Hay veces en que las personas necesitan un pequeño empujón para aceptar las cosas como son. Shuhua siempre pensó que era del tipo que sabía lo que quería y luego ponía las cosas en perspectiva antes de asegurarse de tomar un paso.

Iba sentada en el asiento para copiloto junto a su padre que conducía en silencio, no recordaba la última vez en que su papá la había ido a dejar a la escuela pero había algo familiar en aquello que le hacía sentir bien. En sus piernas descansaba la caja de pastelitos que había preparado junto a Miyeon el día anterior y cada vez que su mirada bajaba a verlos el rostro de la mayor aparecía en su cabeza. Estaba confundida y no lo podía negar, en su corazón sabía que lo que sentía por Miyeon era algo más que una simple amistad pero también estaba segura de que hace apenas unas semanas esos mismos sentimientos se los producía Soojin.

"Es distinto" se contestó a ella misma (su cabeza estaba llena de diálogos internos para intentar convencerse de algo y luego de lo otro) Pero efectivamente había algo distinto, quizá no en la intensidad del sentimiento pero si en los que iban acompañados a él. Cada vez que Shuhua veía a Soojin su corazón se amargaba, se apagaba y dolía. No lograba hacer que todo el amor que sentía por su mejor amiga fuera suficiente para curar las heridas que la misma dejaba.

Por otro lado, cuando recordaba lo que Miyeon le hacía sentir solo era capaz de percibir sentimientos positivos. Sus reacciones ante Miyeon comenzaban suaves y cálidas para luego terminar en fuertes fuegos artificiales dentro de su pecho y estómago. Con Soojin quería que todo acabara lo antes posible en cambio con Miyeon siempre quería que todo dure un poco más, que nunca tuvieran que separarse para poder seguir experimentando todos las sensaciones que ella le producía.

—¿Te vas a bajar? —Recién con la voz de su padre se percató de que ya estaban estacionados fuera de la escuela y que el hombre llevaba un buen rato viéndola sin entender en qué planeta se encontraba. Shuhua asintió, acomodando la caja con cuidado en sus manos mientras su padre daba la vuelta por el vehículo y así abrirle la puerta. —¿Quieres que te ayude con eso? —El señor Yeh notó que su hija seguía un poco distraída y temió por la seguridad de los pastelitos. —No, no. Estoy bien. —Shuhua le aseguró, por fin volviendo completamente al planeta tierra.

—Espero vendan todos sus pasteles, nos vemos en la noche. —Con un suave beso en su frente su padre se fue de la escuela y Shuhua comenzó a caminar lentamente hasta el salón del club de teatro donde estarían reuniendo todos los productos a vender.

Para sorpresa de la Taiwanesa, la única persona que se encontraba en el salón era Doyeon. Al parecer la mayor de las hermanas había quedado como responsable de recibir las cosas.

—Buenos días. —Saludó Shuhua un poco nerviosa, odiaba sentirse incómoda con alguien a quien tenía cariño pero el asunto con Doyeon era todavía incierto.

—Hola. —Saludó la alta, tomando la caja y dejándola con cuidado en un mesón que tenía ya otras cosas. —¿Fue muy difícil para las dos? —La noche anterior Lucy le había reclamado que no había sido muy educado de parte de ellas plantar a Miyeon y Shuhua cuando se habían comprometido a ayudar anteriormente. —De verdad lo siento, pero saber que todo esto de la boda me cuesta un poco—.

Shuhua asintió, jugando con sus dedos y moviendo su mirada entre sus manos y los ojos de Doyeon. Quería decir algo pero no estaba segura de que, sabía que quería arreglar las cosas e intentar que las tres pudieran tener una buena relación. —No es como que podamos impedirlo. —La voz de Shuhua era apenas audible por la mayor pero logró hacerlo. —Ven. —Doyeon la tomó de la mano y la llevó a una banca en la esquina de la sala. Por suerte nadie más venía y eran las únicas por el momento.

