Después de un tiempo, besar a Cho Miyeon era una experiencia nueva cada vez. Shuhua había conocido en ello una nueva adicción que quería seguir probando en repetición. Sus favoritos podrían ser aquellos besos suaves y rápidos que se daban en la escuela cuando creían que nadie las veía, los besos profundos y largos cuando estaban solas en el negocio y los besos nostálgicos que se daban cada noche cuando Shuhua volvía a casa.

Con todo lo que había sucedido los ánimos que tenía la Taiwanesa de estar en casa eran incluso menos que antes, después de todo ahora tenía algo que la mantenía ocupada y ese algo era descubrir todos los tipos de besos que podía darse con Miyeon.

—Te irá bien. —Las dos estaban sentadas en uno de los pasillos de la escuela, no había mucha gente pero preferían mantener la distancia pese a estar una al lado de la otra. Ya era el día de la audición y Miyeon estaba comenzando a arrepentirse de audicionar para el papel principal por lo que Shuhua decidió quedarse a su lado para evitar que eso sucediera.

—Pero ya sabes que Doyeon es muy buena, además un rol secundario no tiene nada de malo. Incluso se verá bien para cuando aplique a las universidades. —Las cejas de Shuhua se juntaron para así hacerle saber a Miyeon que no estaba de acuerdo con su forma de pensar.

—Miyeon, hazlo como sabes hacerlo. Así como practicamos aunque menos romántica. —Aquello las hizo reír, también ayudaba a que los nervios se fueran un poco del cuerpo de la mayor. —No estés tan nerviosa, yo estoy segura de que si das todo de ti vas a convencer a Jokwon y Eunji y bueno, si no lo haces entonces sabrás que diste lo mejor. —Miyeon asintió, no aguantando las ganas de acercarse y besar suavemente sus labios. Al escuchar un ruido decidieron alejarse pero al menos las dos se sentían bien y Miyeon se sentía mucho más segura.

Las dos caminaron hasta el auditorio donde se estaban llevando a cabo las audiciones. Justo cuando estaban por llegar se cruzaron con Doyeon quien fiel a su estilo abrazó a Miyeon y le deseó todo el éxito del mundo. El ambiente que se vivía dentro del club de teatro era siempre positivo, pese a que todos querían obtener un buen papel no habían egos involucrados en su mayoría. A Shuhua le gustaba mucho eso, sobre todo porque Doyeon y Miyeon eran personas importantes para ella y no sería muy cómodo tener que estar en medio de algún tipo de pelea o similar.

Shuhua se sentó sola y Miyeon subió al escenario. Comunicó a los monitores que estaba audicionando para el papel de María y luego leyó algunas líneas, finalmente se preparó y cantó "I feel pretty" usando todo su carisma y al terminar de cantar recibió los aplausos de todos los que se encontraban en el lugar, Shuhua siendo la que probablemente aplaudió más fuerte.

—¡Estuviste genial! —Shuhua tomó a la mayor de la cintura y la elevó un poco, se sentía bobo pero a Miyeon le encantaba. La menor la bajó con cuidado pero no soltó su cintura. Al contrario, la mantuvo incluso más cerca de su cuerpo y si no fuera por los distintos estudiantes que todavía estaban en el auditorio Shuhua ya la hubiera premiado con muchos besos en su rostro.

—¿En serio? —Miyeon no era una chica tímida, pero se había dado cuenta de que con Shuhua su cuerpo reaccionaba de formas diferentes a como lo hacía con todas las personas. En ese momento sus mejillas ardían y se acaloraban ante la timidez que le producía recibir complementos de parte de Shuhua.

La Taiwanesa asintió rápidamente, no estaba siendo biased ni mucho menos. La voz de Miyeon era única entre todas las que había escuchado antes y eso lo sabía incluso antes de que comenzara a tener sentimientos especiales hacia la más alta. —Estoy segura de que vas a obtener el papel—.

Después de ver algunas audiciones a los papeles protagonistas las dos decidieron irse, Shuhua había audicionado el día anterior ya que no deseaba un rol protagonista. Las dos caminaban en silencio pero Miyeon podía ver algo en Shuhua que seguramente le molestaba.

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En el negocio Miyeon comenzó a barrer el lugar, no habían clientes y Shuhua estaba sentada en el mesón comiendo mandarinas y avanzando en una tarea para la escuela. Miyeon tenía una pequeña obsesión con hacer que Shuhua mejore su desempeño escolar y para eso decidió amenazarla.

