—Si no supiera con quién estás hablando ya te hubiera dado con este libro en la cabeza. —Shuhua levantó la mirada de la pantalla de su teléfono y la dirigió a la joven de cabello corto que sostenía un libro bastante grueso con ambas manos, su posición era de amenaza pero la expresión en su rostro le demostraban que era completamente inofensiva.

—¡Perdón, perdón! —Exclamó Shuhua, un poco más fuerte de lo que debía ya que se encontraban dentro de la biblioteca. Finalmente dejó su teléfono de lado y Soyeon arqueó una ceja sabiendo que apenas se encendiera la pantalla por alguna notificación perdería la atención de la Taiwanesa en un segundo.

Ese era uno de los días en que Shuhua había rogado a Soyeon una clase a último minuto para poder aprobar su examen del día siguiente. Después de unas semanas con su tutora sus calificaciones habían mejorado bastante pero todavía no eran suficiente como para llegar a fin de año sin tener que preocuparse de repetir el año.

Y por suerte su tutora resultaba ser la mejor amiga de su novia y Miyeon tenía la suficiente influencia sobre Soyeon como para convencerla de colar una clase de último minuto para ayudar a Shuhua.

—Shuhua, no vamos a conseguir que apruebes si no prestas atención. —Ahora la voz de Soyeon era suave, lo que en idioma-Soyeon (Shuhua prestaba atención) significaba que quería que le presten atención y que hablaba seriamente. —Miyeon puede esperar ¿no crees? —preguntó, sabiendo lo obsesiva que podía ser su mejor amiga cuando se trataba de las personas que le gustaban y al parecer Shuhua le gustaba mucho.

Los siguientes minutos los pasaron entre explicaciones e intentos de Shuhua por lograr el resultado esperado en alguno de los ejercicios. Soyeon tenía un método tortuoso de comenzar por lo más difícil para luego hacer los ejercicios más simples "Si puedes hacer esto podrás con todo" argumentaba la mayor aunque Shuhua no estaba muy feliz con tener que calentarse tanto la cabeza.

La menor mordió su labio inferior luego de la tercera vibración de su teléfono, lograr concentrarse comenzaba a ser un desafío muy grande y Soyeon contenía las risas por lo obvia que era Shuhua.

—Uno más, este. —Indicó Soyeon con su índice, la mirada de Shuhua se fue de inmediato al ejercicio. —Luego de eso le puedes contestar a Miyeon. —Aquello fue como el botón de motivación que logró que Shuhua se concentre en terminar su cometido.

—¡Terminé! —Nuevamente el alto tono de voz le hizo ganar las miradas del resto de estudiantes que estaban intentando concentrarse. Soyeon les ofreció disculpas con la mirada, casi como queriendo decir "es nueva en la biblioteca" y por suerte nadie manifestó su molestia de forma verbal sino más bien rápidamente volvieron a trabajar en lo suyo. Soyeon luego se dedicó a revisar el ejercicio que para su sorpresa había sido realizado a la perfección.

—Quién diría que tenía que amenazar con hablar con tu novia para lograr que termines un ejercicio a la perfección. —Molestó Soyeon, cerrando el cuaderno y viendo a la menor con una mirada divertida. —Creo que estás lista para aprobar, o al menos para salvar. —Soyeon era realista, pero al menos Shuhua lo intentaba.

La taiwanesa tomó su teléfono y abultó sus labios, algo que no pasó desapercibido para la más baja. —¿No te puso feliz su mensaje? —Hasta el momento nunca se había metido en su relación, sobre todo porque era su deber como mejor amiga estar siempre del lado de Miyeon.

—No es eso. —Replicó la joven de cabello largo, dejando su móvil sobre el mesón de madera típico de una biblioteca. —No era ella. —Un par de arrugas se formaron en su frente y movió su cabeza de lado a lado como intentando que aquel movimiento hiciera que los pensamientos se escaparan de ahí.

—¿Quién era? —preguntó Soyeon, quien creía que su mejor amiga agradecería si supiera que ayudó a su novia cuando se veía algo complicada.

