La mañana siguiente Shuhua decidió levantarse muy temprano, había perdido demasiado tiempo el día anterior y necesitaba estar preparada para la audición de esa tarde. Tomó su teléfono luego de arreglarse para la escuela y se sorprendió de ver un mensaje de Soojin.

JinJin🦊 : Perdón por no poder ayudarte ayer, Hui me pidió que le ayude a escoger un regalo de cumpleaños para su hermana y se nos hizo tarde. Estoy segura de que la audición será genial y la pasaremos increíble cuando seamos compañeras, fighting! 

Suspiró sin esperar mucho, aprovechando de escribirle una réplica. 

Shu🐺: No te preocupes, unnie. No me esperes en la mañana, iré temprano a la escuela.

Shuhua se cuestionó si su mensaje había sido muy cortante, pero tampoco quería ser falsa y hacer como que no le molestaba estar siendo plantada una y otra vez solo porque Soojin quería pasar tiempo con su novio. La Taiwanesa se sentó en su cama, frustrada por todas las situaciones que se creaba en la cabeza y por lo confundida que se sentía. Tomó de su velador la caja con el peluche de zorro que todavía no entregaba a su amiga.

Con cuidado abrió el cierre que traía tras una oreja y sacó la hoja que antes había ocultado dentro del peluche, leyendo nuevamente sus propias palabras.

  Razones por las que deberías aceptar el amor de Shuhua.

Soojin, yo sé que esto no es lo que esperabas seguramente es confuso, ¿no? Todos estos años has cuidado de mi, al principio te veía como una hermana mayor pero cuando fuimos creciendo nos volvimos mejores amigas. Siempre me cuentas tus problemas y yo te cuento los míos y con ese cambio dejé de ser tu hermana menor.

Yo te veo como una igual, y quiero que hagas lo mismo. Ya no deseo que me veas como una niña pequeña que necesita a su unnie cada vez que tiene un problema, ya no deseo que me quieras cuidar, al menos no de la forma en que lo haces ahora. Deseo que me quieras, que me veas con los ojos que yo te veo. No estoy segura en qué momento comencé a sentir lo que siento ¿Cómo lo explico? 

Sé que siempre me quejé de las películas románticas que me haces ver, pero luego me iba a la cama y nos imaginaba a nosotras en esas escenas. Yo sé que quizá está mal, la verdad todavía no lo comprendo del todo ¿Por qué nos imagino a nosotras? Llevo tanto tiempo reprimiendo lo que siento que ya duele y duele mucho. Dijiste que estarías dispuesta a solucionar cualquier cosa que me hiciera daño ¿Puedes solucionar esto?

Este tiempo en Taiwán me hizo conocer personas nuevas, personas que comprenden lo que siento (Mi amiga Tzuyu de la que probablemente te hablé ya) me explicó que no tiene nada de malo quererte y así que tampoco tengas miedo de quererme, luego podemos solucionar eso. 

Seo Soojin, mi JinJin. Me costó mucho comprender lo que siento, pero por fin puedo aceptar lo que es. Estoy enamorada de ti, muy enamorada y creo que podemos ser felices juntas. Yo sé que al leer esto dirás ¿De qué habla Shuhua? Pero es eso, es amor. Y hice una pequeña lista de razones por las que debes aceptar que seríamos muy felices juntas, razones para que me dejes de ver como la pequeña que necesitaba de ti para cualquier cosa. 

1. Conozco todos tus defectos (Aunque sinceramente no creo que existan) y todavía así decido amarte.

2. Siempre te hago reír, tengo testigos.

3. Tus padres me aman, a veces más que a ti.

4. Siempre voy a esperar a que te quedes dormida para poder dormir también.

5. Probaré todas tus comidas siempre.

6. Esperaré por ti lo que sea necesario, aunque haga frío o llueva.

7. Nunca soltaré tu mano.

En realidad creo que pueden existir cientos de razones por las cuales seríamos perfectas como algo más que amigas, sé que tus sentimientos pueden ser distintos a los míos pero ahora te estoy pidiendo así como dije antes que intentes verme con otros ojos. Quiero que olvides esa imagen de niña pequeña que tienes de mí y me dejes conquistarte hasta que te enamores de mí, así como yo estoy enamorada de ti.

