevamente escogería a Baekhyun, por siempre. 

 

Baekhyun había sido su comienzo, su mejor amigo, su familia, su mundo entero y no quería volver a pensar en un mundo sin él, lo había experimentado y se sintió como la persona más infeliz del mundo. Se prometió que no dejaría que eso sucediera nuevamente. No mientras estuviera a su lado para cuidarlo y protegerlo. 

 

Ahora que lo veía en sus brazos y sus recuerdos habían regresado progresivamente, se sentía un poco más tranquilo. Lastimosamente así como los recuerdos de antes habían regresado, también todos los malos de sus años siguiendo órdenes, siendo una marioneta ...y el tiempo de "adiestramiento" en manos del enemigo, el solo pensarlo le hacía hervir la sangre. No se los perdonaría, jamás. Ni siquiera concebía como es que quienes le habían dañado de esa manera fueran humanos ...había sido demasiado.

 

La ausencia de su brazo izquierdo era algo que ambos aún trataban de asimilar. Fue peligroso, no lo iba a negar pero había sido necesario. 

 

Se encontraba acariciando su cabeza cuando sintió como el pequeño en sus brazos parecía moverse. Había despertado.

 

Había algo más doloroso que escuchar a Baekhyun sollozar en sus sueños y eso era la expresión que aparecía en su rostro cuando se despertaba de sus pesadillas. Antes que pudiera decir algo, Chanyeol limpió sus lágrimas y se limitó a abrazarlo más fuerte, necesitaba que Baekhyun se asegurara que estaba a su lado, que su presencia era real.

 

Esperó a que la respiración de Baekhyun se calmara nuevamente mientras acariciaba su rostr delicadamente.

 

—Lo lamento. — susurraba en voz baja, como si temiera elevar su tono.

 

—Oye, ¿por qué te disculpas? No has hecho nada malo.—

 

—Sabes que eso no es cierto. —

 

—Voy a repetir esto las veces que sean necesarias, hasta que tu hermosa cabecita pueda aceptarlo. — Su tono era serio y de no haberle conocido, Baekhyun podría haberse sentido intimidado pero el pequeño golpe que recibió en su frente disipó cualquier pensamiento. En especial cuando terminó   —No fue tu culpa.—

 

—...No es cierto.—Baekhyun quería creerlo en verdad quería pero, cada vez que cerraba sus ojos recordaba todo lo que había hecho, las personas que había lastimado, aquellos a los que les había arrebatado su futuro, sentía que aún escuchaba las súplicas de sus "víctimas y objetivos" en cada misión. 

 

Podía verlos, eran el recordatorio constante que su subconsciente creaba para recordarle que no podía darse el lujo de olvidarlos y ser feliz.

 

Chanyeol podía verlo, el preciso momento en que el menor comenzaba a encerrarse en la burbuja, en que los pensamientos oscuros aparecían y no iba a permitirlo. Tomó el rostro de Baekhyun en sus manos y lo vio fijamente a sus ojos. 

 

—Escucha, sé que no quieres creerme y que piensas que tienes que cargar con la culpa todo el tiempo, o que no mereces lo que tienes ahora pero créeme Baekhyun, si lo mereces. Fuiste torturado por años, te arrebataron tus memorias y te usaron como un arma. Pero ahora eres libre, haz salvado vidas ...mereces al menos un poco de felicidad. Mereces vivir la vida que te arrebataron. No pienses ni por un segundo lo contrario, por favor.—

 

—Pero-

 

—Pero nada. Si no quieres creer en ti mismo al menos cree en mí.—

 

—…¿cómo puedes verme después de todo lo que hice? Después de todo el daño que causé.—

 

—No hay nada que perdonar. Fuiste obligado a hacerlo, en contra de tu voluntad. Por qué él Baekhyun que yo conozco, al que yo amo jamás habría hecho eso por voluntad propia.—

 

—Ese es el problema, Chanyeol.— Baekhyun se separó de él, incorporándose en la cama dándole la espalda. Debió adivinar que Chanyeol le seguiría en cuestión de segundos, buscando su mirada nuevamente.  —Ese Baekhyun ya no existe. No soy más que una carcasa vacía. —

 

—No. Eso no es cierto. No es cierto y tu lo sabes, solo lo dices para torturarte a ti mismo para castigarte más, pero no es verdad. ¿Y sabes por qué estoy seguro de ello? — 

 

Baekhyun movió lentamente su cabeza, negándolo pero sus ojos no se apartaban de los de Chanyeol, como ansiando cada palabra que salía de su boca.

 

—Por qué sientes culpa. Por que te arrepientes de lo que hiciste, de lo que los demás te obligaron a hacer. Si fueras una "carcasa vacía" como dices, eso no te importaría. Pero eres capaz de sentirlo, aquí.— su mano reposaba sobre el pecho de Baekhyun, justo en donde se encontraba su corazón. Podía sentir el latido apresurado bajo su toque y como las lágrimas no paraban de caer por su rostro. 

 

—Nada de eso. Es más, ven aquí.— Eran las 3 de la madrugada y la luz de la luna aún se filtraba por la ventana que se encontraba al lado de la cama y aún así Chanyeol lo volvió a envolver en sus brazos, Baekhyun ahora sentado sobre sus piernas, su mano derecha instintivamente aferrándose a la camiseta de Chanyeol para estabilizarse. Le tomó del cuello hasta que sus frentes estaban tocándose.

 

Ninguno dijo nada por un tiempo, no era necesario. Baekhyun sabía que Chanyeol estaba haciendo esto para calmarle, sabía que Baekhyun amaba el contacto físico y que hace muchos años atrás le había confiado su mayor secreto: Que Chanyeol era su lugar seguro, que sin importar su estado de ánimo, cualquier problema y dificultad en su vida siempre encontraba consuelo en sus brazos...y eso no había cambiado. 

 

—Se supone que eres el símbolo de la Paz. Y yo solo...soy la representación gráfica de lo que debes combatir.—

 

—Se supone que lucho por un mundo mejor, por uno más seguro. Uno en el que pueda proteger a los que más quiero…Pero…¿Qué debo hacer si eres mi mundo?— Estaba seguro que de no ser por la escasa luz en la habitación, habría sido capaz de apreciar el leve rubor en las mejillas de Baekhyun. Quien al escuchar sus palabras desvió su mirada, incapaz de sostener la de Chanyeol.

 

—Eres un tonto.— murmuraba antes de reposar su cabeza en el hombro de Chanyeol, buscando esconder su rostro en la curvatura de cuello mientras intentaba abrazarlo. 

 

Lo odiaba, bueno no lo odiaba en sí, era sólo una expresión. Pero le irritaba la manera en la que Chanyeol siempre sabía las palabras adecuadas, lo que necesitaba escuchar, cómo siempre le resultaba sencillo expresarse y ayudarle a disipar esa nube negra en su cabeza. Cómo era capaz de aliviar su corazón en cuestión de segundos, cómo su tacto era todo lo que necesitaba para derretirse en sus brazos. 

 

Pero lo peor de todo, es que odiaba como Chanyeol sostenía su corazón en la palma de su mano, lo cuidadoso que era con él porque sabía que a pesar de todo, su corazón aún seguía siendo frágil. Y sabía que habiendo experimentado todo esto no una sino mil veces en su vida... no sería capaz de dejarlo ir.

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