18 de Abril de 1997.

San Francisco – Estados Unidos.

 

 

 

 

Había varias personas reunidas en esa tan reconocida cafetería del vecindario por dónde vivía la dichosa cumpleañera. Una pequeña pelinegra nerviosa estaba sentada en cierto asiento acomodado junto con una mesa en el centro del lugar, la niña estaba también emocionada ya que sus padres le habían preparado la mejor fiesta de cumpleaños que cualquier niña de su edad ha de querer.

 

 

Sus amigos de a poco estaban llegando y así mismo, sus nervios incrementaban ya que ella, a pesar de tener 8 años de edad, era muy responsable y deseaba que lo poco que había aportado, se viera y resultara bien.

 

 

Ya al cabo de una hora, la pequeña SooYeon se encontraba corriendo por la cafetería con sus amigos, quiénes querían molestarla con su bello vestido que su madre le había comprado, ya casi todo estaba por culminar y fue cuando la señora Jung, detuvo lo que todos se encontraban haciendo para reunirse en el centro del local y cantarle, por fin, a su hija.

 

 

Los niños se ubicaron alrededor de la gran mesa con todos los dulces al alcance, SooYeon fue ubicada en un espacio alto ya preparado para observar a sus amigos en general; los nervios regresaron cuando todos empezaron a cantarle ya que no sabía qué hacer, cosa típica en toda persona, por supuesto.

 

 

La cumpleañera inquieta, empezó a observar todo su alrededor desde aquella altura, olvidándose por un momento que le estaban cantando y fue que, en su descuido, vio como una pequeña pelinegra ingresaba al local, mirando desde ya algo raro ya que todos estaban en tremendo bulto central.

 

 

— Oh, Tiffany, vámonos, no están atendiendo — Dijo por lo bajo la mujer que sostenía a la pequeña de la mano.

 

 

— Pero, mamá, mi pastelito — La niña se negaba a salir.

 

 

— No, mi amor, vámonos — Seguía insistiendo la mujer.

 

 

— Pe-Pero.

 

 

— ¡FELIZ CUMPLEAÑOS, SOOYEON!

 

 

Los gritos finales asustaron a la pequeña clienta, lograron hacerla salir de la cafetería tirando ahora de su mamá.

 

 

Jung logró observar todo hasta el final ya que su papá, quién la sostenía, la movió juguetonamente para que soplara su vela.

 

 

— Pide tu deseo, Jessica.

 

 

 

18 de Abril del 2000.

San Francisco – Estados Unidos.

 

 

 

 

La niña ya con 11 años recién cumplidos, estaba reunida esta vez con su familia en su casa, los presentes sólo eran sus padres y su hermana menor de 4 años, próxima a cumplir sus 5. Todos ahí estaban llorando, más que todo, por felicidad ya que hace apenas unos días, cierta empresa conocida llamó a la cumpleañera para felicitarla y hacerle saber que había sido aceptada para ser miembro de tan reconocida firma.

 

 

La fiesta estaba siendo de celebración, de cumpleaños y de despedida puesto que SooYeon, estaría yendo con un representante de SM hasta Corea pero no andaría sola por mucho tiempo ya que sus padres, desde ya se encontraban haciendo los papeleos para mudarse allá también.

 

 

El sueño de la pequeña SooYeon, se estaba empezando a volver realidad.

 

 

— Mi amor, ya tienes once años… Poco a poco, te estás volviendo adulta — Dijo su madre entre lágrimas,  aferrándose a su esposo.

 

 

— Mamá — La llamó con suavidad, secando sus propias lágrimas — Falta mucho para madurar, para ser independiente.

 

 

— Pero, SooYeon, ya estás yéndote para cumplir tus sueños… Serás independiente en unos días.

 

 

— Hasta que ustedes lleguen, no soportaré estar sola.

 

 

— Ay, princesa… Tendrás que empezar a velar por ti misma… — Mencionó con una tristeza aquel hombre, besando la cabeza de su mujer.

 

 

— Jessie — La menor de la familia, se acercó a su hermana y toda llorosa, la abrazó con fuerza — Feliz cumpleaños.

 

 

El espontáneo saludo de la menor, le arrancó unas risas a los demás integrantes. Jessica abrazó con tanta fuerza a su hermana que la pequeña, volvió a llorar.