—Es extraño porque cuando estoy contigo siento que eres una niña muy madura. —Sonrió Doyeon, tomándose el tiempo para ver las facciones de la menor. —Olvido que tienes la edad de mi hermana y ella la sigo viendo como una niña. —Ambas rieron y Shuhua se enterneció al pensar en la adorable imagen que Doyeon tenía sobre su hermana menor. La verdad es que ella creía que con Hyojung tienen personalidades bastante similares, el que Doyeon la vea a ella más madura era algo nuevo. —Con todo esto de la separación de nuestros padres siento que debo cuidar más de ella. Hyojung adora a tu papá ¿sabías? —Aquello le tomó por sorpresa, sentía que su papá tenía más afinidad con Lucy que con Doyeon pero creía que eso se debía simplemente porque la mayor era reacia a aceptar a su padre.

—Cuando mamá nos lo presentó ellos se llevaron bien desde el primer día, supongo que tiene parte de esa personalidad encantadora que tienes tu. —Razonó Doyeon ante la timidez de Shuhua quien ya tenía las mejillas coloradas por su último comentario. —Lucy cree que mamá y papá se separaron porque papá quiso irse de casa e iniciar desde cero. —Shuhua asintió, si bien no conocía toda la historia sobre la separación de sus padres recordaba algunos comentarios que Lucy había hecho sobre cómo su padre se había ido de casa y que por el mismo divorcio habían terminado estudiando en su escuela. —Bueno, eso no es cierto. —Por el cambio en la expresión de Doyeon, Shuhua supo que el tema era delicado.

—Mi mamá y tu papá son amantes hace casi dos años. —No estaba segura del motivo pero sintió la noticia como un golpe de agua fría, como si ella misma hubiera sido la que se metió en una relación ajena. —Entendemos el motivo por el que no me agrade ¿verdad? —Shuhua no demostró ninguna reacción y Doyeon chasqueó su lengua intentando pensar mejor en sus palabras. —Yo sé que mi mamá tiene la misma culpa, también sé que hay cosas que no se pueden evitar pero no logro aprobar su relación. —Las dos se veían ahora directamente a los ojos, con seguridad y con algo de complicidad. A Shuhua no le caía bien lo que acababa de conocer.

—Yo sé que si Lucy se entera de todo eso no perdonará a mamá, probablemente se le rompa el corazón y no quiero ver así a mi hermana. —Doyeon comprendía que no podía sobreproteger a su hermana toda la vida, pero mientras tuviera oportunidad de hacerlo lo haría. —No quiero que tomes esto como un ataque contra ti o mucho menos, Shu. —La mano de la más alta se posó sobre el hombro de Shuhua quien asintió con una suave sonrisa.

—No estoy segura de qué decir. —Doyeon comprendió que Shuhua necesitaba tiempo de digerir la información, a ella también le había pasado. —Pero tarde o temprano Lucy se va a enterar y también no creo que podamos hacer algo para separar a nuestros papás a estas alturas ¿no? —Doyeon sabía eso, pero se negaba a aceptarlo todavía. Necesitaba ganar tiempo antes de hacerse la idea de que su familia como la conocía había acabado y que en algún momento Hyojung tendría que enterarse de la situación.

—¿Puedes guardar el secreto? Al menos hasta que pueda decirle las cosas a Lucy. —Shuhua odiaba quedar en medio de ese tipo de situaciones pero comprendía que el lazo entre las dos hermanas era más fuerte y definitivamente sería mejor que Lucy se entere de todo por boca de ella antes de que por otra persona. —Si, tienes mi palabra. —Antes de que pudieran seguir conversando un compañero entró a la sala para dejar algo para la venta. Shuhua tomó eso como señal de retirarse y caminar a clases.

—¿Shuhua? —La voz de su mejor amiga le hizo darse vuelta sobre su propio eje, Yuqi estaba ahí parada con un par de libros en sus manos. —¿Qué haces aquí tan temprano? —Para la China era común llegar varios minutos antes y preparar algunas cosas antes de iniciar las clases pero ver a su mejor amiga en ese horario era algo extraño. —Tenía que entregar algo para el club de teatro así que aquí estoy. —Dejó caer sus manos a sus costados y sonrió feliz de ver a su mejor amiga ahí.

—Ven. —No estaba segura de que se apoderó de ella, pero tomó a Shuhua con una de sus manos y la arrastró hasta la biblioteca sin mucha protesta de parte de la menor. —¿Qué hacemos aquí? —Ya era raro que estuviera a esas horas en la escuela pero si a eso se le sumaba el estar dentro de la biblioteca probablemente nadie le hubiera creído a menos de que tuviera forma de probarlo.

