Eroica [ kookmin ]

Description

[ OS ] Jimin era un bailarín de danza contemporánea, cuando Jungkook le propone tener una relación abierta, Jimin lo manda a contar pajaritos...


Capítulo Único.


Nota: Eroica es la Sinfonía nº 3 en E ♭ mayor , op. 55, (también italiano Sinfonia Eroica , Heroic Symphony ) es una sinfonía en cuatro movimientos de Ludwig van Beethoven . Una de las obras más famosas del compositor, la sinfonía de Eroica, es una composición a gran escala que marcó el comienzo del período medio creativo de Beethoven.

Fuente: La sinfonía , ed. Ralph Hill, Pelican Books (1949), p. 99.

En la actualidad se emplea en ceremonias fúnebres. En este o.s. representa la marcha trágica de la relación de Jungkook.

No hay definición tal como pasivo o activo por que no hay Lemmon/.


©Eroica por KuridaoreTaro, 2017

Foreword

Se estaciono cerca de la salida de los bailarines de la escuela de ballet y danza contemporánea.

Era como si Jimin presintiera las intenciones que Jungkook traía, desde el momento en que Jungkook bajó del auto, Jimin que acababa de salir no corrió a abrazarlo como siempre lo hacía, sus ojos no parecían luminosos, solo parpadeó sorprendido y desvió la mirada rascando su cuello.

Cuando se detuvieron frente a la casa de la familia Park, Jimin tranquilo esperó dentro del coche.

—Jimin...—susurró Jungkook.

Los ojos marrones de Jimin miraron a Jungkook, estaban cansados, con bolsitas negras rodeándolos, Jungkook se sintió culpable, Jimin estaban practicando muy duro para su presentación de fin de mes.

—Yo... no estaba fuera de la ciudad todo este tiempo —los ojos de Jimin no se apartaron, solo frunció un poco los labios y asintió.

-—¿Dónde estabas? —preguntó su voz era suave y uniforme, como si estuviera hablando dentro de la cabeza de Jungkook donde incrementaba la culpa.

—Di vueltas por ahí...—Una pausa silenciosa. Jungkook apartó la mirada—. Estuve pensando.

La mirada firme de Jimin estaba quemando un lado de la cara de Jungkook.

Jimin suspiró y desvió la mirada, Jungkook observó su hermoso perfil, los cabellos rubios le caían sobre la frente, la curva de sus labios era una ángulo decreciente, los ojos de Jungkook se deslizaron por la línea de su mandíbula apretada y no pudo evitar bajar a la nuez en medio de la garganta blanca de Jimin, que peligrosa piel de porcelana, le tentaba a pasar la lengua por todos lados. Tragó saliva. Se cuestionó la petición que iba a realizar.

—Creo que sería interesante, tener una relación abierta —de todos modos lo dijo con cautela, por supuesto, tentando las palabras casi esperando que Jimin saltara a arañarle la cara. En cambio obtuvo una mirada curiosa.

—Sí creo que sería interesante —Jimin envolvió las palabras con la misma cautela.

— ¿En serio? —Jungkook se emocionó—. Pensé que no estarías de acuerdo.

Jimin frunció el ceño distrayéndose con una pelusa que caía entre ellos.

—No me interesan las cosas que no me involucran —la expresión de Jungkook se petrificó.

Se aclaró la garganta.

—Jimin.

Los ojos de Jimin revolotearon hasta los de Jungkook.

— ¿Si?

—Hablo de tú y yo en una relación abierta —dijo las palabras lento como si estuviera hablando un idioma por primera vez.

—Oh —Jimin estudió la expresión seria de Jungkook—. ¿Te refieres a salir con otras personas?

-Es más algo como ser... -buscó una explicación razonable dentro de su cerebro-. Ser un poco libres-acompaño su voz con un gesto de manos, intentando encajar dos bolas invisibles.

- ¿Tu sientes que si estas en una relación convencional conmigo no eres libre? -preguntó Jimin, su tono seguía sereno.

-Si... ¡No! -Se apresuró a aclarar Jungkook-. No sé si me explico bien...

-En realidad, no me has explicado nada-interrumpió Jimin.

-Tu y yo, aún somos jóvenes, allí afuera hay grandes mundos que conocer -como si eso fuera una bandeja exquisita de detalles esclarecedores, se giró para asegurarse, que Jimin había entendido, pero parecía más confundido que antes y menos curioso, estaba en una posición corporal que disparaba vibras pesadas a Jungkook, se sintió un poco intimidado y dudoso de seguir exponiendo su deseo-. Sabes que a mí me gusta viajar -se obligó a continuar, por el bien de su propia dignidad-. En los viajes pasan cosas...