 

 

Ambas en realidad.

 

 

— Jessica…

 

 

La mencionada, se separó lentamente de su hermana con sus ojos borrosos por el desahogo. Su padre le había acercado su torta de cumpleaños con la vela ya prendida.

 

 

— Pide tu deseo, princesa.

 

 

La chica sólo pudo sonreír.

 

 

 

 

18 de Abril del 2001.

Seoul – Corea del sur.

 

 

 

 

— Qué cansancio — Se quejó cierta castaña, lanzándose cansada al suelo de aquella sala de ensayo con sus demás compañeros. Acostada ahí, tapó sus ojos con su antebrazo, intentando calmar su respiración.

 

 

Ella todavía no se había acostumbrado a todo aquello.

 

 

Jessica con doce años de edad, estaba el día de su cumpleaños ensayando como rutina suya en la sala de ensayo de la empresa que ahora la representaba. La niña estaba iniciando con su carrera, con uno de sus sueños así como los demás chicos que estaban también practicando ahí con ella.

 

 

Sabía que tenía que llegar algo temprano a su casa ya que su familia estaría ahí esperándola para sacarla a comer algo delicioso por su día, justamente, eso se puso a pensar y fue que intentó ponerse de pie para culminar su práctica pero fue cuando las luces, se apagaron y ésta, se sorprendió y hasta olvidó lo que hace un momento, vino a su mente.

 

 

— ¿Qué rayos?

 

 

— ¡SORPRESA! — Exclamaron sus amigos, compañeros y hasta profesores que ya la conocían.

 

 

Todos estos ingresaban alrededor de la mujer que sostenía un gran pastel con varias velas prendidas, Jessica cubrió su boca con asombro. No se esperaba nada de eso.

 

 

— Happy Birthday, SooYeon — Pronunciaron todos con un raro tono puesto que no muchos, sabían inglés, es más, apenas estaban iniciando con sus clases.

 

 

— Yo, uh, esto…

 

 

Los aplausos retumbaron el lugar lleno de espejos y ‘nubes’, casi todos estaban emocionados porque era la primera vez de estos festejándole a un compañero de la empresa; Jessica al ser la chica tímida y callada, no sabía cómo reaccionar ante ello, sólo permaneció con su mano sobre su boca.

 

 

— Nos dimos cuenta de que hoy era tu cumpleaños y quisimos hacerte una sorpresa — Le comentó uno de los chicos, aplaudiendo emocionado.

 

 

— Todos nuestros Sunbaes nos avisaron también sobre ello, al parecer, ellos pueden saber más rápido los cumpleaños de los miembros de la empresa — Comentó otro muchacho.

 

 

— Y bueno, reunimos algunas cosas y con nuestra sunbae — Dijo otro joven, señalando a la coreógrafa — Te trajimos esta bella y rica torta que compramos en una pastelería muy buena.

 

 

— Dios, esto…

 

 

— ¿No te lo esperabas? — El chico que le llamaba la atención a SooYeon se le acercó y rodeó sus hombros afectuosamente — Sé que no pero… Hey, feliz cumpleaños.

 

 

— Gracias… Muchas gracias — Las lágrimas empezaron a correr por sus mejillas, era el primer cumpleaños que festejaba en Corea y no evitaba en emocionarse, además de ponerse melancólica porque no podría compartir este día con sus mejores amigas de la infancia.

 

 

— Espero que el pastel sea de tu gusto, Eonnie — Comentó cierta chica, sonriéndole.

 

 

— Sé que será así — Logró pronunciar, acercándose a la mayor que sostenía el dulce.

 

 

— Sopla la vela y pide un deseo, Jess.

 

 

 

 

18 de Abril del 2005.

Seoul – Corea del sur.

 

 

 

 

9 chicas se encontraban sentadas en cierto cuarto amplio de la misma empresa, todas ellas esperaban cierta indicación que se les había notificado horas antes. Jessica estaba ahí, por supuesto, pero algo alejada de las demás con un libro en mano ya que al día siguiente, tendría que estar rindiendo un examen.

 

 

Es más, hasta se le había pasado qué fecha era el día de hoy.

 

 

Pero, no para las demás.

