—¿Cuál es tu mayor deseo, Shu? —Los restos de la fogata iluminaban los rostros de las dos chicas. Tanto Yuqi como el padre de Shuhua se habían ido a dormir debido al cansancio que significaron todas las actividades del día. Soojin y Shuhua todavía se mantenían despiertas, ambas compartían una manta y disfrutaban del resto del calor que emanaba las cenizas ardientes.

—¿Mi mayor deseo? —Shuhua rascó su mandíbula, siempre que salían a acampar habían momentos serios en el que conversaban de cosas profundas. Últimamente a Soojin le encantaba hacerlo y la menor suponía que su mejor amiga había entrado en la edad de sentir todo con un poco más de intensidad. —No estoy segura, Jin. Supongo que seguir con una vida tranquila y que nunca dejes de estar a mi lado. —Las dos se tomaron de la mano, ambas descansaban sobre el muslo de Soojin y la mayor acariciaba su dorso con su pulgar.

—¿No crees que eso deberías darlo por seguro? —Soojin vio el perfil de Shuhua iluminado, se veía hermosa y se notaba como sus facciones cambiaban a las de una mujer.

—¿El ser feliz? —Soojin negó con un movimiento de cabeza que alcanzó a ser percibido por su amiga. —El que nunca voy a dejar tu lado, yo no me imagino mi vida sin ti. —Shuhua rió y seguido de eso se encogió de hombros.

—Las personas se alejan, Jin. Las personas que deberían amarte toda la vida cambian de parecer y te dejan. —Soojin siempre sospechó que Shuhua tenía problemas con el apego, sabía que se le hacía difícil hacer amigos verdaderos y tendía a creer que las personas eran pasajeras en la vida. —Pero yo quiero que te quedes en la mía. —Continuó, y con eso Soojin aguantó las lágrimas. Era una confesión brutalmente honesta e incluso un poco dolorosa porque nadie tenía que pasar la vida pensando que las personas en ella te podrían dejar de un rato para otro. Pero Shuhua ya tenía un método de defensa establecido.

—Haré todo lo posible por quedarme, hasta que seamos unas abuelas y sigamos viviendo una al lado de la otra. —Las dos rieron, sin duda era una imagen particular.

—O viviendo juntas. —Pensó en voz alta y Soojin suspiró. —Si, también podríamos vivir juntas. —La mayor pasó su brazo por detrás de la cintura de Shuhua y se quedaron en silencio abrazadas hasta que el fuego terminó por apagarse.

Soojin veía por la ventana mientras sus pensamientos viajaban al último viaje que había hecho con la que entonces era su mejor amiga. Se sentía mal porque pese a todas sus promesas parecía que finalmente Shuhua tenía razón. Las personas son temporales y en algún momento te dejarán.

Se le era muy difícil aceptar que era ella la que había cometido el error, que eran sus palabras sin pensar y sus acciones egoístas las que las habían llevado hasta ese punto. Pero era Shuhua, Shuhua no podía enojarse con ella por más de unos días.

Shuhua siempre volvía.

Shuhua era suya.

Pero no podía evitar sentir un amargor en el corazón cuando tenía a Shuhua a su lado pero no era ella el centro de su atención.

Shuhua estaba con Miyeon.

¿Quién es Miyeon? Pensaba Soojin, qué tenía ella para ofrecer a Shuhua cuando ella podía darle todo lo que la Taiwanesa necesitaba.

Aunque había algo, un pensamiento que le daba vueltas sobre la relación entre Miyeon y Shuhua. No podía quitársela de la cabeza, ladeo la cabeza para ver a Shuhua con la cabeza apoyada en el hombro de Miyeon.

—Yo creo que la loca está saliendo con esa amiga tuya. —Desde que Shuhua había dejado de almorzar con ella Soojin se tuvo que integrar al grupo de su novio. Hui estaba en el club de canto por lo que su mesa era una extraña combinación entre bailarines y cantantes.