—¿En serio no me vas a dar ningún beso? —Preguntó Shuhua casi por décima vez, Miyeon le daba la espalda mientras limpiaba por lo que la menor no podía ver la sonrisa que se dibujaba en su rostro.

—Debes terminar eso. —Confirmó Miyeon, incapaz de verle a los ojos porque seguramente perdería contra eso.

—Pero no entiendo. —Se quejó la menor y Miyeon podía imaginar el puchero en los labios de la chica que le gustaba. Decidió dejar la escoba de lado y caminó hasta el mesón, ojeando rápidamente los números que Shuhua tenía en su cuaderno.

Pese a ser mayor y a que había aprobado la asignatura muy bien su cerebro parecía no aportar en ese momento.

—Yo tampoco entiendo. —Shuhua rió, levantando la mirada para ver a Miyeon quien estaba muy concentrada en su cuaderno como para notarlo. —¿No se supone que Soyeon te ayuda con esto? —Preguntó, sintiendo que era incapaz de ayudarla.

—Si, pero esta tarea es para mañana y Soyeon me hace tutorías los viernes. —Miyeon asintió, tomando el lápiz de la mano de Shuhua e intentando no sonreír con el golpe de electricidad que le recorrió su cuerpo cuando los dedos de las dos se tocaron. Comenzó a escribir diferentes números, intentando recordar cómo hacer el ejercicio.

—¿Para mañana? —Razonó Miyeon, pequeñas arrugas se formaron en su frente y observó a Shuhua de forma desafiante. —Pero tuviste matemáticas hace tres días ¿por qué no hiciste esto antes? —La menor sabía que había sido descubierta así que no pudo hacer más que encogerse de hombros e intentar lucir lo más inocente que fuera posible.

Miyeon se estiró, tomando su teléfono para fotografiar los ejercicios. —Se los voy a mandar a Soyeon para que me ayude a refrescar mi memoria, en algún momento de mi vida yo sabía hacer esto. —Y eso hizo reír a Shuhua de una forma que llamó la atención de Miyeon quien hasta el momento solo estaba preocupada de ayudar a su chica con la tarea.

—¿De qué te ríes? —Miyeon se desconcentró, incluso luego de haber recibido respuesta de su mejor amiga.

—Eres divertida. —Respondió, apoyando su cabeza sobre la palma de su mano para poder seguir mirando a Miyeon con ojos divertidos.

—¿Por qué? —La pregunta salió con un poco de timidez, no sabía el motivo pero cuando Shuhua le miraba así lograba provocarle eso.

—¿Tan desesperada estas por darme un beso? —Preguntó y mordió su labio inferior por lo atrevida que podía ser a veces.

—¡Yeh Shuhua! —Gritó Miyeon, tirando el lápiz sobre el cuaderno y actuando como que se arrancaba el cabello, frustrada de que Shuhua la moleste cuando ella solo tenía buenas intenciones. Pero antes de que pudiera seguir alegando, Shuhua la tomó desde el cuello de su sweater y la acercó para poder juntar sus labios por primera vez desde que habían llegado al lugar. Pese a que Miyeon había hecho clara su amenaza de que no habrían besos hasta que Shuhua termine sus deberes tampoco podía negarse, sería de mala educación después de todo.

—Termina tu tarea. —Murmuró Miyeon, todavía tentada a volver a reclamar los labios que hace poco tenía encima de los suyos.

Shuhua se encogió de hombros todavía amenazante, pero prefirió no volver a meter en problemas a la mayor.

Miyeon le dejó el teléfono para que Shuhua viera los mensajes de Soyeon mientras ella se dedicaba a atender un par de clientes que habían entrado al negocio.

Por suerte para ella Soyeon tenía bastante talento para explicar cosas, de hecho sus calificaciones habían mejorado en el poco tiempo que llevaba aprendiendo con ella. Se concentró en terminar los ejercicios y bajo su criterio todo iba saliendo bien. Debido a la concentración que tenía mientras trabajaba no se dio cuenta de que con su brazo había movido ligeramente el chat.

Cuando volvió a ver para salir de una duda que tenía se sorprendió de leer su nombre en la pantalla.

Soyeon: Pero no te tienes que sentir culpable, lo de Minnie fue hace poco y es normal que tengas tus dudas. Ten cuidado con hacerle daño a Shuhua y diviértete un rato, intenta ser feliz con ella.

Bajó rápidamente para seguir viendo la explicación del ejercicio de matemáticas pero su cabeza seguía pegada con lo que acababa de leer. Sobre todo era culpa lo que sentía, jamás intentaría invadir la privacidad de alguien pese a que había sido un accidente "Si, no es nada" se convenció a ella misma, aceptando que no había hecho nada malo.