 

 

Así que, la mayor de todas les dio una mirada cómplice a las otras chicas para que la indicada anteriormente, saliera y fuese por la torta pedida, el resto de chicas, fue sacando lo que habían guardado en sus maletines. Jung estaba absorta en su lectura que la primera en sorprenderla, fue la que se apellidaba Choi.

 

 

— Oh, SooYoung, ¿Qué pasa? — Cuestionó con calma y con una expresión relajada, aunque no lo estaba.

 

 

— Quería entregarte esto — Le extendió una caja chica pero muy decorada.

 

 

Jessica abrió sus ojos totalmente, dejando a un lado su libro.

 

 

— Soo, esto…

 

 

— ¡Feliz cumpleaños, Jessica! — Gritaron todas ahí mientras que la más baja, ingresaba con el pastel en manos.

 

 

— Espero que el día de hoy, te tomes tus horas libres para sacarte a comer por ahí — La llamada Yuri, comentó sonriente, llegando a ella para darle una bolsa simpática — Feliz cumpleaños, Jess.

 

 

SooYeon dejó los bellos aretes que SooYoung le dio y pasó a recibir y revisar el regalo de la morena del grupo.

 

 

— Oh, es un peluche, muchas gracias — Agradeció con una pequeña sonrisa, dejándolo  también a un lado ya que la líder, fue la siguiente en acercársele.

 

 

— Bueno, yo no sabía que darte y cómo tenemos unos gustos en común, quise darte esto —  Ella en cambio, le extendió una bolsa de regalo pero no tan grande ni tan pequeña.

 

 

— A ver — Acomodó su cabellera y abrió la bolsa, notando una botella de perfume muy costosa, ella lo sabía bien debido a su gusto por esas cosas — Oh, Dios… Es mi aroma favorito.

 

 

— Lo sabía, haha.

 

 

— Hey, Tae, deja que Tiffany también luzca su regalo — Dijo SooYoung, empujando a la otra americana avergonzada.

 

 

Las dos chicas, se habían reconocido puesto que varias ocasiones, de pequeñas se habían topado. Contabilizando la ocasión en la que la menor interrumpió la fiesta de cumpleaños de SooYeon.

 

 

— Uh, uh, yo, yo… No sabía que darte y, bueno, yo…

 

 

— Do you prefer to speak to me in English? — Quiso ayudarla un poco, la chica no tenía mucho tiempo ahí en Corea como a diferencia de ella.

 

 

— Ye-Yes — Agachó su mirada tímidamente y le extendió así, una caja delgada pero algo grande — I bought it with my salary... I hope you like it, SooYeon.

 

 

— Your salary? — La observó sorprendida y confundida — Are you crazy, Tiffany? — Abrió con algo de emoción y notó algunas prendas muy bellas que también, eran de marca y para su suerte, su favorita — Oh my God… This is… Is…

 

 

— You don’t like? — La tristeza la llenó por un momento.

 

 

— Oh, no, no… I like it… I like it — Repitió esbozando una amplia sonrisa — It reminds me of the United States... I used to go to those stores with my mother.

 

 

— Me-Me too... — Su tono decayó al pensar en su madre, todavía no lidiaba bien con los recuerdos vagos del suceso que atormentó a su madre en sus últimos años de vida.

 

 

— Bieeeeen, seguiremos con la entrega de regalos luego de cantarle a Jessica — Interrumpió Sunny, quién entendió perfectamente la conversación — ¿Les parece?

 

 

Las chicas empezaron a cantarle a Jessica, a excepción de Tiffany que sólo podía observar atenta a su compañera de agrupación,  sentía que cuando estaba con Jessica, una parte de Estados Unidos también estaba ahí.

 

 

Una sonrisa apareció en su rostro y la cumpleañera la vio.

Sus manos sujetaron bien la caja que Tiffany le había dado, se comprometió a sacarle más sonrisas a esa chica solitaria, aunque le cueste gracias a su tímida forma de ser.

 

 

— ¡SOPLA Y PIDE UN DESEO!

 

 

 

 

18 de Abril del 2007.

Seoul – Corea del sur.

 

 

 

 

— ¡AAAAGH! Esto de ser cantante es tan agotador — Se quejó la bailarina principal de la agrupación, lanzándose al mueble de la habitación de Karaoke.