-Ya veo, ¿En estos últimos viajes que has hecho han pasado ese tipo de cosas...? -tenía los brazos cruzados sobre el pecho y Jungkook no creía que fuera en busca de calor.

- ¿Qué?... ¡No! Yo no haría algo así, por eso quería proponerte esto -fue una mala elección de palabras, lo comprendió cuando vio la mirada de Jimin endurecerse.

-Me dices que en algún momento, te sentiste tentado pero te detuviste, pensando en nuestra relación. ¿Es eso?

-Algo así... ¿Estas molesto?

-No, yo aprecio que lo hayas hecho.

-...

-...

-Entonces -Jungkook sondeo el territorio-. ¿Qué piensas de la relación abierta?

-Una relación abierta -Jimin probó las palabras en su boca, no le gusto el sabor, Jungkook pudo verlo en su rostro, una corazonada oscura se imprimió en el fondo de su mente-. Yo no quiero, que pienses que nuestra relación, es una barrera que te impide, seguir lo que manda tu corazón -Jungkook exhaló un poco de aire contenido, tal vez todo no estaba perdido- Supongo que una relación abierta, serviría -la emoción volvió al pulso de Jungkook-. Solo que... no conmigo, yo no creo en la poligamia, disfrazada de ideas modernistas, si vas a estar conmigo, no puedes querer a nadie más -la mayoría de los presentimientos de Jungkook, siempre eran acertados, en mayor porcentaje los malos.

-Jimin... -tenía que arreglar esto ¿Por dónde empezar a pegar lo que había roto?

-Terminemos Jungkook -espera puedo poner pegamento aquí... ¡¿Qué?! ¿Eso lo dijo o yo lo pensé? Concéntrate Kook, él dijo terminar, terminar de romper, de no volver a ver, de ruptura de verdad, no metafórica.

-Yo no quiero terminar contigo -dijo cuando encontró la función cerebral correcta para hablar.

-No te estoy dando una opción Jungkook -deja de decir mi nombre, que me desconcentras.

-No vamos a terminar, yo te amo...

-Eso no te detiene de desear a alguien más.

-Escucha, esto solo fue una idea tonta...-había muchas palabras que sentía la necesidad de decir, pero no recordaba como ordenar sus pensamientos.

-Tú dejaste claras tus intenciones y yo no me voy a convertir, en un paranoico novio, que espera que cuando vuelvas a casa, aun lo ames.

-Jiminie...

-Estamos terminando Jungkook, de todas maneras, no estamos perdiendo nada, lo nuestro se viene muriendo, desde hace meses, ahora solo termino de agonizar -con las últimas palabras dejó escapar un suspiro resignado.

Jungkook alzó la vista, al cielo del coche para buscar respuestas.

- ¿A qué te refieres? -preguntó confundido-. Nosotros estamos bien.

Jimin inclinó la cabeza escéptico.

- ¿Es por eso que quieres una relación abierta?

Jungkook abrió la boca, pero volvió a cerrarla con miedo, de decir algo que los hundiera más profundo.

-Escúchame -demandó Jimin, leyendo los desordenados pensamientos de Jungkook-. Ya no me llamas, ni contestas mis mensajes, dices que estas fuera la ciudad para no verme -no sonaban como recriminaciones, Jungkook sentía que Jimin le leía los ingredientes de la sopa del domingo, por alguna razón eso le inquietó-. Cuando recuerdas que aun tienes novio y me buscas, no tengo idea donde está tu mente, si quisiera hablar con un pedazo de carne, me sentaría a conversar el origen de la vida con mi desayuno-comenzó a acomodarse el bolso para salir del coche-. No soy idiota -apretó los dientes, pero su voz aún era aterciopelada cuando volvió a hablar mirando el abismo en los ojos de Jungkook-. Tenemos el mismo círculo de amigos-se apartó unos cabellos que le caían en los ojos-. Recibo tantos mensajes, de imágenes tuyas coqueteando, con chicas, ni siquiera me entere cuando empezaron a gustarte las chicas y por el infierno que trate de justificarte, pero ya estoy cansado -apoyó la cabeza sobre el respaldo del asiento, exhaló esperando que el dióxido de carbono se llevara la presión que sentía en el pecho-Es muy agotador, llevar este lastre cuando tengo que convertirme en un bailarín ligero sobre el escenario -abrió la puerta del coche.

Jungkook estaba en shock, teniendo un colapso mental, con la vista perdida en algún punto, de la cara de Jimin, parpadeó horrorizado, ante el rumbo de sus propios pensamientos y se planteó que toda la situación, fuera un juego de su imaginación. Atrapó el brazo de Jimin.