En el lugar había un par de alumnos que Shuhua podría contar con ambas manos. —¿Qué hacemos aquí? —La Taiwanesa se esforzó por hablar en un tono de voz bajo aunque de todas formas llamó la atención de un par de personas. —Quería un lugar privado. —La respuesta fue imitando el tono de voz anteriormente usado por su amiga. Ambas se sentaron en una de las mesas de estudio y Yuqi suspiró ganando así el susto de su amiga quien no sabía a qué se debía tanto misterio.—¿Está todo bien? —De forma predeterminada la pregunta salió de sus labios y Yuqi asintió rápidamente para así aliviar un poco los pensamientos de la menor.

—Te quiero contar algo pero me debes prometer que estarás feliz por mi ¿si? —Shuhua asintió sin dudar, si había algo que podía hacer era ponerse feliz por los logros positivos de sus cercanos.

—Recuerdas a Soyeon ¿Verdad? —Shuhua juntó sus cejas, no comprendiendo el repentino nombramiento de la más baja. —Claro, es mi tutora de matemáticas. La veo todas las semanas y además de eso ustedes siempre salen juntas. —Había un poco de tono de burla en su voz, estaba segura de que si mejor amiga se estaba dando vueltas innecesarias en vez de ir directamente al punto.

—Me gusta. —Yuqi junto sus manos sobre la mesa como si estuviera exponiendo sobre un tema serio. —Y le gusto, nos gustamos. —Shuhua sonrió divertida ante la seriedad que había tomado Yuqi.

—Te gusta y se gustan. —Razonó Shuhua moviendo la cabeza al mismo ritmo que su mejor amiga. —¿Y crees que yo no sabía eso? —Ambas se quedaron viendo con una sonrisa divertida. Yuqi estaba completamente segura de que Shuhua intuía las cosas, probablemente desde antes de saber que irían juntas al baile pero de todas maneras quería que la noticia oficial saliera de sus labios. Yuqi se acercó lo suficiente como para ser acogida en los brazos de su mejor amiga. Shuhua siempre emanaba un calor familiar que hacía que Yuqi se sintiera mucho mejor apenas estuviera a su lado.

No había nada que curar, Yuqi jamás se había sentido más feliz en toda su vida pero quería también poder compartir eso con la Taiwanesa.

—En el baile me pidió ser su novia. —La confesión salió casi un minuto después pero no se veían las caras ya que Yuqi prefería mantenerse oculta en el pecho de su mejor amiga. —Y le dije que sí. —Ella no la veía, pero Shuhua llevaba puesta una enorme sonrisa que parecía no desvanecer por nada.

—¿No crees que es muy guapa para ti? —Finalmente eso logró desconcentrar a Yuqi, quien terminó dejándole un golpe sobre el hombro. Ambas rieron, por suerte no había muchas personas en la biblioteca ya que sino probablemente las hubieran expulsado del lugar.

—Estoy feliz por ti. —El silencio luego de las risas se rompió con esa frase de parte de Shuhua, a las dos les brillaban los ojos de emoción. Se sentían grandes y maduras pero ninguna iba a mencionarlo, podían sentirlo. —Debes cuidarte mucho ¿si? —Yuqi asintió, sabía bastante bien a lo que se refería su mejor amiga. —En esta escuela hay muchas personas que no comprenden esto y no quiero que nadie te haga daño, yo mismo los golpeo. —Agregó, su poca experiencia en el tema le había enseñado que la escuela en la que ambas asistían no era tan amigables con la comunidad.

—Estará todo bien, Shu. Yo me cuidaré. —La menor la tomó de las manos y le dio un suave apretón para así asegurarse de que sus palabras fueran escuchadas. —Y entonces ¿Miyeon? —Las cejas de Yuqi se ondearon de forma provocativa, logrando que la menor se sonrojara mientras negaba con la cabeza. —¿Qué hay con ella? —Preguntó, intentando disimular su claro nerviosismo.

Algo que sucedía habitualmente entre las mejores amigas era que aunque quisieran no podían haber secretos entre ellas. Podrían no expresar vocalmente lo que les sucedía pero con gestos, miradas y acciones se lograban leer perfectamente.