 

 

— Pero, es lo que queríamos, así que, a lidiar con ello — Le respondió la joven que estaba por incursionar en la actuación.

 

 

— Yoong tiene razón — La morena de la agrupación se lanzó a un lado de la primera castaña en mencionar.

 

 

— ¿Dónde está la cumpleañera? — Preguntó la más baja, abrazando cariñosamente a la menor de todas.

 

 

— Sica-Eonnie está con TaeYeon-Eonnie y Tiffany-Eonnie.

 

 

— Sica no puede separarse de la enana — Dijo SooYoung con confianza por lo que ya conocía a TaeYeon un poco más que la americana.

 

 

— Y Tiffany de esas dos.

 

 

— ¿Qué yo qué? — Preguntó la mencionada, no había oído y ni había entendido bien a sus amigas.

 

 

— Nada, Tiff.

 

 

— Bien, hoy nos toca celebrarle a la princesa de hielo.

 

 

— No soy una princesa de hielo — Se quejó Jessica bien ingresó, lanzándose a uno de los amplios muebles de la cómoda cabina.

 

 

— Eres una y muy bonita.

 

 

— Tae y tú, ya están volviéndose viejas.

 

 

— ¿Viejas? — Chilló el TaengSic, señalando a la bailarina burlona — ¡Idiota!

 

 

— TaeTae y Jessie no lo son — Apoyó la otra americana, haciendo un puchero mientras se sentaba en las piernas de Yoona.

 

 

— Las cubres porque te gustan — Bromeó Kwon, riendo con las demás pero ocasionando un sonrojo en Tiffany.

 

 

— Bien, bien — TaeYeon las silenció y poniéndose en medio de la sala, dio unos cuántos aplausos — Saben que estamos reunidas para-.

 

 

— Casar a TaeYeon con Jessica — Molestó SooYoung.

 

 

— Jess, puedes besar a la novia — La próxima en fastidiar, fue HyoYeon.

 

 

— ¡HEY!

 

 

— Ya, chicas, basta — Interrumpió Tiffany con un tono bajo.

 

 

— Gracias, Tiff — La mayor raspó su garganta para proseguir con lo que iba a decir — Hoy es el cumpleaños de Jessica y sabemos que eso significa…

 

 

— ¡Ya podemos tomar! — Yoona chilló al decir eso.

 

 

— No, Yoong-Eonnie, aún somos menores — SeoHyun tomó la mano de su compañera emocionada.

 

 

— Lamentablemente, ustedes no tomarán pero este par de ‘viejas’, sí — Fue el turno de Jessica al burlarse, sacándoles la lengua infantilmente.

 

 

— Eish, Eonnie, no sea mala con nosotras — La primera en acercársele a Jessica fue Yoona, sentándose también en sus piernas — Además, yo fui la primera en darle su regalo el día de hoy.

 

 

— Oh, cierto.

 

 

— ¿Qué te dio? — Preguntó Yuri con curiosidad.

 

 

— Unas gafas de sol, están muy hermosas… Te mereces un sorbo muy grande, Yoong.

 

 

— ¡YES! — Zafándose de las piernas de la cumpleañera, corrió hasta dónde se encontraban algunos tragos.

 

 

— ¿Quiénes no te dieron regalo, Sica? — Preguntó TaeYeon.

 

 

— Mh… SeoHyun aún no me lo da y… Tiffany.

 

 

— ¿Y eso?

 

 

— Oh, yo sí tengo el regalo de Jessie…

 

 

— Yo lo tengo en el departamento — SeoHyun aclaró elevando su mano como si estuviese en alguna clase.

 

 

— Tiffany, ¿Tienes mi regalo aquí? — Preguntó Jessica, mirándola con suma atención.

 

 

— Lo dejé afuera, es que, quería sorprenderte — Esbozando su típica sonrisa, se puso de pie para salir de la cabina e ir por la bolsa bien decorada.

 

 

— Bien, ¿Quién va a iniciar con las canciones? — Preguntó HyoYeon, tomando cierta revista que estaba en la mesa cercana.

 

 

— Que inicie SeoHyun, dale, pequeña.