Te amo y te esperaré todo lo que quieras, Shuhua. 

Shuhua suspiró, doblando la carta en varias partes para poder hacerla entrar nuevamente en el peluche. Jamás le iba a confesar a ninguna de sus amigas por todo lo que estaba pasando, prefería verse como una amiga celosa antes que como la amiga que se enamoró y ahora no sabe qué hacer con sus sentimientos, sobre todo porque son dos chicas.

—Lo siento, Tzuyu. Pero ya nada de lo que planeamos será. —Luego de guardar la carta, metió el peluche en su velador, dejando que la oscuridad lo deje oculto para siempre. 

Después de terminar de arreglarse, Shuhua caminó a la escuela. En ese horario las únicas personas que estaban en la escuela eran los apurados por poder terminar algo a última hora y algunos profesores que gustaban de preparar sus clases con anticipación. Dentro de los alumnos apurados se encontraba Shuhua, acompañada de Yuqi quien se había ofrecido a ayudarla a practicar.

—Tienes que ser más y ¿Acaso crees que Hyuna se vería como un pato aleteando? —Los comentarios de la China no hacían más que  hacerle arrepentirse de haber pedido su ayuda, sobre todo porque era la persona con menos ritmo en el mundo y todavía tenía la audacia de juzgar sus movimientos. 

La música comenzó una vez más y Shuhua practicó la coreografía ante los movimientos de cabeza de Yuqi. —¡Así es! mucho mejor. —Exclamó cuando la canción terminó, Shuhua respiraba agitada y cansada por el excesivo trabajo aeróbico pero finalmente se sentía conforme con el resultado final. 

—¿Qué opinas? —Yuqi estiró una botella de agua que la menor comenzó a beber rápidamente.

—Yo lo veo bien, creo que si ocupas tus movimientos ys entonces vas a convencer a todos de entrar en el equipo. —Yuqi levantó ambos pulgares y Shuhua por fin pudo sonreír, creía en la posibilidad de poder pasar la audición. 

El resto del día había pasado como los demás, las clases que no compartía con Yuqi las compartía con Lucy por lo que nunca se sentía sola. Se preguntó en qué momento haría que las dos se conocieran pero por una divertida razón Lucy y Yuqi todavía no habían podido verse las caras.

—¿Segura vas a estar bien? —Yuqi quería asegurarse de que su amiga no tenía problema con ir sola  a su audición, era su primer encuentro con el club de robótica pero sabía que Shuhua estaba muy ansiosa.

—No te preocupes, estoy segura de que Soojin estará ahí. —Yuqi hizo una mueca, sabía que últimamente Soojin siempre dejaba a su amiga esperando y una parte de ella no quería dejarla sola. —¿Y Lucy? —Se le prendió una ampolleta, buscando que de ninguna forma Shuhua pueda estar sola. —Tiene que ir al dentista, pero en serio no te preocupes ¡Voy a estar bien! —La menor subió el tono de su voz para lograr convencer a Yuqi quien luego de un par de segundos decidió aceptar.

—Bueno pero, si llega a pasar algo o me necesitas solo me llamas y corro a ti ¿si? —Shuhua asintió, dejándose abrazar por su amiga antes de quedarse sola.

No era sorpresivo para ella ver la cantidad de chicos y chicas que estaban alineados para audicionar, cada año eran muchos los que lo intentaban y muy pocos los que lograban ser parte de uno de los clubes más populares. La mayoría tenía sus audífonos puestos y hacía movimientos corporales para recordar los bailes que seguramente habían preparado. Los estudiantes que eran aprobados en su primera ronda debían quedarse para aprender una rutina grupal y finalmente al final de la jornada comunicaban quienes estaban dentro.

