Capítulo III

Pathcode

No importaba cuantas vueltas diera por el lugar siempre era lo mismo. No le gustaba admitirlo pero a veces el drama de todos los demás era demasiado para soportarlo. Consideraba que tenía paciencia...poca pero la tenía. Todos tenían sus propios problemas y por alguna extraña razón todos creían que Sehun era la persona adecuada para desahogar sus penas. Creía que se debía a que la mayor parte del tiempo era una persona callada, simplemente le agradaba el silencio, no significaba que los problemas de los demás le interesaran.

 

Llevaba años viviendo con los "miembros" pues había llegado a este nuevo hogar -como lo llamaba Suho- a muy temprana edad bueno eso es lo que todos le decían, en especial porque incluso si alguien más llegaba a formar parte de esta nueva familia resultaban ser mayores que Sehun. El último en llegar había sido un joven llamado Luhan. Si Sehun tenía que ser sincero, el mayor no le agradaba.

 

Luhan quien a pesar de tener una cara de bebé resultó ser el segundo mayor en edad solamente por debajo de Minseok, tal vez esa era una de las primeras cosas que no le agradó del mayor. Conforme se fueron conociendo más pudo observar como Luhan se hacía rápidamente amigo de todos, al parecer era muy social.... Siempre con una sonrisa en su rostro...una sonrisa que Sehun detestaba.

 

Si había algo que el menor odiaba eran las mentiras, en el pasado sus padres le habían mentido demasiado que ahora le era un poco más difícil confiar en las personas, es por ello que ver al mayor sonriente en todo momento le molestaba. No sabía si era debido a que era demasiado observador pero cada vez que Luhan sonreía no era de felicidad, era como una máscara que usaba todo el tiempo. No sabía si los demás miembros también lo notaban y solamente decidían ignorarlo pero era algo que no le agradaba ver. Sentía como si el mayor vivía bajo una fachada falsa y trataba de mostrarla como auténtica hacia los demás, es por ello que Sehun sentía que se mentía el mismo además de mentirle a los demás. Razón por la que no era muy cercano con el mayor y sin embargo a pesar de eso... No entendía por qué le importaba demasiado.

 

***

Sehun a veces prefería pasar la mayor parte de su tiempo en las afueras, le gustaba relajarse un rato rodeado de árboles mientras sentía las corrientes de viento a su alrededor. Se encontraba actualmente recostado sobre el césped con los ojos cerrados, mientras intentaba dormir un rato cuando sintió como una sombra le obstaculizaba. Abrió los ojos y se encontró con una de las personas que había estado evitando, Luhan.

 

 -¡Hola Sehun! - la misma sonrisa de siempre. El menor no estaba muy entusiasmado así que no se molestó en contestar y volvió a cerrar sus ojos, tal vez si lo ignoraba el otro se iría. Pero no parecía ser el caso, pues Luhan tomó el lugar al lado de Sehun.

 

 -¿Es aquí donde pasas la mayor parte del tiempo? - seguía sin obtener ninguna respuesta pero eso no parecía detener al mayor. - Todos salieron con los instructores...solo por si tenías una duda al respecto. Digo para que cuando entres de nuevo no te asombres al no encontrar a nadie.- “Rayos” es lo que pensaba Sehun, no es como que lo detestara demasiado pero no le agradaba mucho la idea de pasar todo el tiempo con Luhan, después de todo era incierto el tiempo que los demás tardarían en regresar.

 

El menor trato de ignorar a Luhan cuando este comenzaba a hablar de nuevo, no se sentía cansado pero por alguna razón la voz tenue del mayor lo encaminó a entrar al mundo de los sueños. Cuando Sehun se despertó de nuevo el sol se había ocultado y el cielo se encontraba despejado de nubes haciendo que el clima fuera lo suficientemente fresco. Creía que se había quedado solo hasta que escuchó una leve respiración a su lado, se incorporó dándose cuenta que Luhan no se había ido en ningún momento sino que al contrario, se encontraba durmiendo a su lado.