-Jimin, lo siento tanto, no tenía idea -Jimin no regresó la mirada a sus ojos, se sacudió el agarre de Jungkook.

-Ahora lo sabes, la próxima vez, consigue una pareja, que viva a kilómetros de ti... así tus amigos, no le enviaran basura.

Jungkook no podía decir nada más, estaba congelado, despedazándose por dentro, como el tapiz viejo de una pared. Veía las cenizas esparciéndose, resultado del incendio que el mismo propagó sobre su relación, unas llamas, que no tenía nada que ver, con la pasión, destruyeron su felicidad.

Acercó las manos para tocar el rostro de Jimin y asegurarse que estaba en la realidad, pero Jimin se alejó, dejando la mano de Jungkook extendida, a medio camino en el aire.

-Jimin...-esos ojos castaños, miraron directo a los ojos negros de Jungkook, el fuego en su mirada era helado, un fuego destructor, azul y peligroso-. ¿Puedo abrazarte?

Jimin apartó la mirada, con una sonrisa satírica de medio lado.

-No, estoy seguro que conseguirás muchos abrazos, ahora que eres libre y nosotros terminamos -salió del auto, dejando a Jungkook, con la idea que Terminamos, debería ser una mala palabra, censurada en un vocabulario educado.

Cuando comprendió, lo que acababa de pasar, en los últimos quince minutos, Jungkook golpeó su cabeza con el volante, obtener esa respuesta, no fue en ningún momento su objetivo cuando se levantó por la mañana, en realidad, nunca fue su objetivo, ningún día de la semana, una idea tan indignante jamás paso por su mente. Park Jimin para Jungkook, era sinónimo de amor y ternura, que lo acompañarían, hasta el día de su muerte.

Necesitaba pensar.

. . .

 

Cinco días después, sumergido en la bañera, aun necesitaba pensar más.

Jimin tenía razón, en cada palabra que pronunció, Jungkook no era capaz de recordar, cuando fue la última vez que lo abrazó, ese hecho tomo mucha relevancia después del rechazo de Jimin a envolverlo con sus brazos. Se volvió más consciente, de sus descuidadas faltas de afecto, sobre todo ese día por la mañana; había salido con Lisa a tomar un café, la chica estuvo sobre él en todo momento, casi sentándose en su regazo bajo la vista de media ciudad.

El tacto de Lisa era diferente, exigente y asfixiante, hasta querer estrangularla, sus labios se movían, a una velocidad anormal, que distorsionaba las palabras antes que Jungkook las terminara de entender, vestía colores que alteraban la vista de Jungkook, sus uñas era demasiado largas, a Jungkook le estremecía lo que podría hacer con ellas, sus piernas estaban muy desnudas... sus opiniones era vacías y no tenía buen gusto musical. En media hora Jungkook, ya había enumerado demasiadas cosas, que le disgustaban, y el resto de las dos horas, estuvo fantaseando con ahogarla en una taza de café gigante, tan profunda, como las mentiras de Lisa.

Cuando volvió a casa, y se metió en la bañera, a compararla con Jimin, se consoló alegando que era normal, acababa de terminar una relación de tres años, siete meses y doce días, con el chico que había sido su amigo desde que cumplió quince años, el chico que fue su primer beso y su primera vez, el chico que le había enseñado a amar sin condiciones y él le había devuelto el favor, rompiéndole el corazón, con su egoísta actitud ciega.

Deseo que Jimin le hubiese gritado dentro del coche, que le arrojara a la cara la basura en que Jungkook se había convertido, eso significaría que Jimin estaba enojado con Jungkook, que era un sentimiento, mucho más tranquilizador que esa paz interior de párroco cristiano, con la que había susurrado las palabras a Jungkook. El enojo hubiese significado, que las cenizas aún tenían una llama suscitable y un fuego de pasión rescatable, sin embargo, la amargura apaciguada de Jimin, solo le restregaba filosa sobre la piel, las horas que Jimin desgasto, en digerir el funeral de su relación, minutos llenos de desencanto, llanto y desahogo, noches frías y solitarias, donde Jungkook ignoraba el teléfono.

Jimin atravesó la negación, el dolor, la ira y ahora bordeaba en la superación. Jungkook se sintió envidioso, había sido él mismo, el martillador del clavo final, en el féretro de la última esperanza, que murió en los ojos de Jimin antes de bajar del auto.

A Jungkook le dolía el corazón, los pulmones y el cuerpo entero. ¿En qué momento había asesinado el amor? Era duro comprenderlo.