Soojin por lo general no prestaba atención a las conversaciones a su alrededor, le parecía que ninguno de los temas era interesante. Pero cuando Lisa le dirigió la palabra y le hicieron entender que el tema de conversación era su mejor amiga les regaló toda su atención.

—¿Qué? —Soojin necesitaba mayor contexto y Lisa volteó los ojos, acostumbrada a la falta de atención que la bailarina siempre tenía.

—Tu amiga Shuhua. —Jeno rió al ver como Lisa explicaba todo de nuevo. —Últimamente anda por todos lados con Miyeon. —Sorn asintió, ella misma había hablado hace un tiempo con la mencionada sobre los riesgos que implicaba pasar mucho tiempo con Miyeon.

—¿Qué tiene? —Soojin sabía de la cercanía de ambas, pero no veía nada malo en su nueva amistad. Los celos estaban pero para ella no era tema.

—Ella es la chica que se obsesionó con Minnie en el verano. —Soojin la observó, Minnie desvió la mirada y se concentró en comer su almuerzo. —Yo leí todos los mensajes, no la dejaba en paz. —añadió Sorn, las tres eran inseparables ya que eran del mismo país pero Minnie parecía totalmente desinteresada en el tema, incluso cuando su nombre había salido a flote tantas veces.

—Shuhua es linda. —A decir verdad, Sorn sentía un extraño cariño hacia la Taiwanesa incluso sin que fueran amigas. —No me gustaría que termine acosada por Miyeon. Eres amiga de ella, puedes aconsejar—.

Soojin creía que ese día la conversación de la mesa no era más que homofobia que intentaban disfrazar con preocupación. Pero había algo en lo que no habían fallado; Miyeon y Shuhua eran más cercanas de lo que ella creía en un principio.

Era cosa de prestarles un poco de atención. Las miradas, los gestos e incluso las conversaciones que tenían de vez en cuando implican algo diferente a una amistad. Soojin suspiró frustrada, Shuhua quitó su cabeza del hombro de Miyeon y se quedó mirando a Soojin.

—¿Estás bien? —Shuhua preguntó, Soojin asintió y volvió a ver la ventana. Sabía que la Taiwanesa preguntaba con sinceridad y preocupación, pero tampoco podía ser hipócrita e intentar mantener una conversación con ella cuando la pelea había sido tan reciente. Se debían una nueva charla, necesitaban hablar las cosas y quizá pedirse disculpas.

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El lugar no tenía el mismo encanto de siempre. No era temporada alta y apenas habían algunos viajeros de pasada. El clima estaba de su parte al menos, y la compañía era extraña. Shuhua sabía que ese significaría la última vez que iba a visitar el lugar. Su papá no lo decía, pero el motivo por el cual estaban ahí era básicamente una despedida de todas las tradiciones que habían compartido hasta entonces. Una familia nueva significaba panoramas nuevos, significaba crear nuevos recuerdos.

El señor Yeh comenzó a descargar los bolsos, Yuqi y Shuhua tomaron la iniciativa de armar las tiendas mientras que Soojin y Miyeon quedaron paradas una al lado de la otra en un incómodo silencio.

—Shuhua, tus mujeres te van a volver loca. —Susurró Yuqi, sus manos ocupadas en plegar varillas y la Taiwanesa desvió la mirada a las dos mayores. Efectivamente la incomodidad se podía ver incluso a la distancia.

—No sabía que Soojin vendría. —Yuqi parecía sorprendida, no se imaginaba un viaje de los Yeh sin que ella no estuviera incluida. —Soojin siempre viene. —Le recordó Yuqi, no comprendía la incredulidad de su mejor amiga.

Miyeon aceptó que si quería que el viaje no fuera un fiasco entonces tenía que hacer algo al respecto, Soojin no había sido la persona más agradable del mundo pero alguna de las dos debía comportarse con madurez en ese momento.

