Cayendo...

Crazy in Love

 

 

centro comercial, al supermercado, a mirar aparadores. Nos perdemos taeyeon y yo pasamos cada minuto libre juntas. Vamos a caminar. Vamos al intentando encontrar una nueva tienda de música, y descubrimos que ambasamamos el desviarnos y el perdernos. Incluso hemos leído Keats y Shelley en voz alta y tratamos de estudiar para nuestro examen corto de Inglés juntas. Le ayudo a recoger las hojas en frente de su casa. Entonces le ayudo a saltar en ellas, después de que construimos el más grande montón de hojas de Attila, Illinois.

Pasaríamos cada minuto juntos si pudiéramos. Pero la vida interfiere. Clases. Dormir. Trabajos. Otras actividades triviales. Su padre es dueño de una tienda de muebles y taeyeon tiene que trabajar en el almacén un par de noches a la semana.

Cuando no estoy con taeyeon, estoy hablando de taeyeon.

He agotado todos mis minutos celulares en seohyun y voy a tener que mudarme a una tierra lejana, cuando a papá le llegue la factura del teléfono normal, también.

—Creo que taeyeon y Colt realmente se llevarían bien —dice seohyun una tarde.

Es un jueves lluvioso, una semana antes de Acción de Gracias y estoy tumbada en la alfombra de mi dormitorio, después de detallar las noticias diarias sobre taeyeon.

—Lo siento. Por estar hablando solo de taeyeon —le respondo.

Pero sé que se llevarían muy bien, también.

—Vamos a redoblar esfuerzos cuando estés en casa en Acción de Gracias.

—Hecho.

Así que… —comienzo y esto es algo que he querido preguntarle a seohyun toda la semana, pero no pude sacarlo—. ¿Están tú y Colt todavía... todavía bien? Quiero decir, ¿estando cerca y esas cosas?

—¿Quieres decir que si todavía estamos teniendo relaciones uales?

seohyun siempre ha sido capaz de hablar de estas cosas con más facilidad que yo.

A veces me pregunto si alguna vez habría conseguido resolver lo de los pájaros y las abejas si no hubiera sido por ella. La pequeña charla de mamá dejó más preguntas que respuestas.

—La respuesta es sí, y es genial —dice ella.

—Eso pensaba —le contesto sin convicción.

—Fui a un centro de salud en la universidad —comienza ella.

—¿Estás bien? —Mi mente parpadea con todas las advertencias que recibimos de nuestro profesor de salud en el séptimo grado cuando nos habló de los peligros de las enfermedades uales, las enfermedades de transmisión ual y el SIDA.

—Sí. Pero es totalmente injusto. Quiero decir, los chicos deberían tener que preocuparse por quedar embarazados. ¿Por qué sólo nos pasa a nosotras?

—Buen punto. —Estoy de acuerdo, aliviada.

—Así que el Sr. Responsable lleva un condón en la cartera. Solo un 12% de margen de error. Sirve el 88% de las veces. Bastantes buenas probabilidades para un hombre, ¿verdad? ¡No, gracias! Así que lo hice.

—¿Hacer qué?

—Me dirigí a la clínica de salud de la universidad en busca de píldoras anticonceptivas. Tuve que esperar dos horas en una pequeña sala de espera, donde no había nada que leer, excepto los posters del sistema reproductivo humano de la pared. Hablar del control de la natalidad. Esas imágenes son suficientes para hacerte que nunca quieras tener relaciones uales.

—Ellos siempre me recuerdan a Candy Land —observo—. O tal vez Serpientes y Escaleras.

 

Exactamente. ¿u operando? —seohyun va a través de los detalles dolorosos de tener que confesar su activa vida ual a un médico que realmente no habla español. Finalmente tuvo que señalarle el diagrama y besarse el dorso de la mano con pasión.

Ella me hace reír, pero todavía estoy incómoda hablando de esto. Cuando termina, hay un segundo de silencio antes de que pueda cambiar de tema.

seohyun salta sobre ello.

—tiffany, no estas...

—No… ohh. Por supuesto que no.

—Pero ¿te gustaría?

No contesto. He pensado en ello. Sé que taeyeon también. Simplemente no besas a alguien como ella me besa sin al menos pensar en ello. Además, ella es una chica.