 

 

Las chicas empezaron a discutir sobre quién empezaría a cantarle a Jung, sin embargo, ella no les prestaba nada de atención a ellas ya que, sólo miraba la puerta esperando que su compañera ya ingresara con tan dichoso regalo. Cruzó sus piernas inquieta y bufando, recién notó como la castaña de singulares ojos, entraba con una bolsa de regalo muy bonita aunque muy rosada para su gusto.

 

 

— Feliz cumpleaños, Jessie — Le dijo Tiffany al llegar a la chica, regalándole una enorme sonrisa.

 

 

Jessica torpemente cogió el regalo y así mismo, lo abrió.

 

 

— Uh… ¿Un vino?

 

 

— Es seco.

 

 

La cumpleañera sacó la botella costosa y acomodando el envoltorio de esta, sostuvo bien el vino para observarlo más de cerca y con curiosidad.

 

 

— ¿Y esto?

 

 

— Bueno… Dijiste que lo primero que querías hacer, cuando tuvieses 18 años era tomar… Supe que el vino no le cae mal a alguien joven y el seco es precisamente el que puede lograr marear un poco, si es que uno quiere, claro está.

 

 

— ¿Cómo pudiste recordarlo? —  Preguntó asombrada y con una pequeña sonrisa, apegando la botella a su pecho.

 

 

— Lo anoté, en realidad… Al oírte decir aquello, sabía que esto sería un buen regalo por lo mismo que lo mencionaste.

 

 

— Yo lo había olvidado — Poniéndose de pie y dejando antes la botella, acortó toda distancia para atraer a la menor en un abrazo algo tímido.

 

 

Ambas chicas con tradiciones americanas, no debían de avergonzarse con un abrazo así sorpresivo pero no entendían porque cuando se trataba de ellas, tendían a colocarse algo nerviosa.

 

 

No obstante, Jessica quiso ‘romper el hielo’ en esa ocasión.

 

 

— Muchas gracias, Tiffany.

 

 

— Estoy feliz de que te haya gustado.

 

 

— Fue el mejor regalo, hasta ahora.

 

 

— I hope it continues to be.

 

 

 

 

18 de Abril del 2009.

Seoul – Corea del sur.

 

 

 

 

Estaban a poco de hacer un comeback y por esa razón, las chicas se encontraban más ocupadas que nunca puesto que tras el rechazo que habían estado recibiendo por cientos de personas, ellas se habían comprometido a mejorar y más que todo con aquella canción que no las convencía del todo pero de igual manera, apostaban por esta.

 

 

Nerviosas, en el departamento que compartían, se encontraban todas las chicas hablando y pensando en qué realizar para esa noche especial para la americana mayor… Que se hallaba toda desanimada encerrada en su habitación.

 

 

— Tiffany, no entres — La detuvo TaeYeon, sosteniendo firmemente a la chica del brazo.

 

 

— Tengo que darle su regalo, falta una hora para que sea 19.

 

 

— ¿Quieres que te golpee? — Preguntó SooYoung, ubicándose a un lado de TaeYeon.

 

 

— Sé que ella no lo hará.

 

 

— Se encuentra mal, sabes que la han estado atacando mucho por las redes sociales.

 

 

— Como a todas, así que, déjenme ingresar.

 

 

— No la hagas enojar más — Dijo TaeYeon firmemente.

 

 

— No lo haré, lo prometo.

 

 

Tiffany con una pequeña caja en manos, se dirigió a la habitación de su compatriota. Se detuvo en la puerta para relajarse y quitar el sudor que había empezado en sus palmas, pasando un poco de saliva fue que abrió la puerta y notó, de inmediato, el cuerpo yacente de su mejor amiga.

 

 

Ya dentro, cerró la puerta con lentitud y con pasos suaves, fue acercándose más hasta que estuvo enfrente de la chica que le daba la espalda.

 

 

— Je-Jessie…

 

 

— Lárgate, Tiffany, no quiero nada.

 

 

— Pero…

 

 

— No quiero nada… Déjame.

 

 

Ese mismo día, le había llegado un paquete a la vivienda con unas cartas amenazantes centradas en ella por ser su cumpleaños. Todos los escritos que habían llegado, eran dirigidos exactamente para Jessica, en los cuales no sólo la amenazaban, también la insultaban y denigraban como mujer y persona. Habían imágenes tan fuertes que le dolieron, se metían con su familia y las miembros; no pudo soportarlo y le fue necesario desahogarse en su cuarto con su llanto.