—Yo sé que estás enamorada de Soojin. —La voz de Yuqi era suave, no quería herir los sentimientos de su amiga siquiera con su tono de hablar. —No tienes que tener vergüenza de contarme esas cosas, Shu. Yo siempre estaré de tu lado y te apoyaré en lo que necesites. —Shuhua mordió su labio inferior, asintiendo a medida en que sus palabras salían. —Entonces ¿qué pasa?—.

Shuhua se mantuvo en silencio pensando en cómo explicar exactamente lo que pasaba, hasta para ella era difícil comprender todas las cosas que le pasaban por la cabeza.

—Soojin me atrae tanto, es como un imán. —Explicó, evitando el contacto visual ya que así no se sentiría presionada a disimular lo que realmente sentía. —Y se siente bien pero luego duele tanto, es tortuoso y sé que me hace mal pero no puedo tenerla lejos tampoco. —Por primera vez se atrevió a ver a su amiga a los ojos, había algo en la mirada de Shuhua que hacía que el propio corazón de Yuqi doliera un poco.

—No me quiero sentir así, Yuqi. —El dolor en su pecho aumentó. —¿Cómo hago que pare? —Luego de la pregunta sus brazos se estiraron en busca de apoyo emocional, el que obtuvo de inmediato pues su amiga no desperdiciaba ningún segundo para ayudarle.

El llanto ahogado de Shuhua en el pecho de Yuqi tomó el puesto número uno de los sonidos que nunca más quisiera escuchar, era doloroso y luchaba contra las ganas de llorar ella también. El dolor de una era el propio cuando sentías a alguien como tu propia hermana.

—Y luego está Miyeon que lo repara todo. —Shuhua seguía llorando aunque su voz era entendible pese a eso. —Lo repara todo y luego me siento culpable porque ¿Qué tengo yo para ofrecerle a ella? —Shuhua limpió sus propias lágrimas y se quedó viendo a su amiga como esperando recibir una respuesta a todos sus problemas.

—Cuando me pides ayuda para algo o simplemente quieres que te escuche ¿sientes la necesidad de ofrecerme algo de vuelta? —En silencio embargó a Shuhua quien no supo qué responder a eso. —¿No? —Respondió confundida.

—Y yo tampoco por ti, Shu. —Yuqi sabía que era complicado explicarle a Shuhua que algunas cosas del corazón no tenían explicación ni mucho menos necesitaban fundamento. —Si Miyeon te hace sentir bien entonces solo cuida lo que tienes con ella, a las dos les brillan los ojos cuando se miran. Hay un lazo entre ustedes dos y se ve tan puro y especial. No pienses de más, ustedes se quieren. —Shuhua suspiró, tragando las palabras y analizandolas en su cabeza.

—Pero no es justo, no quiero estar con Miyeon porque Soojin no me quiere. —Yuqi sonrió, sabía que su amiga era una persona honesta que jamás buscaría dañar a otra persona. Shuhua era el tipo de persona que prefería quedarse sola con tal de mantener a los demás felices.

—¿Te has puesto a pensar en que quizá estas con Miyeon no porque Soojin no te quiere sino porque tú estás dejando de querer a Soojin? —Y con esa pregunta Shuhua se llenó de respuestas.

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—La venta del día de hoy fue un éxito, gracias a todos por participar y ser tan comprometidos con el club. —Eunji, otra de las monitoras del club agradeció. —Probablemente tengamos otra similar en unos meses pero por ahora sirve para financiar algunos gastos de la obra de fin de año. —Agregó, tomando asiento para que luego Jokwon continuara hablando.

—Sé que muchos están impacientes por saber qué obra haremos este año. —Shuhua y Miyeon estaban sentadas juntas como era de costumbre, la mayor descansaba su cabeza en el hombro de la menor. —Así que finalmente hoy lo sabremos. —Todos miraban expectantes al actor, cada año les sorprendían con una obra nueva.

—Este año junto a Eunji quisimos cambiar un poco las cosas, confiamos tanto en ustedes y los vemos capaces de dar un show de calidad si nos esforzamos lo suficiente. —Eunji nuevamente se puso de pie y se acercó a Jokwon, en sus manos tenía ahora varias hojas con algunos libretos.

—Este año haremos un musical. —Explicó Eunji mientras comenzaba a repartir los libretos a los estudiantes. —West Side Story. —Anunció Jokwon y los estudiantes que conocían el musical comenzaron a saltar y gritar emocionados, dentro de ese grupo se encontraba Miyeon.