Nacen pensando en ello.

Se volvió oscuro afuera de mi ventana mientras hemos estado hablando. No he encendido las luces en mi habitación. Me alegro de que oscurezca.

—Bueno, tómalo con calma, novia —aconseja seohyun—.Es un gran paso. Son bastantes jóvenes aun. Y bastante nuevos como pareja. No se apresuren en nada.

—No lo estamos. —No señalo que ella es solo un año mayor que yo. Y que he conocido a taeyeon más tiempo que ella a Colt.

—Entonces, ¿Qué estarán haciendo los dos este fin de semana? —pregunta seohyun, probablemente sintiendo que estoy lista para un cambio de tema.

—Los dos estaremos trabajando mañana en la noche.

—¡Vaya mierda!

—Pero Robbie va a hacer parte de mi turno el sábado, así que estoy libre la noche del sábado.

—Me encanta ese chico —interrumpe Alicia.

—A mí también. De todos modos, Sandy tiene un partido el sábado por la noche, y Jackson va conmigo.

¡Que dulce! Eso debería ponerlo firmemente en el campo Ettermeyer. Incluso si él rompe contigo, no va a querer romper con Sandy.

—Muchas gracias —le digo sarcásticamente.

—Todo el mundo ama a Sandy. ¿No es la verdad?

En realidad, tengo ganas de ir al instituto el viernes, porque es la única vez que voy a ver a taeyeon. La mañana es la mejor parte.

taeyeon me está esperando en el estacionamiento de los de último año, y nos besamos antes de caminar juntas. Está tan liberador finalmente romper las reglas de Attila que prohíben las demostraciones públicas de afecto.

Soy habitual en la mesa del almuerzo de las animadoras y hablo tanto que apenas puedo conseguir comerme mi taco antes de que sea tiempo para regresar a clases. Pero me he saltado el desayuno, así que estoy lo suficientemente hambrienta para quedarme atrás y atiborrarme de la tortilla restante.

Solo sooyoung se encuentra todavía en la mesa cuando me trago el último bocado.

Tengo la sensación de que quiere decirme algo.

Rompo el hielo.

—Así que ¿estamos bien, sooyoung?

Deja escapar un suspiro, como si estuviera aliviada de que preguntara.

—Lo estoy, si tú lo estás, tiffany. Espero que no estés loca por las cosas. Quiero decir, antes. Acababa de... ya sabes. jessica y yo hemos sido amigas durante mucho tiempo. No quiero que resulte lastimada.

—¿Lo está? —pregunto. La cafetería se está vaciando, pero me imagino que esto podría ser digno de llegar tarde a clase.

—Ella está bien.

—¿Está realmente saliendo con suzy? —pregunto. Es algo más que un interés casual. Me gustaría ver a suzy y a jessicaa casarse, tener una docena de niños, y mudarse a California. Esta semana.

Se encoge de hombros.

—Eso creo. —Se acerca más—. Pero está esperando.

¿Esperando? —El taco ha detenido su viaje por mi tracto digestivo—. ¿Esperando por qué? —Pero creo que sé la respuesta. Creo que lo supe todo el tiempo.

—Por taeyeon. Dice que lo tienes por ahora, pero no vas a hacer lo que se necesita para mantenerla.

Estudio la cara de sooyoung en busca de signos de que está diciendo esto para llegar a mí, que es una misión secreta en su papel de embajadora. Pero no hay tales signos.

No tengo doce. Sé sobre qué está hablando sooyoung. taeyeon tampoco tiene doce.

Además, ella es un chica. Un chica que estaba obteniendo lo que quería de su última novia.

sooyoung se levanta de la mesa.

—Sólo pensé que deberías saberlo, tiffany. Y me alegro de que tú y yo estemos bien.

Ella puede estar bien. Yo, por otro lado, siento como si alguien acabara de estallar mi globo, de destrozar mi coche, y de atropellar a mi perrito.

Me quedo en la cafetería hasta que las damas de la cafetería y yo somos las únicos que quedamos.

Tengo ganas de caminar directamente a Fred y patear el resto de las clases, pero no lo hago.