—Era...Uh. —Pausó un poco, leyendo el mensaje nuevamente para asegurarse de lo que había leído. —La novia de mi papá, quiere que salga de compras con ella. —Explicó todavía confundida por la repentina aparición de su nombre dentro de sus mensajes.

—¿Eso es malo? —Preguntó Soyeon de la forma más honesta posible. Por Miyeon sabía que el papá de Shuhua se iba a casar, pero su mejor amiga había sido un poco reservada en cuanto a los detalles del trasfondo familiar de su novia. Yuqi por otro lado hablaba muy poco de Shuhua pese a que eran mejores amigas desde hace muchos años.

—No...no sé. —Shuhua parecía tan confundida como ella. —Jaekyung y yo nos hemos visto un par de veces, ni siquiera sabía que tenía mi número de teléfono. —Explicó, pensando en como nunca habían pasado tiempo a solas. Y pese a que sus pocas interacciones habían sido buenas y que además era la mamá de una de sus mejores amigas (y Shuhua estaba segura de que Jaekyung no podía ser terrible y dos personas adorables como Doyeon y Lucy habían sido educadas por ella) tampoco la conocía lo suficiente. —No voy a ir. —Soyeon notaba que la menor estaba teniendo un debate mental, no necesitaba escucharla para saberlo.

—¿Por qué? —preguntó Soyeon mientras guardaba sus utensilios y cuadernos dentro de su mochila. —¿No se llevan bien? —No estaba segura del motivo, seguramente era por ser la mayor entre las dos pero quería ayudar a Shuhua con lo que sea que pasara por su cabeza.

—No. —Respondió de inmediato, no dejando espacio para las dudas. —Es que no nos conocemos lo suficiente, sería incómodo. —Explicó, encogiéndose de hombros en el proceso.

—¿No sería más incómodo no ir? —Razonó Soyeon ante la sorprendida mirada de Shuhua. —Digo que podría ser más incómodo porque luego se tendrían que ver y ella sabrá que la rechazaste, en algún momento tienen que compartir ¿Por qué no empezar lo antes posible? —Las palabras de Soyeon comenzaron a ajustarse en su cabeza y finalmente estuvo de acuerdo en que la mayor tenía razón.

—¿Y si sale mal? —Soyeon sonrió, al parecer ya había ganado parte de la confianza de Shuhua.

—Si sale mal solo será la primera vez de muchas, poco a poco se van a acoplar mejor y quizá con el tiempo logren establecer una buena relación. —Shuhua no pudo evitar pensar que Soyeon era casi tan positiva como Yuqi, le hizo sentir bien el saber que su mejor amiga estaba en buenas manos. —No tengas miedo, piensa que es bueno que quiera dar el primer paso. —Shuhua asintió, era cierto.

No tuvo que explicar su decisión porque apenas Soyeon terminó de hablar ella llevó sus dedos a su teléfono para así responder la invitación de la novia de su padre.

Aprovechando que el aparato ya estaba en sus manos le escribió a su novia para excusarse de su tarde habitual, prometiendo ir luego.

—Seguro que Miyeon te va a extrañar. —Casi como si pudiera leer sus acciones, Soyeon la interrumpió, ella conocía bastante bien la dinámica que las dos tenían. Conocía muy bien su costumbre de pasar las tardes juntas en el lugar de trabajo de la mayor.

—¿Te puedo preguntar algo? —Aprovechando la mención de su novia, había algo que Shuhua tenía que sacarse de encima. Sabía que estaba mal no hablarlo con Miyeon, pero una parte de ella sentía que no quería escuchar ciertas cosas desde los labios de ella.

—Puedes, pero no prometo responder. —Intuyendo que se trataría sobre su mejor amiga, decidió poner la barrera de inmediato. Jamás diría algo que pudiera ponerla en aprietos o afectar la relación de las dos.

—Lo de Minnie unnie y Miyeon ¿fue muy serio? —preguntó, apretando sus nudillos como para poder contener un poco sus nervios.

Soyeon suspiró, una parte de ella quería contestar mientras que la otra quería quedarse en silencio. Decidió que lo mejor era pensar bien antes de hablar para que de esa forma lo que fuera que saliera de su boca fuera algo que no afecte a nadie.