Alguien golpeó la puerta.

-Jungkook ya tienes veintidós años, no puedes esconderte de tus problemas por siempre en el cuarto de baño -gritó Kim Taehyung, desde el otro lado, de la puerta de roble.

-Vete a la mierda, Kim -gritó cordial en respuesta.

El cerrojo puesto, no detuvo a Taehyung, entró al cuarto de baño, con la furia adorable de una bandada de gansos chillones y enojados.

- ¡¿Qué haces?! -Jungkook se hizo bolita en la bañera, las burbujas habían desaparecido y la claridad del agua dejaba su desnudez expuesta.

-Estoy viniendo a la mierda, hermano, ahora mismo tu eres sinónimo de mierda -se sentó en el borde de la bañera, en la esquina, donde podía ver los ojos de Jungkook y un poco más allá de su alma, si bajaba la mirada, se sentía muy tentado. Dobló las piernas, con la gracia de una gacela-. Yo podría ofrecerte, un poco de mi polla para chupar, si tan necesitado estas de una verga.

Con un rápido movimiento de manos, Jungkook salpicó a Taehyung deseando golpearle un ojo con el jabón del agua.

-No necesito ninguna verga -masculló Jungkook entre dientes.

- ¿Estás seguro? Ahora que la verga de Park Jimin esta suelta, pensé que querrías, reafirmar tu hombría, mi hombría podría ayudarte con eso -algo se estrujo dentro de Jungkook, aunque no estuvo seguro que fue, ni cuál de las palabras lo provocó con exactitud.

-Deja de blandir tu pene en mi cara, no es una maldita espada -recordó algo importante-. ¿Cómo infiernos sabes que la verga de Jimin esta suelta?

Taehyung agitó su cabello rojo recién teñido.

-No te hagas el tonto, bebito, por si no lo recuerdas, Park Jimin y yo estamos en el mismo año, por si fuera poco cinco tos de la universidad ya saben que ustedes dos terminaron, por eso me tienes aquí, vine para arrojarte un poco de bardo, a ver si así me prestas algo de atención.

-Lo que quieres -reprochó Jungkook-. Es saber detalles para ir a ventilarlos con ese manojo de arpías, que te persiguen-Taehyung no se molestó en parecer herido, Jungkook tenía ganas de darle la espalda y meter el dedo en el enchufe.

Taehyung observó la mirada, de perro abandonado en su amigo, se sintió un poco culpable.

-Es verdad entonces...-susurro para el mismo-. Ustedes terminaron-llevo ambas manos a su rostro sin poder creerlo.

- ¿Cómo te enteraste? -insistió Jungkook.

-Las amigas de Lisa -Taehyung se encogió de hombros-. Hizo falta el dinero para que colgaran carteles en las paredes.

Jungkook se pegó en el rostro con la mano.

-Creo que querían, atraer la atención sobre el hecho que tú y Lisa están saliendo-siguió hablando Taehyung, ignorando la miseria de Jungkook apropósito-. Pero fue bastante contraproducente, todo el mundo está tras Park Jimin ahora... -suspiro ilusionado con ese precioso trasero, que se paseaba por los pasillos esa misma mañana-. ¿Qué? ¿Por qué me miras así? Solo transporto la información-se conservó impávido bajo la mirada venenosa de Jungkook-. Es como si lo hubiesen rociado con miel, nadie entiende por qué dejaste ir a ese bombón, pero muchos lo quieren en su cama.

Jungkook ahora quería incinerar a Taehyung, como se había incinerado su relación.

Taehyung salto para ponerse de pie cuando la mirada asesina de Jungkook se volvió tan pesada que la sintió en la nuca.

-Haz lo que quieras, yo... -se llevó la mano al pecho conmovido consigo mismo-. Trataba de ayudarte, si quieres al bombón, saca la red de mariposas y ve a capturarlo de nuevo.

-No es tan fácil -Taehyung dejó caer la mandíbula incrédulo.

-Jeon, estamos hablando de Park Jimin, el hombre que se arrancaría un brazo por ti, si fuera necesario, solo arrástrate un poco sobre el piso de su casa y lo tendrás de vuelta.

-Él me quería lejos...-Taehyung estaba a punto de sugerir allanamiento de morada cuando esa mirada triste y perdida de Jungkook, lo golpeó como una ráfaga de lluvia eléctrica, se le apachurró el corazón, volvió a sentarse en el borde de la bañera.