 

Sehun podría haberlo dejado ahí por lo que le importaba pero.... Tampoco era tan cruel. Así que tomó al mayor en sus brazos, y comenzó a avanzar de nuevo hacia su hogar dándose cuenta que el otro era tan ligero como una pluma "¿Estará comiendo bien? Olvídalo Sehun no es como si te interesara." De misma manera Luhan parecía encogerse en sus brazos cuando una brisa pasó sobre ellos. Sehun no podía sentir que le afectara, después de todo el viento era como una extensión de él mismo. Fue en el momento en que Sehun bajó su mirada en que se percató que habían lágrimas en el rostro del mayor. No sabía por qué pero ver el rostro del otro en ese estado tan vulnerable hacía que su corazón se estremeciera. Por primera vez Sehun creía haber visto la realidad de Luhan.

***

No supo exactamente en qué momento fue pero Luhan comenzó a tratar de acercarse más a Sehun y este no oponía ningún tipo de resistencia. Lo más probable es que se debía a que pasaban la mayor parte del tiempo juntos, pues los demás tardaron en regresar y cualquier tipo de contacto entre ellos era inevitable. Suponía que la razón de esto era porque de igual forma habían logrado convivir pacíficamente entre ellos y se habían percatado de las cosas que ambos tenían en común.

 

Luhan también se dio cuenta que Sehun verdaderamente amaba el silencio o al menos se sentía a gusto en él, así como también pudo notar la holgazanería por parte del menor ya que la mayor parte del tiempo no le gustaba hacer nada fuera de las rutinas de entrenamiento más que dormir y comer, en especial dormir. A pesar que éste siempre mantuviera una expresión de pocos amigos, por dentro seguía siendo nada más y nada menos que un bebé. No es que el menor se comportara como tal pero ciertamente le gustaba ser consentido por los demás.

 

Luhan se percató de ellos cuando uno de sus instructores lo reprendió por no haber completado el ejercicio que se le había pedido a tiempo y en lugar de permanecer estoico como cualquiera hubiera imaginado Sehun frunció el ceño y se la pasó de mal humor por el resto del día, dándoles patadas a las piedras que se cruzaban en su camino o incluso cerrar de manera brusca las puertas,  hasta que Luhan le ofreció una de las golosinas que Kyungsoo preparaba de vez en cuando.

 

El mayor sabía que todos los miembros amaban la comida de éste pero de vez en cuando también preparaba pequeños aperitivos y golosinas para que los demás pudieran disfrutarlos en cualquier momento, pero la verdad era que la mayor parte del tiempo Jongin se molestaba cuando los demás miembros las comían, pues aseguraba que el otro las cocinaba exclusivamente para él, ganándose un golpe por parte de Kyungsoo. Sin embargo ya que ambos se encontraban solos asumía que no lo notarían. La reacción de Sehun fue inmediata, reemplazando su ceño fruncido por una enorme sonrisa e incluso un “¡Gracias Hyung!” hacia Luhan. Cosa que en realidad el mayor encontró verdaderamente adorable y con una extraña ansiedad de ver esa sonrisa de nuevo.

 

Sehun llegaba a considerar que tal vez Luhan no era una mala persona como él creía, el no tener nadie más con quien hablar y en vista que el mayor parecía no agradarle la soledad habían hecho que Sehun tuviera la oportunidad de conocerlo un poco más, aunque había algo que había notado rápidamente. Desde el segundo día en que los demás se habían ido el mayor había dejado de aparentar ser feliz todo el tiempo, sonriendo solamente cuando en verdad había algo que le causara gracia. Por estas y otras cosas más el menor consideraba que Luhan le estaba dando la oportunidad de conocerlo como por quien era verdaderamente aunque sea un poco, pero consideraba que un momento en específico había sido la que había logrado que entre ellos existiera un lazo único.

 


 

Minseok sabía que el menor seguía pensando en Luhan, no podía culparlo, el mismo tenían sus pensamientos en alguien en particular. Sabía que incluso si Sehun había dejado de llorar aún seguía un poco afectado y después de todo era el menor, incluso si aparentaba que nada le importa o que era suficientemente mayor habían cosas que podrían afectarle en gran manera y consideraba que incluso si nadie decía nada todos sentían que había de protegerlo aunque sea un poco más. Por lo que guió a Sehun para que el menor se acomodara en el sofá y recostara su cabeza en el regazo del mayor, mientras comenzaba a jugar con su cabello con tal de calmarlo y tal vez hacer que descansara un rato.

 

Parecía funcionar pues el menor cerró sus ojos dándose un descanso, ya que esta vez no se encontraba solo y podía darse el lujo de relajarse y descansar por unos momentos. No se había dado cuenta de cuánto extrañaba momentos como esos, en los que podía relajarse y ser consentido. Debido al silencio Minseok creyó que Sehun se había quedado dormido hasta que escuchó como el menor comenzaba a hablar pero con un tono somnoliento.