Cuando las personas sienten en su corazón un extraño pesar, cuando una sombra oscura amenaza con taparles la luz pese a estar seguros de que es imposible que eso suceda. Cuando mil escenas pasan por tu cabeza como supuestos de una situación que sabes cómo va a terminar, pero incluso así sigues dándole vueltas. Eso seguramente significa que estás inseguro y Soyeon creía que eso era exactamente lo que estaba viendo y escuchando de parte de la taiwanesa. Shuhua estaba insegura.

—Lo fue. —Respondió Soyeon, tomando como su misión en la vida el ayudar a Shuhua a quitarse esa inseguridad de encima.

Minnie era el primer amor de Miyeon y eso nadie lo iba a cambiar.

Minnie fue la primera persona en romper el corazón de Miyeon y ese dolor vivirá por siempre ahí.

—Pero es parte del pasado. —Continuó Soyeon, hablando con toda la calma del mundo. —Minnie ahora es como un recuerdo, la realidad de Miyeon eres tú. —Soyeon esperó atenta el cambio en la mirada ajena hasta que finalmente llegó, sonrisa incluida.

—Gracias. —Shuhua pareció quitarse un peso de encima y Soyeon se felicitó internamente por lograr ayudar a Shuhua sin tener la necesidad de contar detalles sobre lo que fue la relación entre Minnie y Miyeon. —Debería irme ya. —Casi como si algo ajeno la estuviera apurando, Shuhua comenzó a guardar todo en su mochila mientras se ponía de pie.

—Y gracias por las clases. —Aclaró Shuhua, colgando la mochila en uno de sus hombros, observó por última vez a Soyeon y respondió. —Estoy muy feliz de que Yuqi esté con alguien como tu, por favor cuídala mucho. —Dijo antes de irse del lugar.

Soyeon se quedó pegada en su asiento viendo como la taiwanesa desaparecía frente a sus ojos, su pecho se aceleró al pensar que había recibido algo que no sabía que necesitaba. Tenía la aprobación de Shuhua.

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Shuhua se paró frente a la sala de urgencias, nunca había estado ahí y de inmediato lo agradeció. Los rostros de las personas en ese lugar le aterraba, había pánico en sus miradas o llanto descontrolado.

Se preguntó si así se veía Miyeon cuando de un momento a otro le notificaron de lo que había sucedido con su madre.

Unas suaves palmadas en su espalda la despertaron y atrás suyo se encontraba Jaekyung con la sonrisa de siempre.

—Shuhua, me alegra mucho que pudieras venir. —La aludida se quedó unos segundos viendo a la mujer frente a ella, no cabían dudas de que era hermosa y que la belleza natural que compartían sus dos hijas había sido heredada de ella.

—¿Estaremos solo las dos? —preguntó Shuhua, intentando no sonar tan intimidada por quien en poco tiempo sería su madrastra.

—Si, pensé que sería buena idea que pasemos tiempo juntas. —Aún con su mano sobre la espalda de la adolescente, Jaekyung comenzó a caminar haciendo que la menor le siga el ritmo de inmediato. —Doyeon tiene examen mañana y Hyojung está castigada. —Lo último lo decía con tal naturalidad que Shuhua se preguntó si alguna vez Jaekyung pudiera sonar enojada.

—¿Castigada? —preguntó, desconociendo que su mejor amiga fue castigada.

—Supe que estuvo en detención. —El corazón de la taiwanesa comenzó a latir fuerte. —Al parecer a tu papá no le molesta que tu igual estés en detención ¿o acaso no sabe? —Preguntó Jaekyung, quien todavía caminaba por las calles a las afueras del hospital donde trabajaba. Shuhua la seguía sin siquiera preguntar cuál sería el destino, la conversación la mantenía lo suficientemente distraída.

—Papá no es de preguntar esas cosas. —Su respuesta fue corta, pero qué más podía decir cuando era exactamente eso lo que sucedía.