—¿Terminaste? —Shuhua se sorprendió de ver a Miyeon casi junto a su rostro, su corazón se aceleró y no sabía si era producto del efecto natural que tenía la coreana en ella o si temía de que la misma hubiera notado que leyó uno de sus mensajes privados.

—Ya casi. —Por la sonrisa de Miyeon decidió eliminar su suposición, al parecer estaba a salvo. La mayor asintió, sentándose al lado de Shuhua y pasando ambas manos alrededor de su cintura, descansando la cabeza en la espalda de la menor quien seguía trabajando en su cuaderno.

Era cómo estar así con Miyeon, su cuerpo era delgado pero más grande, caluroso y suave. Shuhua creía que era como cuando era pequeña y su papá la arropaba con su manta favorita para dormir.

Miyeon tenía mucha presión desde que su mamá se complicó, siempre fue una hija ejemplar pero desde ese día tuvo que dar un paso adelante en su hogar. Comenzó a trabajar, a cuidar de cosas del hogar y además de eso mantener buenas calificaciones para poder entrar a la universidad y por supuesto continuar en el taller de teatro.

Uno de sus temores era que así como cuando estuvo con Minnie sufrió mucho podría pasar algo similar con Shuhua. Sentía que podía estar la posibilidad de que lo que sea que estuviera pasando entre ellas sumara a las demás presiones que tenía sobre ella. Pero no era así, Shuhua no era una carga ni nada similar.

Shuhua la relajaba, la hacía sonreír y era lo que necesitaba luego de un día pesado. Estar así, como en ese momento; abrazadas y sin hacer nada en especial era exactamente lo que quería. Pese a todos sus temores decidió que Shuhua era necesaria en su vida y que haría todo lo posible para mantenerla en ella.

La menor estaba a mitad de su trabajo cuando su teléfono comenzó a vibrar sobre el mesón. —Tengo que contestar. —Miyeon asintió, soltando a Shuhua y extrañando el calor de inmediato.

—Tzuyu. —Miyeon arqueó una ceja al escuchar a la menor nombrar a esa persona desconocida.

—Si, si podemos hablar. —Luego de eso Miyeon notó que estaban hablando en chino y que tenía cero posibilidades de entender la conversación que mantenían.

—¿Cómo estás? Leí tus mensajes pero no entendí mucho ¿En serio tu y Soojin se dijeron todo eso? —Shuhua suspiró y asintió aún sabiendo que Tzuyu no sería capaz de verle desde Taiwán.

—Si, fue fuerte. No sé, estoy tan desilusionada y me duele el corazón pensar en todo lo que nos dijimos. Yo sé que estamos pasando por un mal momento pero lo que jamás imaginé era que fuéramos capaz de decirnos cosas como esas. —Shuhua por fin se sentía libre de expresar cómo se sentía. A diferencia de Yuqi (quien solía hablar desde sus celos a Soojin) Tzuyu era más centrada y ítica.

—Todavía creo que deben conversar sobre lo que sientes, Shuhua. Pero eso no quita que la forma en que se refirió a tu mamá fuera la equivocada. No te mereces eso y si quieres dejar de hablarle me parece lo mejor. No te expongas a algo que no mereces.—Vio a Miyeon atender a otros clientes y suspiró, no quería que ella sospechara de todo lo que le sucedía. No era falta de confianza, era temor de ser mucho en muy poco tiempo.

—Tienes razón. —No podía negar lo evidente, no podía seguir poniéndose en el lugar equivocado y actualmente ese lugar era una persona, era Soojin. —Tzuyu en realidad yo necesito pedirte un favor. —Shuhua caminó por los pasillos del local, intentando distraerse un poco de todo lo que pasaba a su alrededor.

—¿Qué favor? —Shuhua sabía que incluso con el poco tiempo que se conocían Tzuyu aceptaría de inmediato ayudarla en lo que ella quisiera. Tzuyu era una amiga incondicional, y ella estaba dispuesta a lo mismo.

—Necesito que me ayudes a encontrar a mi mamá. —Su corazón se aceleró apenas las palabras salieron de su boca. Había llegado el momento de hacer lo que quería hace tanto tiempo.

—¿A tu mamá? ¿Tienes información nueva? —Tzuyu estaba al tanto de la historia, pero no conocía todos los detalles ni las nuevas sospechas de Shuhua.

