“¡Ayúdenme!” un grito desgarrador rompió en silencio de la noche. Un chico se encontraba atado en el suelo en un sucio cuarto, incapaz de moverse y con el uniforme hecho trizas “¿Q-que eres?”

“Pero que maleducado” respondió una hermosa chica con una pequeña sonrisa “Soy tu compañera de curso”

“N-no…tú eres…” las palabras del chico fueron interrumpidas por un fuerte grito que salio de su boca, su pierna había sido aplastada hasta el punto de ser irreconocible “Por favor…déjame ir…yo no hice nada”

“¿Enserio?” pregunto la chica arrodillándose frente a él, su expresión era de pura inocencia y eso hizo que el chico tuviera más miedo “Eres Oh Sehun ¿Cierto? El chico que orillo a esa chica a suicidarse, el que la molestaba tanto que no le dejo salida, el que a pesar de las monstruosidades que les hizo a sus compañeras en su antigua escuela no ha sido castigado”

“¡Mentiras!” exclamo Sehun llorando desesperadamente “Ahora soy bueno…aprendí mi lección”

“¿Conoces a Kim Yongsun?” pregunto la chica poniéndose de pie y empezando a caminar de un lado a otro, el chico asintió vigorosamente “La has estado molestando últimamente, ella es mi amiga sabes, la única amiga que tengo y tu te burlas de ella cada que tienes oportunidad”

“¡No volveré a hacerlo! ¡Lo juro!” exclamo el chico desesperado, aun no podía creer que su compañera de clases le estuviera haciendo esto, que la chica que todos admiraban en la escuela fuera peor que un demonio “¡Por favor perdóname!”

“Podría hacerlo…” dijo la chica suavemente acercándose a una vieja cómoda y abriendo un cajón “Pero…mataste a Son Seungwan hace dos años y aun no has sido castigado ¿No crees que es injusto?”

“Por favor…”

“¿Por favor? No me hagas reír, ella se mato por tu culpa, por difundir esas conversaciones” dijo la chica, la sonrisa en su rostro había desaparecido y si era posible, Sehun sintió mas miedo “Ella era importante para mí, era mi luz y tu me la quitaste ¿Debería perdonarte por eso?”

Sehun no pudo responder, solo empezó a llorar y gritar, rogando que alguien viniera a salvarlo. Que alguien cruzara esa puerta y lo ayudara, pero  en la vida real los milagros no existen.