—Por un lado eres suertuda. —Shuhua alzó la mirada, Jaekyung caminaba con prestancia y atraía las miradas de algunas personas. No encontraba razonable que ella y su padre estuvieran juntos, no es que su padre no fuera guapo pero no creía que tenía mucho talento al compartir con personas. —Pero por el otro debes enfocarte en los estudios, Doyeon y Hyojung son tan distintas en ese sentido. —Shuhua siguió a Jaekyung dentro de un centro comercial. —Doyeon siempre fue responsable, desde pequeña se enfocó en ser la mejor de su clase. —Shuhua sonrió, sabía muy bien de lo que era capaz la mayor de las hermanas.

—Hyojung por otro lado es un poco más dependiente. —Ambas se vieron, pero nadie dijo nada hasta que Jaekyung decidió continuar. —Doyeon todavía la ayuda a hacer sus tareas y tengo que repetirle constantemente que haga las cosas. Es como una niña atrapada en el cuerpo de una adolescente de un metro setenta. —Shuhua rió, efectivamente Lucy solía ser un poco infantil. Aunque tampoco la veía de la forma drástica en que Jaekyung lo estaba haciendo, quizá porque compartían muchos de esos aspectos.

Ambas se dirigieron a una tienda de decoración de hogar, Shuhua intuía que tenía que ver con las distintas remodelaciones que se hacían en su casa. —No me gustó que cuando llegaste el otro día te encontraste con la sorpresa de que algunas cosas estaban cambiando en casa. —Explicó Jaekyung mientras las dos pasaban por un pasillo de muestras de colores. —No estuvo bien. —Shuhua continuó caminando en silencio, parando de vez en cuando a ver algunas de las muestras que le llamaban la atención. —Por eso quería invitarte, quiero que seas parte de todo el cambio. Siento que no es fácil para ti y aunque amo a tu padre, tengo que admitir que sus habilidades blandas no son muy buenas. —Shuhua sintió lástima, lástima de ella misma. No quería sentirse así, no quería sentir la necesidad de acercarse a Jaekyung y esconderse en su cuerpo para recibir un abrazo.

—Me gusta este. —Interrumpió, prefiriendo hablar de colores antes que de sus sentimientos y de cómo sentía que su papá daba vueltas su mundo sin preocuparse de los daños colaterales.

—¿Para la cocina? —Preguntó Jaekyung, sabiendo que quizá estaba cruzando algún borde con la hija de su futuro esposo. Shuhua asintió, dejando el muestrario en las manos de Jaekyung quien parecía contenta con la elección.

—Deberíamos llevarlo ¿qué hay de las habitaciones? Había pensado en algo azul claro para la que van a compartir Doyeon y Lucy. —De pronto la idea de vivir con tres personas nuevas comenzó a parecer más real que nunca. Se quedó un momento pegada, intentando no demostrar alguna emoción que pudiera molestar a Jaekyung.

No era que no le gustase la idea, es que era excesivamente extraño.

—¿Estás bien? —preguntó Jaekyung, leyendo el cambio de expresión ajeno y Shuhua se aseguró de recordar que sin dudas sería difícil comenzar a vivir con alguien que pudiera realmente notar cómo se sentía. Comenzó a cuestionarse que quizá el que su padre nunca la comprendiera no era del todo tan malo.

—Me gusta el azul. —Al menos su talento de evitar preguntas con comentarios ajenos a la conversación continuaban intactos.

Ambas se volvieron al pasillo de los azules, y pese a sentirse un poco mareada con las diferentes tonalidades sintió algo de gusto por la tranquilidad que le emanaba.

Con algunas paletas en sus manos y pérdida en la tranquilidad que le producía ver el color decidió hablar.

—Sobre Lucy. —Jaekyung volteó la mirada a la joven, quien no se tomó el tiempo de devolverle la conexión visual. —Todo eso de que es dependiente ¿Es para que no le diga que con mi padre fueron amantes? —preguntó, finalmente viendo a Jaekyung quien por primera vez desde que se habían conocido parecía estar sin palabras.