En cambio, obtengo que me griten por estar tarde para la clase. Pero no me importa. Mi mente da vueltas, y las voces en mi cabeza están otra vez:

Plain young: No estoy sorprendida. Estás en las grandes ligas ahora. Tal vez las mujeres hermosas hasta noqueadas puedan mantener un novio o novia sin dormir con él o ella, o por lo menos darle algún tipo de o, pero no las chicas ordinarias con granos en la barbilla. No estabas destinada a ser una novia.

t.y.: ¡Hey! A las chicas les gusta el o, también. No es solo cosa de hombres.

Intento rechazar las voces porque están poniéndome más confusa de lo que ya estoy. Sé que yo era solo una niña cuando seohyun, Red y yo hicimos nuestro pacto de esperar hasta que nos casáramos. Pero las razones eran buenas y no han cambiado, aunque yo lo haya hecho. Si todo eso era cierto, entonces, ¿no es cierto ahora?

seohyun ya está crecida fuera del pacto, y me pregunto si Red lo ha hecho también. Quiero preguntarle. No quiero ser la única miembro de Abstinencia en Acción, sobre todo si realmente significa la pérdida de taeyeon.

Pero esto es del carajo. taeyeon no ha preguntado.

Todavía estamos disfrutando de llegar a conocernos el uno al otro. De besarnos y estar cerca.

Ojalá nunca hubiera hablado con sooyoung.

El resto del día, hago mi mejor esfuerzo para poner todo fuera de mi mente y volver a ser feliz con mi novia. Y para cuando el instituto ha terminado, estoy casi de vuelta con mi globo inflado, coche brillante y cachorro sano.

Odio que taeyeon tenga que salir después de la escuela. Caminamos al estacionamiento para los de último año juntos y encontramos a Fred. Me apoyo en la puerta del conductor, y taeyeon me besa.

—Por lo menos los dos seremos miserables en la tierra del empleado esta noche — ofrece.

—¿No hay posibilidad de que podamos vernos antes de que mi turno con Pretzel comience? —Toco su oreja, porque es tan perfecta y porque puedo.

Sacude la cabeza.

—Ya llego tarde. Y papá me hará cerrar la tienda esta noche. Podrías venir después de que estés libre del Jefe Pretzel, sin embargo.

¡Sí!

—Está bien.

Nos besamos una vez más y empiezo a contar los minutos hasta que lo vuelva a ver.

No puedo dejar de sonreír durante mi período de servicio en The Twisted Pretzel, incluso cuando una compradora motociclista loca y con múltiples perforaciones me llama idiota porque le eché sal a su pretzel con glaseado de canela. Ni siquiera cuando el Jefe Pretzel amenaza con retirar nuestro trato y hacerme trabajar el próximo viernes. Y ni siquiera cuando Robbie me pide ir a su baile de graduación con él... en tres años.

taeyeon me llama al celular en seis ocasiones, a intervalos regulares y me dice que me echa de menos. Me encanta el himno nacional.

Robbie se compromete a cerrar, así que patino tan pronto como el reloj marca las nueve. Fred y yo cruzamos la ciudad de vuelta a la calle principal de Attila, Illinois, donde el padre de taeyeon tiene su tienda de muebles, al igual que su padre antes que ella y su padre antes que ella. kim de los Muebles, la que estoy pensando es una especie de juego de palabras de la tienda House-familia-muebles, juego de palabras destacadas en lo alto de Picture This del único estudio de fotografía profesional, y la Farmacia de Wilson, una farmacia que vende de todo, desde libros para colorear hasta tablas de planchar .

estaciono a Fred en el frente y camino hacia la puerta. Está bastante oscuro en el interior, a excepción de una luz que viene de la parte trasera. El signo está volteado

a CERRADO. Toco el vidrio.

El aire de la noche es frío, y huele como que ya viene la nieve. Echo un vistazo al otro lado de la calle, a los bastones de caramelo gigantes que cuelgan de las farolas. Todo el pueblo está decorando para la Navidad antes de darle incluso oportunidad a Acción de Gracias. Algún día voy a postularme para alcaldesa y cambiaré todo eso. Pero esta noche me gustan incluso los bastones de caramelo.

La puerta se abre y me doy la vuelta.

—Entra —dice taeyeon manteniendo la puerta abierta para mí.