—Les daremos los libretos y tienen dos semanas para practicar una audición para el papel que quieran representar. Como todos los años nosotros decidiremos si están aptos para el papel o si creemos que quedarían mejor en otro. —Eunji seguía repartiendo libretos mientras explicaba. —Y para los nuevos, no se asusten si no quedan en su primera opción. Pueden marcar sus preferencias y así al menos tendrán varias posibilidades de quedar en algún papel de su gusto. —Eunji finalmente terminó su labor y quedó al lado de Jokwon viendo cómo sus estudiantes hablaban emocionados sobre el libreto y el musical en general.

—Tendrán dos semanas libres del club para que practiquen pero estaremos disponibles todas las tardes por si necesitan algún tipo de guía, y bueno ya se pueden ir. —Jokwon anunció aunque la mayoría seguía conversando del tema del día.

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El camino de vuelta fue algo silencioso, Miyeon no quiso preguntar si estaba todo bien o si había un problema ya que igualmente se encontraba un poco cansada y todavía tenía una larga jornada laboral. Tampoco le preguntó a Shuhua si se iría a casa o si la iba a acompañar ese día como habían planificado anteriormente, pero como la menor nunca cambió su rumbo asumió que el destino sería la casa de Miyeon.

—¿Qué opinas de West Side Story? ¿A qué papel piensas audicionar? —Shuhua preguntó, sintiendo que el silencio que ella misma había impuesto en el camino podía ser un poco incómodo para la mayor. —Yo nunca escuché de ese musical—.

—¿No? —Miyeon entró a la tienda, Shuhua le esperó sentada sobre el mesón de siempre mientras la mayor iba por su uniforme. Al volver se sentó tras la caja registradora y se quedó viendo a Shuhua, casi perdiendo el hilo de la conversación por lo fácil que era distraerse con su belleza. —La historia está inspirada en Romeo y Julieta de hecho. La protagonista se enamora perdidamente de un chico de la banda enemiga de la de su hermano, tienes que leer el libreto y vas a entender la relación entre ambas historias. —Shuhua escuchaba con atención viendo cada gesto y en especial cada sonrisa que se escapaba de Miyeon, le encantaba verla hablar.

—Intentaré leerlo durante la noche. —Asintió Shuhua, convencida de que seguramente sería una buena trama. —¿A qué personaje vas a audicionar? —.

—Probablemente Anita, es una de las co-protagonistas. —Explicó Miyeon luego de atender un cliente.

—¿Y por qué no la protagonista? —Miyeon no había terminado de hablar cuando Shuhua la había embestido con la pregunta.

—Probablemente Doyeon sea la protagonista, mejor me concentro en hacer una buena audición para Anita. —Shuhua frunció el ceño y negó rápidamente, no le parecía bien que Miyeon se conforme con tan poco. —Debes audicionar para María—Shuhua estaba determinada a convencerla. —Además dijeron que podías expresar una segunda opción, Anita debería ser tu segunda opción. Eres una increíble actriz y tienes la voz más linda que he escuchado, estoy segura de que puedes conseguir el papel. —Shuhua se había puesto de pie y Miyeon también, ambas se quedaron viendo.

Miyeon quería decir algo, pero los labios ajenos se volvían cada día una tentación más grande. —¡Di algo! —Obligó Shuhua, quien seguía con esa expresión molesta que terminaba siendo más adorable que otra cosa.

—¡Está bien! Voy a audicionar para María. —Se rindió, dándose vuelta. Incapaz de seguir viendo a Shuhua sin sentir impulsos.

Shuhua hizo un pequeño baile de victoria y volvió a su lugar. Miyeon aprovechó que no venía nadie para tomar el libreto y comenzar a leer las líneas de María, tarareando de vez en cuando las canciones que la protagonista presentaba. La Taiwanesa decidió hacer lo mismo, no poniéndose muy contenta al notar que María tenía bastantes escenas románticas.

—Ugh ¿quién crees que será Tony? —Miyeon rió, intentando no preguntar por ese pequeño sonido que se le escapó a la menor antes de hacer su pregunta.

—Escuché que Jaehyun quiere audicionar, probablemente no sea el único. —Shuhua asintió, todavía leyendo el libreto. —Practiquemos ¡Yo seré Tony! —Shuhua le arrebató el libreto a la mayor y lo llevó a la página que ella había revisado.