—Porque si es por eso. —Continuó, volviendo su atención al azul claro. —Yo creo que se equivoca sobre Hyojung. Doyeon también se equivoca. —Recordó de pronto la conversación que anteriormente había tenido con la mayor de sus hijas. —Lucy es madura, y que ustedes no se sientan orgullosos de lo que hicieron no significa que ella no comprenda que algunas cosas simplemente suceden. —Con eso Shuhua le daba a entender que no criticaba la forma en que la relación entre ella y su padre se había desarrollado. La taiwanesa volvió a ver a su futura madrastra con una pequeña sonrisa en el rostro. —Pero si hay algo que aprendí hace poco es que ocultar u omitir una información es exactamente igual que mentir. —Todo lo que estaba sucediendo con su madre y la forma en que su padre jamás había sido capaz de decirle la verdad le ayudaron a establecer su argumento. —Y a nadie le gusta que le mientan, mientras más rápido Lucy se entere de todo menos doloroso será. —Terminó por decir.

Jaekyung parecía intrigada, Shuhua parecía madura y seria. Era la primera vez que la veía así, pero no se sorprendía tampoco ya que era muy poco lo que conocía de su futura hija. —Este es el azul. —Terminó por agregar la joven, estaba segura de que la futura casa de los Yeh necesitaría un poco de honestidad en sus paredes. Definitivamente le hacía falta.

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El camino de vuelta a casa fue silencioso, pero no incómodo. Habían encargado todos los colores para las distintas habitaciones que se iban a remodelar. El tema de Hyojung había sido completamente olvidado pese a que ambas sabían que era uno del que no podían escapar, sobre todo Jaekyung.

Ambas se bajaron del vehículo y caminaron hasta la casa donde su padre las esperaba, la imagen de él esperando por ellas era algo inusual. Quién diría que se necesitaría del amor para que Shuhua tuviera que experimentar la imagen de alguien esperando por ella cuando llegaba a casa, quizá se podía acostumbrar.

Jaekyung y su papá caminaron por cada una de las habitaciones mientras la mujer le iba mostrando los colores que había escogido junto a Shuhua, el simplemente asentía a todo y Shuhua rió al ver lo sometido que estaba su padre ante las elecciones de las dos.

Una vez sola en su habitación su mirada se fue a la habitación de la casa del frente. Se preguntó si Soojin estaba ahí, pero sus pensamientos se apagaron apenas su teléfono comenzó a sonar y el nombre de su novia apareció en la pantalla.

—¡Shu! —Una sonrisa se formó de inmediato, incluso si sólo se trataba de su voz siempre la hacía feliz.

—Hola bebé. —El silencio del otro lado de la línea la hizo reír, era primera vez desde que habían comenzado a salir oficialmente que una de las dos ocupaba los típicos nombres que usaban las parejas. —¿Qué? ¿Fue mucho? —preguntó divertida ante el particular silencio.

—Todavía no me acostumbro. —Las dos rieron, Shuhua comenzó a jugar con su cabello y se sintió como toda una chica estereotipo de película romántica. —¿Vas a venir? Ya es un poco tarde. —La menor podía imaginar el puchero en los labios de su novia.

—Creo que si, podría pedirle a papá o Jaekyung que me lleven. —Asumió, había escuchado que la mujer se iría a su casa prontamente y podría aprovechar un aventón.

—¿Jaekyung? —preguntó Miyeon, sabía que su novia había salido después de clases pero no conocía los detalles de su escapada.

—Cuando llegue te cuento. —Escuchando los pasos que se dirigían a su habitación decidió no hablar. —Nos vemos pronto, te quiero. —Shuhua no cortó el teléfono hasta escuchar las mismas palabras del otro lado de la línea, justo a tiempo para ver a Jaekyung entrando a su habitación.

—Estaba viendo la habitación de al lado. —Shuhua siguió viendo la ventana del frente, no veía a Jaekyung pero podía notar que su voz y su imagen no iban muy a la par. Jaekyung era alta y guapa, era difícil que alguien así pudiera pasar a primera vista como alguien dulce pero por otro lado su voz era eso, casi como un cantar de un pájaro. —El color que escogimos quedará maravilloso—.

Se formó una sonrisa en su rostro, por un momento cerró los ojos e imaginó cómo se vería la habitación de al lado. Efectivamente estaba de acuerdo con ella, era el color perfecto y así mismo una idea surgió en su cabeza. Abrió los ojos y vio las paredes de su habitación, todos los recuerdos y anécdotas colgadas en aquellos muros.