 

 

—… Happy birthday to you~ — Tiffany empezó a cantarle a Jessica con una suave voz, sentándose en la cama, a su lado.

 

 

SooYeon fue girando de a poco, secándose sus lágrimas para ver atentamente lo que la americana insistente hacía.

 

 

— Happy birthday, Jessica. Happy birthday to you… I love you, Jess — Le extendió la cajita a la mayor con un poco de nervios.

 

 

— ¿Qué es?

 

 

— Fíjate…

 

 

La castaña de cabello corto abrió el regalo y como siempre, fue sorprendida por su menor al notar dos anillos similares pero con los nombres respectivos de cada una.

 

 

— ¿Tú…?

 

 

— En verdad, nos acaban de regalar esto… La mejor pareja.

 

 

Jung y Hwang se avergonzaron con ese calificativo incompleto.

 

 

— De amigas, la mejor pareja de amigas, eso.

 

 

— Oh, bueno… Me gusta.

 

 

— Lo sabía.

 

 

Jessica tomó el anillo que le pertenecía a su amiga, con su mano libre sostuvo la diestra ajena y la acercó a sí misma para colocarle el objeto en uno de sus dedos, siendo el anular de casualidad. El dedo de compromiso, se dice.

 

 

— Entonces, hay que lucirlos… Como buena pareja.

 

 

Tiffany le sonrió con un suave rubor en sus mejillas que no fue notado gracias a la oscuridad de la habitación.

 

 

— No llores más, Jessica… Por lo menos, no por la hora que resta de tu cumpleaños.

 

 

— ¿Las chicas piensan hacer algo?

 

 

— Creo, aún no están decididas.

 

 

— Bueno… — Ya sin lágrimas en su rostro pero sí con un pequeño trazo de estas en sus mejillas, se puso de pie y le extendió su mano a Tiffany para que también se levantara — Vamos a salir todas, yo invito.

 

 

— Jessie… ¿Segura?

 

 

 

— Más que segura, es mi día y debo de disfrutarlo.

 

 

— Sí — La menor con una sonrisa, brincó y se apoyó en la mayor, abrazándola con suma fuerza — No vuelvas a llorar, se supone que la dramática aquí, soy yo.

 

 

— Hahaha, boba — Correspondió al abrazo y apoyó su cabeza en el hombro ajeno, inhalando brevemente el aroma de su mejor amiga — Si se atreven a hacerte algo así a ti, para tu cumpleaños, no permitiré que esa caja llegue a ti.

 

 

— Eso… Es muy dulce, Jessie.

 

 

— ¿Lo es?

 

 

— Sí…

 

 

— Sólo quiero ser amable — Se excusó un poco nerviosa.

 

 

Estaba confundida.

 

 

— Pues, sigue siéndolo… Me gusta.

 

 

— Mh — Ya poniéndose incómoda, rompió el abrazo y prefirió tomar la zurda de su menor — Mejor, vayamos por las chicas. De seguro, ellas también se encontraban preocupadas.

 

 

— Lo estaban, pero ahora, verán que yo te puse en mejor ánimo.

 

 

— Tiffany, la súper heroína.

 

 

— Así me dicen.

 

 

— Hey, debes de ser mi súper heroína.

 

 

El puchero que Jessica hizo en aquel momento, ocasionó un alboroto total en el cerebro y en el corazón de la menor. No sabía cómo reaccionar, la princesa de hielo podía ser tan tierna cuando ella quería.

 

 

No es como todos la pintan.

 

 

— Lo so-soy por hoy.

 

 

— ¿Sólo por hoy?

 

 

—… Sí, ¿Qué será de las demás personas sin mi ayuda?

 

 

—… No me importan.

 

 

— Qué egoísta eres, Jung.

 

 

— Y mucho, Hwang.

 

 

 

 

18 de Abril del 2011.

Seoul – Corea del sur.

 

 

 

 

— In New York, concrete jungle where dreams are made of — Murmuraba Jessica en lo suave con aquel mismo tono de la canción, pasando una hoja más de su revista recién comprada.

 

 

La acaramelada se encontraba descansando en el amplio sofá del gran apartamento soshi mientras que las demás miembros de su agrupación se hallaban fuera haciendo sus respectivas cosas gracias a s