—Súbete aquí. —Shuhua la ayudó a subirse al mostrador, Miyeon no podía evitar reírse ante lo espontáneo que era todo. —Okey, aquí vamos—.

La menor aclaró su garganta y repasó rápidamente las líneas.

—¡Baja! —Comenzó, Miyeon mordió su labio intentando no reír y tomarse en serio a Shuhua.

—¡No! —Contestó Miyeon, liberando una suave carcajada.

—¡María!—.

—Por favor, papá y mamá se van a despertar. —Ahora su voz sonó un poco más seria, pero seguía aguantando las ganas de reír.

—Será un minuto. —A diferencia de Miyeon, Shuhua se tomaba en serio sus líneas.

—Un minuto no sería suficiente. —Ante el cambio del diálogo, Miyeon comenzó a interiorizarse con el personaje, las palabras tomando mayor sentimiento.

—¡Será una hora entonces! —.

—No puedo—.

—¡Entonces para siempre! Voy para allá. —Pese a la seriedad, ambas comenzaron a reír cuando Shuhua intentó hacer la escena en que Tony subía las escaleras para llegar al balcón de María. La diferencia fue que aquí Shuhua se subió al mesón, quedando sentada al lado de Miyeon, no sin pasar a tirar algunas cosas. —¿Qué haces, taradita? —Rió Miyeon, volviéndose loca ante la ternura que le producía Shuhua. —Shh, sigamos—.

La menor volvió a tomar el libreto, buscando sus líneas.

—Es peligroso. —comenzó la mayor. —Si Bernardo se entera—.

—Le vamos a contar. —Continuó Shuhua. —Yo no soy uno de ellos, María. —La mano izquierda de la menor se posó sobre el hombro del mismo lado de Miyeon, intentado seguir las instrucciones de la obra.

—Pero no eres uno de nosotros, ni yo soy una de ustedes. —Miyeon estaba seria, leyendo las líneas y sintiendo nerviosamente el tacto ajeno.

—Para mí eres la más hermosa. —Por fin las dos se quedaron viendo, Shuhua volvió al libreto intentando no perder sus líneas y Miyeon se adelantó, poniendo la palma de su mano sobre los labios ajenos. Todo por seguir las instrucciones.

Ambas se arrastraron tontamente por el mostrador, Miyeon quedó tirada con su espalda contra el mismo mientras Shuhua gateaba dejando ambas piernas alrededor del cuerpo de la mayor. Una mano al costado de la cabeza de la misma para apoyarse y mantener la lejanía de ambos cuerpos y con la otra sostenía el libreto. La posición era comprometedora, pero ambas querían seguir lo que la obra decía.

—¿Tu padre te dice Maruca?—.

—Es un apodo, a él le gusta—.

—Y a él le voy a gustar yo—.

—No, él es como Bernardo, te tiene miedo—. Miyeon se levantó un poco, tomando algunos cabellos de Shuhua que le llegaban al rostro y los pasó por detrás de la oreja de la Taiwanesa. —Imagina tenerte miedo a ti—.

—¿Ves?—.

—Yo solo te veo a ti. —Y las dos se quedaron viendo, sus corazones latian fuerte y la única excusa que tenían para no hacer una locura era seguir con la obra.

—Oh, María. Por favor sólo mírame a mí. —Leyó Shuhua, tartamudeando un poco.

—"Sólo a ti, eres a la única que veo, para siempre" —Miyeon intentó recordar la melodía que llevaba la canción y el cambio en el género no pasó desapercibido para Shuhua quien cerró los ojos para escuchar la voz de la que podría ser un ángel. —"En mis ojos, y en todo lo que hago, nada más que a ti"—La pausa le hizo abrir los ojos, y ahí Shuhua se dio cuenta de que era su turno de cantar.

Intentando imitar la melodía de Miyeon continuó. —"Para mí no hay nada más que María" —Rió un poco ante su leve salida de tono, pero Miyeon no podía dejar de sonreír. —"Todo lo que veo es María"—.

—"Tony, Tony"—.

—Siempre tú, cada pensamiento que tendré, donde sea que vaya, tú estarás—. Shuhua leyó, creyéndose incapaz de seguir cantando.