- ¿Quieres hablar de ello? -algo en la repentina actitud altruista de Taehyung, hizo a Jungkook olvidar, lo bizarro de la situación, el desnudo en un charco de agua, rodeado de feos patitos de hule, hablando con un pelirrojo, vestido todo de Gucci, hasta los microbios. O tal vez fueron las orejas grades, dispuestas a escuchar, a ambos lados de la cara de TaeTae.

. . .


Taehyung tenía poderes curativos, para malestares en el corazón, Jungkook le enviaría una canasta de artículos Gucci. Terminar de hablar con él, había hecho florecer un nuevo corazón en el pecho de Jungkook, sus hombros se sentían menos tensos desde ese día, había dejado de cargar con esa nube negra que lo perseguía desde la ruptura con Jimin, se sentía renovado y dispuesto a pelear por tener de regreso el amor de Jimin.

Observó la presentación de Jimin, como un lobo hambriento, desde los asientos del medio, le pareció que su Jimin, era una constelación entera, aparcada en la tierra, todo radiante y hermoso, se movió sobre el escenario, con una elegancia angelical, las curvas melódicas del piano de cola alemán perseguían sus movimientos corporales, en una carrera de dos vías, donde solo Jimin era el imantado centro de atención. Jungkook estaba tan cegado por su aire celestial, que apenas podía respirar. En las últimas tres semanas, con el sentimiento de pérdida, ardiendo debajo de sus costillas, todo lo relacionado a Jimin, tenía un brillo especial para Jungkook, incluso un calcetín viejo, sucio y sin par de Jimin, que encontró debajo de la cama le pareció digno de un culto de admiración.

Cuando se despidió del público, Jimin, corrió tras el escenario, al mismo tiempo que Jungkook se apresuraba a dar vuelta a la manzana del teatro, para estar de pie frente a la salida trasera de los bailarines.

Tal vez corrió demasiado rápido, supuso que la tardanza de Jimin tenía que ver con algo importante que lo retuviera dentro, era más difícil esperar y más fácil exasperarse, cuando se aguardaba afuera. En el pasado siendo novio de Jimin, tenía el privilegio de acompañarlo tras el escenario, así cuando Jimin terminaba su presentación, Jungkook lo atrapaba entre sus brazos y le daba un beso de felicitación. Esta era la primera vez que esperaba en la fría calle.

La estrecha puerta, seguía abriéndose para la salida de bailarines que Jungkook había conocido en algún momento, algunos le sonreían, otros volteaban el rostro molestos.

Cuando la puerta se abrió, por vigésima vez, deteniendo los deseos de Jungkook de ir a derribarla, apareció el rubio que esperaba ver, vestido con una camiseta de lino mangas largas, combinada con un pantalón negro de vestir y un bolso al hombro, Jungkook se sintió babear y alterar sobremanera. Jimin no miro a ningún lado para buscar a alguien, Jungkook se encamino en su dirección, pero se quedó de hielo cuando la puerta volvió a abrirse, dejando escapar a una menuda pelinegra lacia de baja estatura y enormes ojos negros, la chica se colgó del brazo de Jimin como si el rubio de Jungkook le perteneciera.

Jungkook choco con un muro invisible, que le impidió avanzar con dignidad. Observo con ojos de halcón, como Jimin escucho atento, lo que le dijo la chica al oído, de repente se dio media vuelta, para mirarla a los ojos.

Una pulsación se hizo presente en la garganta de Jungkook al ver esa escena tan perfecta, la chica vestida con un vestido corto negro, contrastaba con Jimin, hacían una hermosa pareja.

Luego Jimin tomo su barbilla y la beso... ¡En los labios! ¡Y con los ojos cerrados!

Fue rápido, pero la suficiente tortura lenta, para que el corazón de Jungkook se re destruyera.

Cuando Jimin se separó la chica sonrió embobada. ¿Cómo no hacerlo? Pensó Jungkook, se sintió enojado y engañado, pero... de nuevo, él fue el primero en sugerir una relación abierta, ahora con esa cosa aplastante en la cavidad torácica, no tenía una perspectiva muy divertida.

Parpadeo para concentrarse, se dispuso a cortar con esa escena, pero cuando estudio lo que había frente a los ojos, su corazón dio un vuelco, se sintió tímido, la chica había desaparecido, Jimin estaba observando a Jungkook con descaro y las manos metidas en los bolsillos del pantalón.

Jimin alzó las cejas cuando Jungkook enfocó la mirada en sus castaños ojos, se mantuvo plantado en el asfalto hasta que Jungkook acorto la distancia que los separaba.

-Una chica -fue la primera palabra que salió de la boca de Jungkook, espero que el tono recriminador estuviera en su imaginación, Jimin solo se encogió de hombros-. La besaste -pudo ver su propio reflejo escandalizado en las pupilas de Jimin.