—¿Vienen muy seguido aquí? —Preguntó, asumiendo que hablar sobre el lugar podría ser una buena forma de romper el hielo.

—Todos los años. Es la primera vez que venimos en esta época. —Agregó Soojin, todavía no sabía el motivo del viaje pero estaba agradecida de tener otra oportunidad de arreglar las cosas con su mejor amiga.

—Shuhua mencionó que podría ser la última vez. —Ante eso Soojin miró a Miyeon por primera vez, no le gustaba la sensación de que alguien supiera más sobre Shuhua. Que alguien tuviera información que ella desconocía y eran esas cosas las que le hacían perder la cordura, suspiró e intentó no pensar en eso. —La familia de Shu será muy distinta de ahora en adelante. —Soojin asintió, Miyeon tenía razón. Muchas situaciones en el mundo de Shuhua estaban cambiando y no solo su familia.

—Miyeon y Shuhua duermen ahí, Soojin y yo acá. —Explicó Yuqi, apuntando las dos camas inflables. Shuhua y Miyeon asintieron mientras que Soojin se mordió la lengua para protestar.

—Esto era más sencillo cuando sólo éramos tres. —Yuqi fue la única que escuchó a Soojin quejarse pero decidió no responderle para no provocar incomodidad en el grupo.

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Por primera vez desde que habían llegado las dos podían estar solas. Shuhua había sugerido caminar cerca del lago y una vez que estaban lo suficientemente lejos del grupo se atrevió a tomarle de la mano y entrelazar sus dedos con los de ella. Miyeon sonrió, sabía que la menor hacía sus esfuerzos y eso lo iba a valorar siempre.

—¿No tienes frío? —Miyeon negó, le gustaba cuando Shuhua demostraba su preocupación por ella en esos pequeños detalles. El día era cálido pero al caminar cerca del agua la temperatura se sentía más baja.

—¿Sabías que Soojin iba a venir? —Miyeon no quería sonar como una novia celosa, sobre todo porque todavía no tenía ese título pero los celos ya estaban instalados. Sabía que era muy pronto como para que Shuhua eliminara todos sus sentimientos por su mejor amiga, no podía evitarlo.

—No tenía idea. —Shuhua sonaba convincente. —Mi papá la invitó, yo creo que por la costumbre de que siempre que salíamos de vacaciones ella venía con nosotras. —Si aquello lo hubiera hecho en cualquiera de sus salidas anteriores entonces Shuhua hubiera estado agradecida pero en ese momento se sentía nuevamente como si su padre no tuviera idea de lo que sucedía en la vida de su hija.

—Está bien, no te preocupes. —Miyeon atrajo a Shuhua para que ambas dejaran de caminar, la más alta vio el agua y luego volvió a los ojos de la Taiwanesa. Sentía la ansiedad ajena, con su mano libre acarició su brazo y subió hasta su mejilla donde acarició la piel hasta que vio la sonrisa de Shuhua. —Haremos que sea nuestro viaje de todos modos—.

—¿Si? —Preguntó Shuhua, todavía insegura de no estar haciendo las cosas bien.

—Se me ocurren algunas formas. —La sonrisa en el rostro ajeno no desaparecía, Miyeon sabía que había dado en el blanco.

—¿Cómo cual? —Sintiendo a dónde iba el tema, Shuhua decidió continuar el juego.

Miyeon liberó un suave 'uhm' antes de atrapar los labios de Shuhua, no fue hasta que sintió los suaves bordes de sus labios que notó lo mucho que los extrañaba. El viaje no podía ser tan malo después de todo.

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Yuqi y Soojin se quedaron paradas, casi enterradas al suelo mientras veían como Miyeon y Shuhua se alejaban. Yuqi sabía desde el momento en que Soojin apareció en el viaje que tendría que ser su compañía la mayor parte del tiempo.