—Tu y yo. —dijeron al mismo tiempo.

Ambas pararon, nerviosas por lo que venía y por la proximidad que se tenían. Miyeon levantó su mano libre y comenzó a acariciar el rostro de Shuhua, su mano bajó y la menor depositó un beso en algunos de sus dedos. Miyeon sintió la electricidad correr por todo su cuerpo "Es una obra" intentó recordar. —"Esta noche, esta noche" —Shuhua veía como las mano de la mayor continuaba paseándose por su rostro mientras Miyeon continuaba cantando. —"Todo comienza esta noche, te vi y el resto del mundo desapareció" —Shuhua dejó caer su libreto sobre el pecho de Miyeon para así poder entrelazar sus dedos libres con los de la mayor. —"Esta noche, esta noche, sólo te veo a ti, lo que haces, lo que dices. —Ahora la mano de Shuhua fue llevada junto a la contraria hasta el rostro de Miyeon.

Torpemente Shuhua intentó leer las líneas desde su posición. —Hoy, todo el día tuve el presentimiento de que ocurriría un milagro. Ahora sé que tenía razón. —Ambas se vieron y con guía de la mayor continuaron el resto de la canción.

—"Esta noche, esta noche. El mundo está lleno de luz, con soles y lunas en todas partes. Esta noche, esta noche el mundo es salvaje y brillante. Volviéndose loco, disparando chispas hacia el espacio. Hoy, el mundo era solo una dirección, un sitio para mí en el cual vivir. Ni bueno ni mejor pero aquí estás y lo que era sólo un mundo es una estrella...Esta noche"—La canción terminó y ambas dejaron los libretos de lado. Shuhua continuaba encima de Miyeon y sin tener que leer el resto de las instrucciones sus labios se juntaron en un beso suave y tierno, Miyeon tomó la mejilla de la menor para que no se alejara y poder seguir besándola hasta quitarse las ganas que se había aguantado todo ese tiempo. La mayor notó rápidamente la poca experiencia que Shuhua tenía al besar y eso la hizo sonreír entre medio, era todo muy dulce e inimaginable como para no hacerlo.

Pero entonces acabó y Shuhua se quitó de encima suyo. Miyeon todavía apavada por lo que acababa de ocurrir se demoró en abrir los ojos y volver a tomar asiento sobre el mostrador, que por cierto se encontraba hecho un desastre después de toda la actuación.

—Shu ¿Qué pasa? —Miyeon se preocupó, notando que Shuhua tomaba rápidamente todas sus cosas con lágrimas en los ojos. —Shuhua. —Llamó sin respuesta, la Taiwanesa caminó hasta el otro lado del mostrador e hizo un rápido contacto visual con ella.

—Esto no debió ser así. —Fue lo único que dijo antes de salir del lugar, dejando a Miyeon petrificada en su lugar y llena de preguntas sobre lo que acababa de ocurrir. Pero sobre todo llena de inseguridades que le hacían doler el pecho de una forma en la que ya no quería que le doliera.

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N/A: Me demoré 300 años en actualizar, estoy bien ocupada últimamente además de que la imaginación va y viene. Quería que este capítulo sea especial (ya saben el motivo) y bueno, quizá no les guste toda la inclusión de West Side Story pero es mi musical favorito y pienso que personalmente me moriría si me sucede algo como lo que le pasó a Shu y Miyeon (Soy una romántica, me perdonan)

En fin, muchísimas gracias por leer y por sobre todo por esperar. Yo disfruto demasiado escribiendo esto y que a ustedes les guste me pone demasiado feliz.

Sobre la pregunta que dejé al final del capítulo anterior creo que comparto opinión con la mayoría. Igualmente no odio a Soojin porque todas las cosas tienen un motivo en esta vida ¿no? Hay que conocer todos los lados de una historia.

Les dejo una nueva pregunta porque me gusta leerles ¿Qué opinan de la reacción de Doyeon?

Y además les dejo aquí la escena que intenté que Miyeon y Shuhua hagan (seguro fracasé) pero si la ven seguramente se les hará un poco más fácil imaginarla.

Tengan una linda semana, espero tengan paciencia para esperar la próxima actualización. 

PD: no alcancé a revisar mucho el capítulo, si hay errores pido disculpas. Quizá mañana lo edito.

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