Me escabullo dentro y ella cierra la puerta detrás de mí. Luego se acerca y envuelve sus brazos a mí alrededor. Nos abrazamos durante un minuto antes de que nos besáramos.

Podrían hacer una película de nosotros.

—Vamos. Te voy a mostrar todo. —Toma mi mano y trotamos hacia la única luz que cuelga sobre una antigua puerta de madera.

Tira de la puerta abierta y me asomo detrás de ella.

—Ese es el almacén, donde he pasado más horas de las que las leyes de trabajo infantil permiten.

—Pobre muchacha —le digo entrecerrando los ojos en la oscuridad. Puedo divisar cajas contra la pared más cercana y tal vez algunos sillones más atrás.

—Ya basta de eso —dice corriendo hasta el otro lado de la sala de exposición y tirando de mí con ella. Se detiene en la pantalla de comedor y barre con su brazo en los muebles circundantes, como si fuera una chica de Boatshow mostrando los últimos yates.

—Tenemos aquí una mesa de campo de roble macizo, con dos paneles disponibles y sillas de madera maciza a juego.

—Me quedo con ellos —le digo—. Y quiero ese sofá. —Señalo al frente de la tienda, donde está un sofá perfectamente horrible y blanco, cubierto de plástico—. Porque me siento mal por él. Esa es la manera como escojo a nuestras mascotas, también.

Y novias. Siempre termino consiguiendo a los más feos de la basura, con los que soy positiva y ninguna persona cuerda jamás iría a casa con ellos.

—¿Qué? —pasa junto a mí y actúa totalmente ofendido—. ¿Te estás riendo de mi sofá?

—En realidad, más bien como burlándome —explico—. Y no solo el sofá. Mejor tomo esa pobre silla de allá, la de las ruedas de carro. Ah, y ese reloj horrible de allí, y...

—¡Eso es todo! —grita. Sus ojos entrecerrados, y su voz se vuelve ronca y malvada—. Nadie y quiero decir nadie...

—¿Es por eso que dijiste nadie?

—¡Nadie se burla de kim de los muebles y vive! —Se arrastra hacia mí, un paso a la vez, con las manos como garras elevadas dramáticamente—. ¡Pagarás por esto, muchacha!

Le doy vuelta a la mesa justo cuando me alcanza.

—¡Nadie dijo que yo tenía que pagar por esta basura! ―lloro.

Se ríe con maldad y me sigue sigilosamente. Corro detrás de un sofá de cuero y me agacho, pero él salta por encima de la parte trasera del sofá y aterriza a centímetros de mí.

Yo grito y me río mientras serpenteo alrededor de las sillas. Ella me persigue. Me apresuro debajo de una mesa y me acerco peligrosamente a derribar una lámpara. Estoy en el rincón más oscuro de la tienda, donde continuo chocando con cosas. No ayuda que me estoy riendo tan fuerte que casi no puedo respirar.

Puedo decir que estoy en la exhibición de la habitación porque me acabo de golpear con dos armarios. Hago una carrera por la cama y planeo esconderme debajo de ella, pero hay un fondo falso, al igual que en las habitaciones de hotel, así no dejas los calcetines debajo de la cama.

—¡Atrapada! —taeyeon me agarra por las rodillas y nos caemos en el colchón juntos. Me retuerzo, pero él me tiene—. Ríete de mis muebles, ¿lo harás? —dice en un terrible acento de Europa del Este—. ¡Ezto ez lo que le hago a las personas que ze burlan de kim de los muebles!

Me hace cosquillas y exploto en carcajadas. Es cruel e implacable.

—¡Alto! ¡Me rindo! —chillo—. ¡kim de los muebles es lo máximo! ¡Me encanta ese sofá! ¡Tú ganas!

Se detiene y se inclina hacia atrás para sentarse sobre los talones.

—Eso me gusta más.

Estoy agotada de correr y reír. Y solo en este segundo me doy cuenta de que estoy a solas con taeyeon. En una cama en la tienda de su padre.

 

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Comments

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yoonalim__ #1
Chapter 2: Hasta ahora, todavía no entiendo la historia.
yoonalim__ #2
Chapter 1: No comprendo
yoonalim__ #3
esta historia parece interesante
Dianasnsd
#4
Esta muy buena la historia, me dejaste picada, quiero saber cómo acaba.