 

-Ahora lo entiendo.-

 

-¿Qué cosa?-

 

- El por qué Baekhyun-hyung solía llamarte mamá.-

 

-¡Oye! Él nunca me llamó así.-

 

-Tal vez no en tu presencia, pero no puedes negarme que él era tu consentido.-

 

-Bueno si te molestaras en pasar el tiempo con los demás eso podría ser diferente. Quien sabe, podrías haber sido tú el consentido.-

 

-¡Ja! Ambos sabemos que eso no es cierto…, no negaste lo del consentido.- No hacía falta que abriera los ojos para poder imaginar la sonrisa que ahora se encontraba en los labios del mayor. Podía sentir como comenzaba a quedarse dormido pero hubo algo que aún rondaba su mente y Minseok tuvo que ponerle mucha atención cuando éste comenzó a hablar de nuevo ya que su tono era demasiado suave.

 

-Hyung… ¿Crees que aún podemos salvarlo?-

 

-Pues…espero que sí, pero lo primero que debemos hacer es encontrar a Jongin.-

 

-¿Qué tal…qué tal si llegamos tarde?-

 

-No pienses en eso Sehunnie…Si Luhan te escuchara se molestaría por tu falta de optimismo… ¿tienes una mejor idea?-

 

-…No…la verdad no.-

 

***

Jongin se sentía muy cansado. No tenía ni idea de qué era lo que estaba haciendo mal pero llevaba días tratando de poder transportarse de nuevo y cada uno de sus intentos era en vano. Cuando apareció por primera vez en Lyon –Había aprendido que era ahí en donde había aparecido- se encontraba realmente confundido, sabía que no podría haber aparecido en un lugar del que no tenía idea de cómo era, es decir nunca había estado ahí e incluso habían ocasiones en las que si se esforzaba demasiado podría aparecer en lugares que no conocía si se enfocaba en una foto en específico o algo por el estilo, pero este caso era diferente. Jamás había ido a Francia y ni siquiera era el lugar que tenía en mente cuando dejó Londres.

 

Había otra cosa que le parecía curioso, no existía una gran distancia entre Inglaterra y Francia, sabía que había una diferencia de horario pero no era demasiado grande, dos horas a lo mucho. Lo cual le pareció extraño, no es como si se tardará en llegar a su destino, es decir normalmente era cuestión de segundos. Pero estaba seguro que cuando dejó Londres era muy temprano, las doce del mediodía lo más tarde pero llegó a Lyon 8 horas después. No estaba seguro si el problema radicaba en su habilidad o era algo más.

 

Intentó mezclarse en la multitud por unos momentos pero trató de buscar encontrar una calle más o menos desértica si no es que algún tipo de callejón escondido un poco oculto entre unos de los locales de comida e intentó imaginar de nuevo la ciudad de Barcelona, había un lugar específico en su mente, solo esperaba que siguiera estando desierto. Sintió el poder recorrer por sus venas pero cuando abrió los ojos de nuevo se encontraba a unos pasos de distancia del lugar en el que había estado segundos atrás.

 

Desde ese momento había estado intentando teletransportarse hacia otro lugar si era posible, pero el resultado era el mismo, lo único que lograba era aparecer dentro de la misma ciudad de Francia, lo que Jongin no sabía era que cada una de las veces en las que aparecía en un área diferente eran los mismos alrededores de la iglesia. La única razón por la que se detuvo era porque se encontraba demasiado cansado que estuvo a punto de desmayarse. Sabiendo que se había estado esforzándose de más dejo de intentarlo, de todas formas no es como si pudiera controlarlo, era como una especie de bloqueo…y comenzaba a asustarle, eso jamás había sucedido.

 

Se la había pasado días caminando por la ciudad, si no podía irse al menos debía buscar el por qué no podía salir de ese lugar. Lyon resultó ser una ciudad hermosa, no comprendía muy bien el por qué pero parecía que en la ciudad se celebraban muchas fiestas en todo momento, en especial por las noches. He ahí el por qué se la había pasado por tres noches seguidas recorriendo la ciudad, era diferente a como lo había esperado pero por alguna razón en algunas partes de la ciudad era como si cobraran más vida una vez se ocultaba el sol, personas por todas las calles, restaurantes y tiendas abarrotados, sin mencionar la cantidad de luces que iluminaban el lugar.