—Se ven lindas juntas. —Yuqi sabía que la joven a su lado tenía dudas sobre la relación entre las dos. Pero Soojin entendió gran parte de la relación cuando vio que ambas se tomaban de la mano cuando creían estar lo suficientemente lejos como para no ser vistas.

—¿No crees que es mucho para ella? —Las dos se sentaron frente al lago, era de esos extraños momentos en los que mantenían una conversación seria y pacífica, libre de sarcasmo o celos. Gracias al silencio de Yuqi, Soojin tomó la iniciativa de seguir hablando. —Es su primer amor, no quiero que sea complicado y difícil para ella. Sobre todo ahora que nuestra relación es un poco extraña. —Soojin no quería entrar en detalle de su vínculo con Shuhua, además creía que Yuqi entendía las cosas.

"No es su primer amor" pensó Yuqi, pero mordió su lengua para retener las palabras. —Shuhua es madura, si las cosas no resultan entonces sabrá sobrellevarlo y además no estará sola ¿o si? —Las dos tenían un compromiso de proteger a su mejor amiga ante todo, incluso aunque ellas no tuvieran la mejor de las relaciones. Si se trataba de la Taiwanesa ambas estaban dispuestas a lo que fuese necesario.

—No escuché los mejores comentarios de Miyeon. —Yuqi rió. Ella misma había escuchado la forma en que las personas hablaban de Miyeon en la escuela.

—En la escuela están todos locos. —Yuqi sabía que a Soojin no le importaba lo que dijeran los demás, pero si se trataba de Shuhua podría tomarse las cosas de forma personal. —Y eso que dicen de Miyeon pronto lo podrían estar diciendo por Shuhua y sabes que Shuhua es una buena persona. —Soojin se quedó en silencio, meditando las palabras.

No estaba segura de cuál era la historia completa entre Miyeon y Minnie. Había escuchado comentarios sobre como Miyeon había perseguido a la Tailandesa durante todo el verano de forma obsesiva pero Minnie jamás se había referido al tema. Siempre que el nombre de Miyeon era mencionado parecía que sus oídos se apagaran. Lo demás era algo que todo el mundo en la escuela conocía. Miyeon era como una bandera gay caminando por la escuela, jamás había ocultado su orientación y por lo mismo no tenía muchos amigos fuera de su club de teatro o la chica pequeña que ahora también pasaba mucho tiempo con Yuqi.

—¿Cómo lo haces, Yuqi? —Soojin apegó sus piernas a su pecho y apoyó su mentón entre sus rodillas. El lago tenía algo tranquilizador, la menor decidió imitar su postura y esperar unos segundos.

—¿Qué? —Yuqi no era adivina, pero presentía que Soojin quería cambiar el tema.

—Para estar con ella y no sentir culpa. —Soojin vio el perfil de Yuqi, no podía leer su expresión pero notaba que no era la alegre de siempre. —Yo no puedo estar a su lado. No puedo pasar mucho tiempo con ella sin sentir que voy a explotar o que se me llene de amargura el corazón, no lo soporto. —Los ojos de Soojin se enrojecieron y si no fuera porque estaba manteniendo una conversación seguramente ya se hubiera escondido entre sus piernas.

—Soojin. —Yuqi pausó, todavía no atreviéndose a mirar a la mayor. —Dijimos que no íbamos a volver a hablar del tema. —Observó sus alrededores nerviosa y finalmente se movió para ver a la mayor de frente.

—Yo sé que no es fácil. —Soojin temía de corresponder a su mirada, se sentía frágil. —Pero tu misma dijiste que así era mejor, en algún momento ella va a calmarse y no será tema. —Soojin asintió, todavía temerosa. —A mi también me cuesta verla a los ojos pero recuerda que hacemos esto por su bien, en eso quedamos. —Yuqi la tomó de la mano y ambas se vieron, en su mirada buscaba la aprobación ajena hasta que finalmente Soojin asintió. —Lo voy a intentar—.