-Quería explorar tu nuevo gusto por las chicas -Jungkook exhaló fuerte.

- ¿Qué tal? -preguntó antes de arrojarse a mear alrededor de Jimin como un perro posesivo.

-Bastante bien. -Bastante bien. BASTANTE BIEN

-Yo vi tu baile... -estaba muy cerca de armar una rabieta de celos.

-Lo sé, estabas en tu asiento favorito de cuando éramos amigos.

-Podemos recuperar las cosas... -se atrevió a decir anhelando que Jimin corriera a sus brazos.

- ¡Park! -grito alguien a espaldas de Jimin, Jungkook encontró a Jung Hoseok acercándose a Jimin.

Saludo a Jungkook con un asentimiento de cabeza y coloco un brazo alrededor de los hombros de Jimin, Jungkook sintió la necesidad de mover el cuello a ambos lados para deshacer los nudos que se formaron cuando un sonrojo apareció en las mejías de su Jimin.

Jimin susurro algo en la oreja del tipo.

-De todas formas -contesto Jung Hoseok en voz alta- ¿Vienes conmigo? -Jungkook apretó los puños.

-Te lo dije-Jimin sonrió cómplice de algo de lo que Jungkook no se enteraba, y como estaban las cosas, por la salud del chico, prefería no saberlo.

Trago saliva, para ver si así, se iba el resentimiento que se acumuló en su garganta.

-Jimin ¿Podemos hablar? -Jimin le dirigió una mirada rápida.

-No creo que...

-Este chico y yo... -interrumpió Jung Hoseok, Jungkook casi voltea los ojos dispuesto a arrojarle una piedra a la cabeza-. Tenemos un asunto pendiente.

Jungkook saboreaba deseos asesinos en la lengua.

-Jimin-ah

-En otro momento -caminó fuera de la vista de Jungkook, con el brazo de Jung Hoseok colgando de sus hombros.

. . .

 

- ¡Ah! -Jungkook se agarraba los pelos de la cabeza con fuerza-. Es que no puedo describirte esta cosa que siento en el pecho -golpeo la pared con la cabeza-. Es horrible, como si me estuviera ahogando, mis días son como un desierto, me duele tanto adentro, en algún lugar.

Taehyung observaba la espalda ancha de Jungkook, con el temor de verlo colapsar sobre la alfombra de un momento a otro. Terminó de limar sus uñas y se levantó de la cama.

Dio un salto en retroceso, cuando Jungkook se giró.

- ¡¿Y sabes que es lo peor?! -Taehyung pregunto con su expresión- ¡Que yo fui el que sugirió la maldita relación abierta! ¡Yo era quien quería salir con otras personas! Pero ahora no puedo salir con nadie sin tener este horrible sentimiento-se apuñalo el pecho con el dedo-. ¡Pero parece que él sí está disfrutando estar soltero!

- ¿No es muy egoísta...

- ¡Claro que lo es! Yo solo estaba pensando en joder a una rubia con un enorme trasero. -Taehyung retomo la lima.

- ¿Y lo conseguiste? -soplo sobre su uña.

- ¿Tu qué crees, Kim? Ni siquiera pude tener una erección, mi campeón no se despierta ni para orinar.

-Ya te había dicho yo que a ti te gustan las vergas...

-Estoy enamorado de la verga de Jimin, de todo su caliente y flexible cuerpo y de su cerebro... lo extraño tanto, desde hace tanto tiempo -se dejó caer en la cama de Taehyung-. Quería a esa rubia porque me recordaba a Jimin, lo extrañaba cuando estábamos juntos y no pude darme cuenta...-se llevó las manos al rostro, Taehyung deseo que no estuviese llorando-. Hace meses que no teníamos una conversación decente... y era mi culpa, lo extraño tanto, quiero abrazarlo y decirle que lo amo...

Taehyung corrió a rodearlo con sus brazos.

-Eres tan cursi -murmuró

En un minuto lo soltaría, cuando la humedad que sentía en el pecho, no pudiera verla impresa en la ropa.

. . .


Un momento más tarde, Taehyung aún estaba meciéndose, con un Jungkook en brazos, más calmado.

-Taehyung, tu teléfono -dijo Jungkook sacándolo de su ensoñación.

-Ah... si -se registró el bolsillo del pantalón.

. . .

 

Cuando termino de contestar la llamada, vio con una mirada distinta, a los decepcionados ojos de Jungkook.

-Ponte el abrigo -le dijo-. Iremos al hospital.

. . .