 

Fue cuando iba pasando por unas de las tiendas de ropa en las que vio a través de la vitrina como un joven alto con su cabello rubio y cubierto por un gorro definitivamente nuevo saliendo de la tienda, bueno más bien trataba de salir pues se encontraba cargando una gran cantidad de bolsas en ambas manos. Jongin no lo pensó mucho pero las complexiones físicas de esa persona se le hicieron demasiado familiar. ¿Tao?...No, no puede ser el…. ¿cierto?

 

Estaba a punto de dejarlo pasar cuando escuchó como una de las asistentes de la tienda llamaba su nombre para poder darle unas cuantas bolsas que había dejado olvidadas, eso era lo que necesitaba para confirmar sus sospechas “…Hay cosas que nunca cambiarán”

 

 ****

 

-Aquí tiene, un pastel de chocolate y una caja de galletas de almendras. ¡Muchas gracias por su compra, vuelva pronto!-

 

-Debo decir Lay, que te encuentras más animado de lo normal.-

 

-¿En serio? Bueno, creo que es porque hemos tenido un buen día, últimamente tenemos más clientes. Creo que las personas están corriendo la voz acerca de nuestros postres.-

 

-Claaaro, lo que tú digas.-

 

-¿A qué te refieres Xiao Zhu?- Dicho joven abandonó su puesto limpiando las mesas y se acercó al mostrador en donde se encontraba Lay.

 

-¿No te has percatado que la mayor parte de nuestros clientes nuevos son chicas?-

 

-Mmmmm no, la verdad no.-

 

-¿Y no has notado como suelen ser las mismas personas que parecen ir y venir en nuestra panadería?-

 

-…. ¿No?- Por el tono que Xiao utilizaba el menor sabía que debía comprender algo pero nada cruzaba por su mente.

 

-Ahhh Lay, a veces no sé si eres demasiado inocente o simplemente ingenuo. Las chicas vienen a nuestra panadería por dos razones: uno, tenemos un horario muy accesible para los clientes y dos: Nadie se resiste a mis encantos, lamentablemente soy demasiado guapo para este mundo, aunque debo admitir que algunas de mis chicas están comenzando a tomar cierta apreciación hacia ti. Creo que es porque eres demasiado adorable.- Xiao Zhu apretó las mejillas del menor antes de regresar a una de las mesas para seguir con su trabajo.

 

-Creí que era porque nuestros postres son buenos.- decía Lay mientras se frotaba una de las mejillas. Le agradaban todos sus compañeros de trabajo pero se llevaba bastante bien con Xiao Zhu lo más probable es porque éste compartía algunos intereses musicales con Lay y le había ayudado mucho cuando comenzó a trabajar en la panadería además que no existía una diferencia de edad muy grande entre ellos, por lo que incluso había ocasiones en las que cuando no tenían muchos clientes se la pasaban hablando y bromeando entre ellos. Lay miró su reloj y vio que su turno estaba por acabarse por lo que comenzó a recoger sus cosas y se despidió de Xiao Zhu antes de subir en su bicicleta y dirigirse al restaurante.

 

Pasaron unos quince minutos en los que Xiao Zhu observaba el reloj detenidamente pensando que tal vez así el tiempo avanzaría más rápido, lo único que quería era que su turno terminara. Tenía una cita en menos de una hora con una chica que había conocido hace unos días atrás. El sonido de las campanillas de la puerta le hizo desviar la mirada del reloj para encontrarse con un grupo de cinco hombres vestidos en traje con lentes oscuros.

 

-Bienvenidos ¿Puedo ayudarlos en algo?- Ninguno de los hombres le contestó, solamente se limitaron a dar una vuelta en el interior de la panadería observando cada esquina con gran detenimiento antes de salir sin decir ninguna palabra. A Xiao Zhu le molestaba ese tipo de personas, ¿Quién se creen que son? Con esos trajes costosos y zapatos brillantes….además, ¿quién usa gafas de sol a las seis de la tarde? Dejó sus pensamientos de lado cuando vio que entraba su compañero de relevo significando que al fin podría irse a su casa a prepararse para su cita.

 

 

 

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
spreadloveyeah
#1
♥️ Remember you are loved, please always be happy♥️