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La noche había llegado, la fogata estaba encendida y luego de la cena se encontraron las cuatro frente al fuego. Era un grupo extraño pero por suerte Yuqi y Shuhua eran lo suficientemente divertidas juntas y así el ambiente mejoraba.

Las dos menores tomaban chocolate caliente mientras que Miyeon y Soojin calentaban malvaviscos en la fogata, ambas estaban concentradas en su trabajo. Soojin sopló el malvavisco para que no estuviera tan caliente y luego estiró el palito a Shuhua.

—Come. —Ofreció, Shuhua se sorprendió pero cuando estaba por tomar el malvavisco otro apareció frente a sus ojos.

—También te hice uno. —Anunció Miyeon y la menor movió la mirada de un lado a otro sin realmente qué hacer.

—Ese está un poco quemado, come este. —Soojin acercó la comida a ella pero cuando Shuhua estaba a punto de protestar, la boca de Yuqi apareció y se tragó el malvavisco de Soojin.

—¡Yuqi! —Se quejó la pelirroja, la China simplemente se encogió de hombros y con la boca llena se defendió. —Dijiste que el otro estaba quemado. —Mientras las dos peleaban Shuhua se comió el malvavisco de Miyeon.

Las dos se vieron con complicidad y usando su pulgar, Miyeon limpió los restos de malvavisco de la comisura de sus labios. Habían logrado que su primer día de viaje se tratara de ellas dentro de una burbuja.

—Miyeon, escuché que audicionaste para el papel principal de la obra de este año. —Yuqi apareció nuevamente con sus superpoderes para animar el ambiente y Miyeon sonrió mientras que Shuhua la veía con orgullo, creía que en parte merecía un poco de crédito por lograr que Miyeon se decidiera a audicionar. —Estoy segura de que le darán el papel. —Soojin sintió celos, no podía negarlo.

Ver a Shuhua tomar parte de los logros de Miyeon era algo que no estaba preparada para ver y se odiaba un poco, no debería sentirse así. Shuhua era su amiga y tenía derecho a enamorarse de alguien, pero ella no estaba preparada para compartirla con alguien.

Sus ánimos estaban tan bajos que no tuvo intención alguna de protestar cuando tuvo que acostarse al lado de Yuqi mientras su mejor amiga seguramente dormía en los brazos de Miyeon.

Se obligó a no ver, prefería ver la cara de Yuqi roncando frente a ella antes que voltearse y ver lo que de todos modos se imaginaba. Estaba harta del sentimiento, se sentía ahogada dentro de la tienda de acampar.

En medio de la noche decidió salir y tomar aire. No podía ir muy lejos por temor a perderse en medio del bosque o que alguien pudiera hacerle algo. El cielo estaba estrellado pero estaba muy helado, se sorprendió al sentir una manta cubrir su espalda. —¿Qué haces aquí? —La voz de Shuhua era suave y adormilada, Soojin sonrió y compartió la manta de inmediato.

—No podía dormir ¿y tú? —Shuhua la abrazó, seguramente como instinto para protegerse del frío.

—Estaba en el baño. —Soojin se sorprendió, por no querer ver la escena que tanto temía no había notado que a su lado solo estaba Miyeon durmiendo sola. —Volveré a la cama, no te quedes mucho aquí. —Antes de que Shuhua pudiera alejarse, Soojin la apretó contra su cuerpo y sus rostros quedaron a pocos centímetros.

—Shu. —Ante el llamado la aludida dio un paso atrás, incómoda con la posición en la que se encontraban.

—No, Soojin. No quiero hablar contigo. —No estaba preparada, no estaba dispuesta a exponerse a una conversación dolorosa cuando las frases de la última seguían quitándole el sueño.