—Realmente no, pero tengo información de antes que podría servir y además ahora que sé que mi papá es capaz de mentirme a la cara sin que se le mueva un músculo creo que todo es posible. —Tzuyu se asustó al escuchar a Shuhua hablar así, la persona que había conocido hace unos meses era una joven llena de amor y alegría. Jamás pensó que podría escucharla hablar con tanto odio y resentimiento.

—Está bien. —Tzuyu se dio una pequeña pausa. —¿Cómo te puedo ayudar entonces? —Pese a todo, la mayor sabía que la única forma que sabía para ayudar a su amiga era intentando solucionar su problema.

—La primera información que tengo es que estudiaron en la misma escuela, es la misma en la que vas tú. —Shuhua conocía muy poco de la historia de sus padres, lo poco que pudo obtener hace varios años atrás era que se habían conocido porque eran compañeros de clase.

—Está bien, puedo buscar los registros académicos y encontrar a los estudiantes de la generación de tu papá ¿2000, no? —Shuhua podía imaginar a la Taiwanesa escribiendo todo en una libreta casi como si se tratara de una investigadora privada.

—Si, tengo entendido que mamá se embarazó cuando iban en el último año de la escuela. —Shuhua sabía que ella había sido producto de un error. Era el producto de dos adolescentes con las hormonas alteradas.

—Eso lo puedo buscar, al menos así acortamos una lista de nombres. Puedo buscar las que están fallecidas y esa debería ser tu mamá. —Eso hizo que el pecho se le apretara, la idea de aceptar la muerte de su mamá todavía era ajena y no estaba lista para aceptarlo. —Lleguemos hasta ahí y posterior a eso vemos qué hacer ¿Te parece? —.

—Me parece. —Recostó su espalda contra un congelador y desde la distancia vio como Miyeon continuaba trabajando en la tarea de Shuhua, incluso sin saberlo la hacía sonreír en momentos difíciles.

—Shu, no te pongas a pensar tanto. —Notando que por el tono de voz de la menor estaba desanimada. Intentó calmarla. —Voy a investigar esto lo antes posible y por mientras distraete ¿si? No ganas nada con pensar en supuestos, no te hagas daño a propósito. Ahora me debo ir pero apenas tengo información te llamo ¿Si?—.

Cuando volvió, Miyeon la tomó del brazo para acercarla y poder besar sus labios nuevamente. Realmente eran adictas la una a la otra. —Terminé tu tarea. —Una risa boba se le escapó, realmente Miyeon era una chica única y la idea de que sea su chica comenzaba a sonar demasiado perfecta en su cabeza.

—¿Con quién hablabas? —Miyeon no quería sonar controladora o celosa, pero la mataba la curiosidad. Sobre todo porque era una persona que asumió que era de su país natal.

—Tzuyu, mi amiga de Taiwán. Queríamos ponernos al día con algunas cosas. —Shuhua sonrió de forma convincente, después de todo no era mentira aquello.

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Cuando llegó a casa se encontró con el lugar vacío, de inmediato se arrepintió de no haber aceptado la invitación a cenar del padre de Miyeon. Se preguntó qué tanto iba a cambiar esa casa después del matrimonio, al menos ya no estaría vacía cada vez que volviera al lugar.

De pronto se dio cuenta de que las cosas muchas veces eran así, pero que cuando sucedía su cuerpo se movía automáticamente a la casa de al lado. Sus tardes e incluso varias de sus noches las pasaba ahí.

No podía mentir y decir que no lo extrañaba, sobre todo porque la mamá de Soojin era lo más parecido a una figura materna que había encontrado en su vida. Quizá un día podría visitarla, pero antes tendría que asegurarse que Soojin no estuviera ahí.

—Odio que sea así. —Suspiró antes de buscar algo para comer en alguno de los estantes. Antes de que pudiera escoger algo su padre abrió la puerta, era raro verlo a esas horas en casa.

—¿Papá? —Preguntó Shuhua, incrédula de creer que su padre podría estar ahí. Pero luego lo confirmó con la mirada, además su papá tenía bolsas de comida y eran del restaurante favorito de Shuhua.

—¿Todavía no comes, verdad? —Preguntó el hombre, dejó las bolsas sobre la mesa y con ayuda de su hija acomodó todo para que pudieran cenar juntos.

—Uh, no. Recién llegué. —Confesó en voz baja, no quería tener problemas con su papá por haber estado fuera.—Con Miyeon. —Agregó, pensando que al menos así su papá sabría que no andaba en cualquier lado. Su papá asintió, casi como si no le importara.

En nada estaban comiendo, el ambiente era tenso y Shuhua no sabía cómo mejorarlo, tampoco tenía intenciones de hacerlo.