Shuhua se sentía mal cada vez que veía a alguien salir de la sala con los ojos rojos o mirando al suelo decepcionados de sí mismos, seguramente les habían rechazado y se encontraban sufriendo internamente.

—Yeh Shuhua. —La Taiwanesa se sorprendió al escuchar su nombre, apenas había llegado y el pánico entró en su cuerpo. Entró a la sala y se posicionó al centro de la pista, frente a ella había una mesa con tres estudiantes, una de ellas era conocida. La chica era la que la había salvado de casi ser golpeada por Minnie en el incidente del batido. 

La sala del club de baile tenía mucha iluminación y sus grandes ventanales daban directamente a uno de los patios de la escuela. Shuhua se volteó para dejar su mochila en el suelo y en ese momento vio justamente lo que no quería ver jamás. Soojin y el que asumió que era su novio abrazados, seguramente despidiéndose porque luego de compartir un beso caminaron en direcciones diferentes.

—¿Yeh Shuhua? —La voz de otra de las "juezas" la llamó y finalmente recordó en lo que estaba, asintió y se ató el cabello. La música comenzó a sonar y ella movió su cuerpo intentando hacer cada uno de los movimientos que antes había memorizado. La imagen de Soojin besando a su novio comenzó a repetirse en su cabeza, como sus labios se juntaban  con los de él, así como ella imaginó hacerlo tantas veces. Pero no era ella, era un chico y ese chico era su novio porque Soojin nunca podría verla de la forma en que ella veía a Hui. 

—¿Estás bien? —Shuhua levantó la mirada, nuevamente la amiga de la chica del batido. Shuhua negó con la cabeza. No se había dado cuenta de que estaba en el suelo, las rodillas contra su pecho y las lágrimas amenazando con salir. —Creo que deberías ir a casa, puedes volver a intentarlo el año que viene. —La voz era suave, casi maternal pero Shuhua estaba en un estado de pánico que nadie podía calmar. 

Tomó su bolso y salió corriendo de ahí, finalmente las lágrimas cayendo y por lo mismo su visión era borrosa, sin notar cuando una mano la agarró y la detuvo. —Shuhua ¿Qué pasa? —Al darse vuelta vio la cara que menos quería ver en ese momento.

—Hey, mírame. —Las manos ajenas la tomaron desde el mentón para poder hacer contacto visual, la cara de la mayor estaba llena de pánico pero Shuhua parecía no poder controlar su llanto ni mucho menos sentirse aliviada. —¿Qué pasó? ¿Te hicieron algo? —Soojin se preocupaba cada segundo un poco más, Shuhua forzó su cuerpo para poder alejarse y salir corriendo. Soojin intentó seguirla pero rápidamente le perdió el rastro. 

Soojin decidió volver a la sala del club de baile, Lisa fue la primera que vio y por su rostro parecía preocupada. —¿Qué pasó? —Soojin le habló a su compañera, claramente haciendo referencia a lo sucedido con Shuhua.

—Esa pobre niña, tuvo un ataque de pánico o algo así. Se congeló en medio del baile y salió llorando de aquí. —Lisa recordó lo sucedido, todavía con los pelos de punta por pensar en lo mal que se veía.

—¿Quién? ¿Shuhua? —Soojin ahora parecía más preocupada, no podía creer que su mejor amiga podría haber vivido algo así. No parecía algo típico de alguien que siempre era tan alegre e hiperactiva. 

—¿Ella es tu Shuhua? Dios, Minnie se va a querer morir —Preguntó Lisa, recordando que era la misma persona que Minnie había llenado de su batido.

—¡Si! Te había pedido ser buena con ella, ¿Qué pasó con Minnie? —Soojin parecía confundida, muchas cosas estaban mezcladas y no entendía la relación entre Shuhua y la amiga de Lisa. 