—Lo sé. —Insistió Soojin, tomando la punta del pijama de la menor. Aferrándose al pedazo de tela como si la amistad de ambas dependiera de eso. —Shuhua ¿Miyeon te hace feliz? —La menor se quedó en silencio, no esperaba que su insistencia tendría que ver con ella. Pensaba que nuevamente terminarían peleando por el tema de siempre.

Lista para volver decidió asentir. —No hay nada que me haga más feliz que estar con ella. —Soojin leyó la sinceridad en los ojos de su amiga y finalmente la soltó.

—Si ella te hace feliz entonces haz todo lo que tengas a tu alcance para estar a su lado. —Shuhua estaba confundida, no sabía si tomarse bien o mal sus palabras. Ella no necesitaba la aprobación de Soojin, no cuando la relación entre ambas era tan delicada pero prefirió asentir.

—Lo haré. Yo quiero estar con Miyeon—.

Shuhua quería preguntar. Quería preguntar por todos los mensajes confusos que Soojin le había dado los últimos meses. Quería saber si su interés por Miyeon era por la sincera preocupación de una mejor amiga o algo más.

Pero no lo hizo. No estaba preparada para escuchar la respuesta. No quería abrir posibilidades que sabría podrían arruinar su relación con Miyeon.

El ruido del teléfono de Shuhua hizo que ambas despertaran de sus pensamientos.

—¿Tienes señal? —Preguntó Soojin, quien llevaba todo el día intentando comunicarse con su novio pero no lo había logrado.

—No lo sé. —Shuhua sacó su móvil del bolsillo. —Supongo que captó un poco de señal mientras fui al baño. —Tenía algunas llamadas perdidas desde Taiwán y algunos mensajes que finalmente habían cargado.

Tzuyu: Shuhua contesta.

Tzuyu: Yeh Shuhua.

Tzuyu: ¿Dónde estás? Tengo información.

Tzuyu: No tengo idea si te tragó la tierra pero necesito que me llames. Tenías razón, tu mamá está viva y creo que puedo averiguar una forma de contactarla.

—¿Todo bien?—Entre el sonido que hacían los latidos de su corazón y su impresión logró escuchar a Soojin.

—¿Qué?—.

—¿Estás bien? Pareces sorprendida. —Shuhua volvió a leer los mensajes e intercaló sus miradas entre la pantalla del móvil y la más alta.

Podía decir algo, se supone que debía gritar y alegrarse. Su mejor amiga estaba ahí y sólo ella podía ayudarla a decidir su siguiente paso.

—Si. —Volvió a guardar su teléfono y sonrió. —Era Lucy. Olvidamos hacer un trabajo y estaba un poco estresada. —Soojin no parecía convencida pero prefirió no insistir.—Volveré a la cama, no te quedes mucho aquí. Hace frío. —Shuhua no esperó respuesta y volvió a la tienda.

Se acurrucó al lado de Miyeon quien de inmediato la abrazó y entre sueño besó los labios de Shuhua. —Te extrañé, hace frío. —La Taiwanesa rió y aplastó el cuerpo de la más alta con una de sus piernas.

—Ya estoy aquí, no volveré a irme. —Recostó su rostro en el pecho de la mayor y dejó que los latidos de su corazón fueran como una canción de cuna que pese a todo lo que pasaba por su cabeza le ayudaron a quedarse dormida.

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N/A: Quiero decir que me encantan sus comentarios, me hacen reír y sin dudas me ayudan a sentirme mejor. Suelo ser muy insegura y si no fuera por los ánimos de ustedes no podría seguir con esto.

No les hice esperar tanto como la última vez y tengo el presentimiento de que podría subir nuevamente durante la semana. La fic superó las 300 estrellitas en wattpad, quizá la segunda update de la semana sea un regalo por todo el apoyo que me dan.

No revisé mucho, quizá mañana si me da el tiempo edite los errores.

Espero que el capítulo no les deje tantas dudas, prometo que todo tendrá respuesta en su momento. Como siempre no olviden cuidarse, un abrazo.