—Cuando Jaekyung y las niñas vengan a vivir acá será muy distinto. —Comenzó a decir el hombre, comiendo y bebiendo agua de vez en cuando. —No quiero que te sientas incómoda, tampoco quiero que nuestra relación cambie. —Shuhua pensó que si las cosas eran incómodas, si la relación era distinta entonces el motivo era otro y no tenía nada que ver con Jaekyung, Doyeon y Lucy. Pero simplemente asintió, era incapaz de iniciar una pelea después de todavía sentirse herida con lo que había pasado con Soojin.

—Está bien. —Shuhua no quería sonar tan desanimada pero fue lo que le salió en el momento.

—Entonces estaba pensando. —El señor Yeh dejó todo de lado y puso toda su atención en su única hija. —¿Te gustaría que fuéramos a acampar? Algo así como una despedida a nuestra vida como la conocimos todo este tiempo. —A veces Shuhua se preguntaba si su papá pensaba las cosas antes de decirlas, o a lo mejor podía ser la época en que las personas que quería preferían usar palabras hirientes sin motivo alguno. A lo mejor Shuhua estaba sobre sensible, sea cual sea la razón su corazón se sentía dolido.

—Está bien. —Su papá sonrió, incapaz de notar que Shuhua seguía diciendo exactamente lo mismo y que no mostraba mayor emoción. —¿Puedo invitar a Miyeon? —No perdía nada con preguntar, realmente la compañía de la mayor era lo único que podía hacer de ese viaje algo memorable.

—Si sus papás están de acuerdo no veo problema, también invita a Yuqi. —Le animó su papá y Shuhua asintió, al menos no tendrían que soportar la presencia única de ellos dos. El viaje no sonaba tan terrible después de todo.

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La primera en llegar fue Yuqi, como en todos los viajes anteriores estaba vestida casi como un explorador. Shuhua rió pero acostumbrada a lo excéntrica que era su mejor amiga prefirió omitir los comentarios.

—Estoy muy feliz, necesitaba una escapada. —Shuhua se puso contenta de saber que al menos alguien iba a disfrutar del viaje genuinamente. Su papá tomó el equipaje de la China y continuó cargando todo en el vehículo familiar.

Al poco tiempo apareció Miyeon, se vestía de forma casual con jeans y un sweater que la cubría del frío matutino. —¡Miyeon unnie!—saludó Yuqi, sorprendida de verla en el viaje familiar. Asumió que todo eso era petición de Shuhua quien claramente estaba babosa por la mayor.

El señor Yeh saludó y guardó el equipaje de Miyeon quien ya estaba abrazada a Shuhua. —¿Estamos listos? —Preguntó Yuqi, demasiado emocionada como para esperar otro minuto antes de emprender el viaje.

—Falta Soojin. —Respondió el señor Yeh quien sin darse cuenta llamó todas las miradas.

—¿Soojin? —Susurró Miyeon, ahora su atención estaba en Shuhua quien se encogió de hombros.

—¿No sabías? —Preguntó el papá de la Taiwanesa, dirigiéndose a su hija. —Le dije que salíamos de viaje, pensé que ya lo habías hablado con ella. —Shuhua cerró los ojos, maldijo internamente a su padre por no saber ni intuir absolutamente nada de su vida. Igualmente ya era muy tarde y Soojin ya se encontraba entre el grupo de chicas.

—Soojin-unnie—Saludó Yuqi con una sonrisa malévola. —Este viaje será muy entretenido. —Aprovechando, tomó el bolso de Soojin y lo subió al auto, apurando así al señor Yeh. —¡Bueno! yo me pido el copiloto, ustedes tres se van atrás. —Anunció Yuqi, sentándose antes de que cualquiera pudiera protestar.

Y así fue como Shuhua terminó sentada entre Miyeon y Soojin por más de cuatro horas de viaje, apenas podía imaginar cómo serían los próximos días.

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N/A: Aquí está el capítulo semanal, espero sea de su gusto. Lamento si no es muy bueno, mi concentración anda algo mala pero hago lo mejor que puedo. La próxima semana será menos ocupada y quizá les pueda dar más de un capítulo. No revisé mucho el capítulo así que me disculpo por los errores.

¡Por cierto! subí mi primera colección de One shots así que les invito a leerla si gustan. La pueden encontrar en mi perfil.

Obvio no me iré sin preguntar algo, me encanta leerles.

¿Qué creen que pasará en el viaje? ¿Sería bueno que Soojin y Shuhua se reconcilien? ¿Debería Shuhua confesar sus sentimientos como aconsejó Tzuyu?

Abrazos y cuídense mucho.