—Había olvidado que me pediste eso. —Lisa sonrió, apretando los dientes para intentar verse inocente. —Mmm, el otro día Minnie pasó a chocar con ella y le tiró todo su batido encima, Minnie estaba furiosa y no dejaba de gritarle. Realmente la humilló frente a todos. —El corazón de Soojin se apretó, recordando el día en que su mejor amiga llegó con un sweater ajeno y minimizó las cosas. Era extraño, Shuhua siempre corría a ella cada vez que tenía un problema pero ahora no le había contado nada y no podía dejar de sentirse decepcionada y triste.

—Debo ir por ella. —Pero antes de que pudiera irse, Lisa le tomó de la mano y negó con la cabeza. —Se veía muy frustrada, Soojin. Yo creo que deberías darle su espacio y que se calme. —Soojin meditó un poco el consejo de Lisa pero finalmente aceptó que debía darle un tiempo a Shuhua para que se sintiera mejor.

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Shuhua corrió hasta que llegó a una parte del jardín de la escuela que estaba vacía, se desplomó bajo un árbol y volvió a llorar escondiendo su cara entre sus rodillas. Se sentía humillada por lo que había ocurrido en su audición y también recordaba lo que había visto con Soojin, no estaba completamente segura pero creía que era así tener el corazón roto. Definitivamente era algo que nunca antes había sentido así que solo lo podía atribuir a eso. Los corazones frágiles se llenan de amor que es como un líquido protector, cuando no se llenaban del amor que querían era muy fácil romperse y el de Shuhua estaba destrozado. 

Cuando se cansó de llorar y su mente por fin quedó en blanco decidió tomar su móvil, había un mensaje de Soojin que no se molestó en leer y llamó a Yuqi un par de veces sin obtener respuesta. Acomodó su espalda contra el tronco del árbol y se quedó viendo el cielo azul, el aire fresco le otorgaba paz.

—Mamá, sé que nunca antes hice algo así. —Su voz salía como un susurro, pero fue lo que le nacía hacer en el momento. —Ojalá estuvieras aquí, ojalá me pudieras explicar lo que siento. —Una lágrima volvió a caer por su rostro. —Donde sea que estés, ayúdame a no sentirme así de nuevo. —Se escondió nuevamente entre sus rodillas, dejando caer el resto de lágrimas que continuaban amenazando con querer salir.

Cuando ya se encontraba mejor y mucho más calmada la luz del sol era apenas un brillo. Probablemente la noche estaba por caer, tomó su teléfono y estaba lleno de mensajes y llamadas perdidas. 

El primero era de Lucy, una foto de ella bastante divertida con el mensaje "Estoy sedada, no me llames que estaré durmiendo" aquello le hizo reír, al parecer la visita al dentista había salido peor de lo que la menor creía. 

Habían al menos diez llamadas pérdidas de Soojin, y varios mensajes pidiéndole que la llame, dónde estaba y que pasara por su casa. Los mensajes luego se veían más preocupados, Soojin sabía ahora que ella no estaba en su casa y comenzó a pedirle que por favor vaya. 

Frustrada decidió llamar a Yuqi, por fin su amiga decidió contestarle y el sonido de platos y voces le hizo darse cuenta de que probablemente estaba comiendo afuera. 

—¡Shu! ¿Cómo te fue? —El sonido del ambiente comenzó a reducirse, seguramente su amiga había buscado un lugar más silencioso.

—No quedé, pero no importa. —Sentada en el suelo, comenzó a romper algo de pasto a su alrededor. —¿Te puedo pedir un favor? Puedes llamar a Soojin y decirle que estamos juntas, que mi teléfono se dañó y no puedo hablar con ella—.