—¿Por qué no Lucy y Doyeon se quedan acá y yo me cambio a la otra? —Jaekyung abrió los ojos, sorprendida ante la repentina idea que le comentaba Shuhua.

—Pero Shuhua, este es tu lugar. —Con una sonrisa la novia de su padre se acercó a ella, descansó su mano sobre su hombro y peinó su cabello, algo que asumió era lo que hacían típicamente las madres. —No tienes por qué cambiarte, ya es mucho que tres personas vengan a tu casa. —Rió, intentando no pedirle a Shuhua más de lo que ya estaba dando.

—Pronto ya no será mi casa, será la casa de todos. —Aclaró, consciente de que todo estaba cercano a cambiar. —Pero cuando llegamos a Corea, papá escogió esta habitación para mí ya que era la más grande y así podía tener muchas cosas. —Shuhua sonrió, recordando como él mismo había armado la mayoría de los muebles que llevaban años descansando dentro de su habitación. —Ellas tendrán que compartir, creo que sería justo que ocupen la pieza más grande. Además ya escogí el color. —Jaekyung notó que había decisión en los ojos de Shuhua, lo que no sabía es que dentro de esa decisión habían muchos factores que la Taiwanesa había puesto en consideración.

Obviamente la mayor era porque quería ser una buena hermana, y sabía que ella tendría el privilegio de poder estar sola en su habitación, entonces ¿por qué no ceder un poco de sus privilegios y dejar que las hermanas Kim ocupen la más grande? Y además había algo casi poético, estaba segura de sus sentimientos y no había forma que alguien pudiera arrancar a Miyeon de su corazón, pero había tanto en esa habitación. Tantos recuerdos que inevitablemente la hacían pensar en la vecina de la casa de al lado, dejar ese lugar sería como dejar ir todos los sentimientos de una vez por todas.

—No voy a aceptar un no por respuesta. —Sentenció Shuhua, y Jaekyung suspiró.

—Está bien, muchas gracias Shuhua. —Todo fue sellado con un tímido abrazo, que más allá de todo terminaban por convencer a Shuhua de que Jaekyung no era el enemigo sino alguien que quizá podría ser un apoyo en su vida.

—¿Puedo pedir un favor? —Ahora los puestos se habían dado vuelta y Jaekyung asintió.—¿Me podrías dejar en casa de Miyeon? No es muy lejos. —Jaekyung soltó a Shuhua y arregló su cartera.

—¿Le pediste permiso a papá para ir? —preguntó, y Shuhua rió a lo que la mayor también lo hizo. —Claro...nunca me voy a acostumbrar a esa extraña relación que tienes con tu padre. No hay problema, yo te llevo. —Ante eso, Shuhua comenzó a preparar rápidamente su mochila con las cosas que iba a necesitar para pasar la noche junto a su novia.

—Miyeon ¿es la amiga con la que estabas el día en que nos conocimos? —preguntó Jaekyung, recordando que no había sido el mejor momento para conocerse. —Es muy educada, Doyeon me habló un poco. —Un poco de pánico recorrió su cuerpo, estaba tan acostumbrada a que su padre tuviera nulo interés sobre las personas con las que se juntaba, a excepción de Soojin o a veces Yuqi que el repentino comentario la hizo sudar.

—Me alegra de que tengas buenas amigas. —Shuhua intentó leer el comentario de alguna forma, quizá había un mensaje oculto o algo similar. No encontró nada, aunque el bichito seguramente se quedaría dando vueltas en su cabeza por un tiempo.

—Yo también. —Concluyó Shuhua ya con todo listo para por fin estar con Miyeon. —Gracias por hoy, fue un buen día. —Sonrió, con total sinceridad.

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N/A: ¡Capítulo 20! Lo tenía listo hace varios días pero no me animaba a subirlo por distintos motivos, espero que lo disfruten. Yo creo que la fic tendrá entre 25 a 30 capítulos, no estamos en la recta final pero sí comenzarán a pasar varias cosas.

Sé que es un horario poco habitual para actualizar aunque es jueves y por lo general actualizo los jueves (pura coincidencia) en fin, espero no hacerles esperar tanto para la próxima actualización. Se cuidan y un abrazo.

No revisé mucho el capítulo así que como siempre pido mis disculpas.