Taehyung, nunca, fue tan presionado para hablar, como lo fue la última media hora mientras conducía al hospital.

-Ya te lo dije, Kook, deja de molestarme -soltó sin cuidados cuando llegaron a las puertas corredizas de emergencias.

-Es que aún no lo comprendo, no conozco a ninguno de tus amigos y tus padres me odian, no veo por qué tengo que ser arrastrado hasta aquí.

-No voy a dejar que te suicides en mi casa, tengo que mantenerme lejos de los policías, deja de ser un mocoso y cierra la boca -refunfuño Taehyung cansado.

Se acercó a la enfermera de recepción, con Jungkook respirándole en la yugular.

-Estoy buscando a Park Jimin -trato de decirlo muy bajo, pero la respiración que se detuvo en su cuello, le confirmo que Jungkook estaba atento a sus palabras-. Ingreso hace unas horas por un problema en el tobillo.

- ¿Usted es familia del paciente? -La enfermera miro atravez de todas las vidas pasadas de Taehyung.

-Somos primos -dijo cohibido.

-Habitación C22 -Taehyung remolco el pesado cuerpo de Jungkook, alejándose rápido de esa mujer.

- ¿Por qué no me dijiste que veníamos por Jimin? -Empezó a interrogar Jungkook-. ¿Por qué no me dijiste que estaba en el hospital?...

Jungkook lo inundo con las preguntas en todo el trayecto del ascensor. Al llegar al cuarto piso Taehyung se giró para encararlo.

-Por qué te ibas a poner así de histérico, ahora cálmate...-empezó a amenazar.

- ¿Cómo quieres que me calme?

-Respira y piensa en un bosque, lleno de conejitos blancos -respondió con la mirada más seria que Jungkook había visto-. No te voy a dejar entrar si no dejas de actuar como un maniático-puso las manos en los hombros de Jungkook hasta que lo sintió relajarse.

-Estoy bien -aseguro-. Vamos, quiero verlo.

- ¿Sin escándalos?

-Lo prometo -Taehyung asintió satisfecho.

. . .


El agarre en el brazo de Taehyung se reforzó. La escena era deprimente y no por que Jimin estuviera muriéndose, Taehyung imagino que Jungkook hubiera preferido eso, a ver a Jung Hoseok sosteniendo el pie de Jimin mientras Jimin se reía acostado en la cama, tan contento que parecía sacado de un film francés. Taehyung le lanzo una mirada de reojo a Jungkook que se veía desconcertado y pálido, a punto de desmayarse en medio del piso, o sacar una cuchilla y metérsela en el brazo. Taehyung pensó que se daría la vuelta para buscar algo afilado, pero el chico camino con pasos firmes a la cama de Jimin.

. . .


Los ojos de Jimin brillaron de sorpresa y algo más... Jungkook se sintió ruborizar al mismo tiempo que el color rosado se extendía por las mejías de Jimin. Con la mirada, Jungkook le pregunto si estaba bien y de la misma manera Jimin le respondió que todo estaba perfecto ahora que el había vuelto, hablaron un idioma que solo ellos entendían, extendieron una calma que inundo toda la habitación e hizo que Jung Hoseok y Kim Taehyung se sintieran ajenos quebrantando un territorio íntimo, entendieron que estaban sobrando y salieron en silencio.

Jungkook se sentó en la silla junto a la cama de Jimin, absteniéndose de arrojarse a Jimin para cazarlo entre sus brazos y jamás dejarlo en libertad.

-Lo siento tanto -dijo sincero con la mirada desesperada puesta en los ojos castaños de Jimin-. Te he extrañado tanto como lo siento.

-No debe ser mucho tiempo, no me habías extrañado, todo el tiempo que estábamos lejos, aún en la misma habitación -Jungkook tomó la mano de Jimin y puso su mano en el corazón. Jimin se asustó por la velocidad de los repiqueteos.

-Este es mi corazón diciendo la verdad -tocó el rostro sonrojado de Jimin, con la mano con la que no sostenían su corazón-. Esto es lo que siento por ti, mis días son negros y vacíos, si tú no estás, mi existencia se vuelve pesada y angustiosa, porque no tengo la certeza, de tenerte a mi lado.

Jimin se puso tímido.

-Jungkook ¿Por qué de repente dices ese tipo de cosas? -pregunto agobiado y más ruborizado.

-Es lo que me haces sentir, ¿Debería escribirte un poema? -dijo Jungkook más relajado.

- ¡Dios no! -Jimin lo golpeo en el pecho, pero no tan fuerte para lastimarle el corazón.

De repente Jungkook se puso serio.