—Si, puedo hacer eso pero ¿Pasó algo entre ustedes? —Yuqi no sabía todos los detalles, pero comprendía que la relación de Soojin y Shuhua era rara, y que sobre todo la menor parecía bastante afectada por la falta de preocupación que Soojin manifestaba sobre ella.

—No, sólo  quiero estar sola pero ella no lo comprende y es eso. Estoy bien, lo prometo. —Yuqi asintió desde el otro lado de la llamada y aceptó lo que su amiga le había pedido. 

Shuhua tomó todas sus cosas y salió de la escuela, no estaba segura dónde ir pero si sabía que volver a casa significaba un riesgo en su plan de evitar a Soojin. Claramente no podía ir a ver a Lucy, seguramente estaba profundamente dormida y Yuqi no le mencionó dónde se encontraba. Maldijo internamente el no tener más amistades, su padre ni siquiera iba a estar en casa y tampoco quería molestarlo por problemas que seguramente no comprendería. 

Sin analizarlo mucho, Shuhua terminó en el mini supermercado que había visitado la noche anterior. Al entrar se sorprendió de ver a un hombre en el mostrador, asumió que por el parecido era el padre de Miyeon.

—Hola ¿En qué puedo ayudarte? —Shuhua tomó una barra de chocolate y la puso sobre el mostrador, no estaba segura pero se sentía tímida ante el hombre.

—Uhm ¿Está Miyeon unnie? —Su voz era baja y nerviosa, pero era la única persona fuera de su círculo que conocía. 

—¿Eres amiga de Miyeon? —El hombre tenía una dulce sonrisa, bastante similar a la de su hija. Shuhua asintió pese a que era muy pronto como para llamarla su amiga. El cajero se puso de pie y abrió una puerta, gritando el nombre de Miyeon. —Esa niña, siempre está aprendiendo líneas o cantando algo. Debo gritarle para que me preste atención. —Shuhua rió, sintiéndose más cómoda con la forma casual que tenía el hombre para hablarle.

—Miyeon, te vino a ver una amiga. —Shuhua apareció, saludando tímidamente con un movimiento de manos, Miyeon llevaba puesto un pantalón deportivo y un sweater. Al parecer era de las que prefería quedarse en casa un viernes en la noche al igual que Shuhua. 

—Shuhua ¿Vienes con buenas noticias? —La reacción inmediata de la Taiwanesa le hizo saber a Miyeon que las noticias estaban lejos de ser buenas. Sin deseos de aumentar el incómodo momento, Miyeon avanzó y tomó a Shuhua del hombro para así caminar en dirección a la salida. —Vamos a dar una vuelta, no hay problema ¿Verdad? —El papá de Miyeon asintió, dejándolas ir sin preguntar más.

Shuhua y Miyeon caminaron en silencio por el vecindario, ninguna se atrevía a iniciar algún tipo de conversación. Shuhua no quería ser el tipo de persona que llegaba de la nada a contar todas sus desgracias y Miyeon no estaba segura qué tanto podía preguntar, no quería incomodar. Llegaron a un pequeño parque, sentándose en un columpio y ambas comenzaron a moverse suavemente.

—Entonces ¿no pasaste la audición? —Miyeon decidió romper el silencio, haciendo referencia a lo que creía estaba poniendo triste a la más baja. 

—No, no la pasé. —Shuhua volteó la mirada, Miyeon también la veía y se sonrieron suavemente. —Me olvidé de la coreografía y creo que me dio un ataque de pánico. —La sonrisa de Miyeon se desapareció lentamente, y ahora demuestra preocupación. Estiró su mano y tomó la de la menor, quería que sintiera que estaba ahí para acompañarla.

—Cuando tuviste el ataque de pánico ¿qué pasaba por tu cabeza? —Miyeon no soltaba su mano, sabiendo que recordar las cosas sucedidas podrían producirle ansiedad nuevamente.

—Soojin. —Su voz era apenas audible. 

—¿Soojin? —Preguntó la mayor, confundida sobre quién podría ser la persona con ese nombre. —¿Quién es?—.