- ¿Vas a volver conmigo? -pidió Jungkook triste.

-Estoy contigo ahora -Jimin sentía de pronto un peso en el corazón.

-Sabes a lo que me refiero -Jimin acunó el rostro de Jungkook, aparto unos cabellos rebeldes de su frente y delineo las cejas desesperando a Jungkook.

-No -respondió con calma, a Jungkook se le escapo un puchero afligido-. Estaremos en una tregua hoy, por qué me siento muy triste para fingir que no te quiero, pero luego voy a ponerme difícil, para saber si no estamos perdiendo el tiempo, juntos.

-Esta vez será diferente -dijo Jungkook aceptando.

Jimin suspiro.

-Eso dicen las personas antes de terminar odiándose -acaricio la mejía de Jungkook-. Yo no quiero odiarte.

-Ni yo quiero que me odies, no voy a dejar que tu corazón blando, se llene de sentimientos oscuros, que lo endurezcan.

-Mi corazón no es blando -replicó Jimin con una ligera molestia falsa.

-Claro que lo es. ¿Puedo besarte?

Jimin asintió.

-Solo durante la tregua -se precipito a dejar claro.

Con cuidado de ángel, para no lastimar el brazo canalizado de Jimin, se acercó deseoso de tocarlo, descanso la mano en el cuello pálido de Jimin, se pasó la lengua por los labios, antes de ponerlos sobre los sonrosados de Jimin, no profundizo el beso, solo disfruto el toque superficial, saboreo los gruesos labios de su precioso rubio, sentía la parte superior de su corazón, que aún era sostenido, rebalsando de una luz blanca y brillante, se sentía tranquilo y en casa, lamio los labios de Jimin antes de separarse.

Jimin suspiro feliz descansando sus frentes juntas, se abrazó a Jungkook como pudo entre tantos cables.

Jungkook olisqueo su cuello.

-Extrañaba tu olor a pino silvestre.

-A pinos ¿Cómo el ambientador de tu coche? -preguntó Jimin devolviéndole el olisqueo.

-A pinos como el bosque en primavera.

-Tú siempre hueles a ¿Bebé?

-Es porque soy tu bebé y debes cuidarme -restregó su rostro en un lado de la cara de Jimin.

-Lo eres -acaricio el cuello de Jungkook con la nariz-. Pero tú también debes cuidarme -dijo con una melancolía, que disipó mordiendo el cuello de Jungkook.

. . .


Un ruidoso pitido despertó a Jungkook, que se había quedado dormido, sobre la palma abierta de la mano de Jimin. Un revuelo de médicos y enfermeras apareció para sacarlo de la habitación.

Estando afuera caminando por todo el pasillo y de vuelta, formulando pensamientos aterradores, sobre la salud de Jimin, ninguno era más tranquilizador que el anterior, especulo desde una enfermedad terminal a una muerte espontanea, cuando estaba a punto de sacar sangre de su brazo para un rito de resurrección, uno de los doctores salió de la habitación, Jungkook casi lo tira al suelo, hablo un momento con él, sacando la daga del pecho de Jungkook y lo dejo entrar a la habitación.

Jimin estaba extendido en la cama, despierto, con una nueva intravenosa en el brazo derecho, Jungkook se sentó de vuelta en la silla junto a él, después de besarle la frente, se prometió elevar un agradecimiento al universo.

-Pensé que estabas aquí, por un tobillo lesionado, pero el doctor me dijo, que tu corazón se descompenso por desnutrición -dijo Jungkook tomando la mano de Jimin.

Jimin cerró los ojos y los apretó.

-Yo estuve obsesionándome con mi peso... -dejo la frase colgando sin poder explicar más.

-Estabas en los setenta kilos la última vez que me hablaste de eso, tu peso es perfecto.

-Estaba teniendo una crisis perfeccionista los últimos tres meses.

- ¡Y yo recién me entero! -Jungkook se sentía indignado.

-Tenemos mucho de qué hablar -dijo Jimin ansiado cambiar de tema-. ¿Por qué no empezamos, con esa marca que tienes en el cuello?

Jungkook se tocó el cuello asustado.

-Jimin-ah -le reprocho Jungkook malicioso.

Jimin sonrió desde la cama.

-Es una bromita, no te alteres, ven a darme un beso.

Jungkook le dio un beso y varios más, hasta que ambos estuvieron doblegados por el sueño, pero tenía la intención, de retomar su misión, en cuanto abriera el primer ojo, el resto de su vida, o hasta que Jimin, recordara que la tregua se había acabado y lo golpeara en la cabeza.

Fin

KT

 

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