—Soojin...estoy enamorada de Soojin. —Shuhua levantó la mirada, buscando desaprobación en los ojos ajenos pero en vez de eso los vio llenos de amor y comprensión. Miyeon se levantó y se arrodilló frente a Shuhua sin importar que sus rodillas se ensuciaran con la tierra. Tomó ahora sus dos manos y suspiró. 

—Estar enamorada no es nada malo, Shu. —Su voz era tan suave que Shuhua lo sentía como caricias al alma. —Soojin es una chica ¿no? —La menor simplemente asintió, avergonzada de lo que sentía.

—¿Y ella está enamorada de ti? —Miyeon sabía que por lo afectaba que se veía la menor, probablemente la respuesta era obvia. Shuhua negó. —Tiene novio. —Su voz era notoriamente triste y decepcionada. 

Miyeon se levantó un poco y la abrazó, dejando que Shuhua se deje contener por ella. —Perdón. —Shuhua habló, asustada de que estaba siendo mucho para una persona que apenas conocía. 

—No pidas disculpas, tienes el corazón herido y eso es lo que más duele. —Miyeon acarició su rostro, sonriendo nuevamente, su sonrisa lograba ser contagiosa para Shuhua.

—¿Cómo sabes? —Preguntó la menor, aunque no era difícil darse cuenta de lo que pasaba. 

—Las heridas que no se ven son las más profundas. —Respondió Miyeon, sin dejar de acariciar a la Taiwanesa.

—Eso sí es profundo. —Ambas rieron, y Miyeon le reprochó con la mirada.

—Eso lo dijo Shakespeare, tengo que educarte. Ven, te llevo a casa que ya es tarde. —Se pusieron de pie y caminaron en silencio de vuelta, Shuhua no vivía muy lejos por lo que no les tomó demasiado llegar. 

Estaba oscuro y Shuhua paró apenas estuvieron fuera de su casa.  —Gracias, Miyeon. La verdad es que no sabía a quién llamar y eras la única persona en la que pensé. —Shuhua veía sus pies, muy avergonzada como para verle a los ojos. 

—¿Todavía te interesa audicionar al club de teatro? —Shuhua había olvidado la invitación, tampoco le había mencionado que se había memorizado las líneas del pingüino. Finalmente la vio sonriendo y se encogió de hombros. —No haría mal en intentarlo ¿No?—.

—Te irá genial, prometo no decirle a nadie que eras una traicionera que quiso entrar al club de baile. —Ambas rieron y Shuhua asintió, abrazando a Miyeon con fuerza. —Mañana puedes venir a la tienda y te ayudo a practicar, estaré todo el día ahí—.

—Prometo ir. —Shuhua la soltó, aceptando que ya era momento de entrar a casa. La menor se volteó para irse pero rápidamente se volvió, suspirando nerviosa. —Miyeon ¿Te puedo preguntar algo? —La mayor también estaba a punto de irse cuando volvió a ver a Shuhua, asintiendo ante su pregunta.

—¿No te hace problema? —Shuhua tenía miedo de preguntar. —¿No te hace problema que me guste una chica? —Los nervios le llenaron el cuerpo, asustada de la respuesta.

—No. —La respuesta no terminó de llegar. —A mi también me gusta una, y de hecho mi corazón está bastante destruido. —Confesó Miyeon, acercándose a besar la frente de la menor. —Y no tiene nada de malo, no tengas miedo. —Le aseguró, sabiendo que a la edad de Shuhua las cosas eran complicadas y difíciles de digerir. —Buenas noches, Shu—.

Shuhua volvió a su casa, pensando en lo que le acababa de contar Miyeon. Realmente las heridas que no se veían eran las más profundas. 

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N/A: Me disculpo por la demora, me encuentro muy ocupada últimamente así que quizá no pueda actualizar tan frecuentemente. Gracias por leer, un abrazo.