No había quedado ni un solo asiento disponible en aquel gran estadio ubicado en la gran ciudad de Seúl, nunca antes se había llenado por completo pero aquella noche se presentaba allí la banda que ocupaba los primeros puestos en encuestas de todo tipo y ganaba premios por montones. Esa banda que cautivaba adolescentes, tanto a hombres como a mujeres, sin duda alguna eran populares, demasiado populares. 
La banda era llamada 'Black Keys' y aquel nombre se escuchaba en todas las radios, se leía en todos los anuncios de las calles y se veía en todos los canales, estaban en todos lados, era una fiebre total.

De un momento a otro todas las miradas se centraron en el escenario y el lugar enmudeció, una luz blanca y casi cegadora alumbraba de manera potente una parte del lugar, dejando de ver a los cinco  sonrientes integrantes de la banda, mirando a sus fans.  
Entonces, todo el mundo se dispuso a gritar, saltar, cantar y llorar por dos inolvidables horas, las cuales quedarían grabadas para los artistas y sin duda alguna para los fans.

— ¡Gracias a todos por esta noche, son fantásticos! 
Una de las integrantes era aquella chica delgada, atractiva y de cabellos rubios que agradecía a su amado público que soltaba suspiros sin parar. Su incomparable venustez enamoraba a más de uno, quizá a todos los presentes, la líder de la banda, llamada Jessica.

El chico de la bateria se alejó de su instrumento y llegando al lado de Jessica hizo una reverencia hacia el público y agradecío también, aquel chico era JongHyun, casi un hermano para Jessica, su mejor amigo. 

— Son los mejores fans del mundo.
El segundo varón de la banda había hablado, él era JaeJoong, un apuesto chico de cabellos negros, tan guapo como un soñado príncipe azul. Su posición en la banda era ser vocalista principal junto a Jessica.

TaeYeon era la guitarrista que hacía dudar a las fans de su ualidad ya que con sus gestos, acciones y movimientos desbordaba sensualidad y nadie podía resistirse a ella. Ni siquiera Tiffany que la miraba con deseo en cada una de las presentaciones. 

Tiffany ocupaba el puesto de la bajista y cantaba en los coros junto a TaeYeon, cuando sus voces se juntaban era un canto de ángeles, una armonía perfecta. Además de tener una gran voz, Tiffany gozaba de una gran belleza, tanto en su rostro como en su cuerpo. Y la belleza de su cuerpo era la cual TaeYeon quería descubrir. 
Aquellos cinco chicos integraban la banda más popular del momento. TaeYeon, Jessica, Tiffany, JongHyun y JaeJoong eran los jóvenes más deseados y populares de Corea.

Al despedirse de los fans y ya en los camerinos, una muy amarga Jessica gritaba mil y un insultos para JaeJoong.
— Eres un hijo de puta, ¿puedes dejar de ser un maniaco del fanservice?
— No. 
— Te odio, estúpido. Muerete.
A Jessica le incomodaba el fanservice de sobremanera, no le gustaba siquiera que su madre la abrazara y por supuesto que no iba a dejar que su compañero de banda quisiera besarla en el escenario.

Pero Jessica no tenía ni idea que JaeJoong se limitaba a no responderle con insultos ya que detrás de ella, en la puerta abierta del camerino estaba la señora Jung con un semblante sombrío y con las mejillas enrojecidas de vergüenza y a punto de estallar por escuchar el vocabulario que empleaba su hija, la señorita que crió con esfuerzo por 19 años para que sea toda una damita.
La señora Jung odiaba que Jessica forme parte de esa banda que la volvía grosera. La familia Jung era dueña de una gran empresa de modas y lo que quería su madre era que Jessica manejara la empresa pero para hacerlo primero debía estudiar para ello.

Así que con la idea en mente, había llegado hacia el camerino con la intención de platicarlo con su hija. Pero al verla en tal escena y empleando esas palabras olvidó todo aquello referente a conversarlo tranquilamente, estaba decidida, la iba a obligar.
Entonces, en un dos por tres sacó a una sorprendida Jessica del camerino y la llevó hasta su casa donde comenzaron una charla muy seria, referente a su idea.

La rubia, por su parte, al entender las intenciones de su madre puso muchísimas excusas que tenían una razón muy lógica.
— Soy famosa, los fans me molestarían todo el día, no podría estudiar, es imposible.
Y efectivamente, Jessica tenía razón, era una idea tonta de su madre. 
— ¡Jung SooYeon!
— No me grites, te estoy dando razones...
La rubia trataba de no perder la calma, deseaba irse con todas las fuerzas que tenía. Que eran pocas, ya que acababa de dar un concierto y su madre había elegido molestarla en ese momento tan inoportuno.
— Ya he pensado en eso, te transformaremos.
Y con una sonrisa ladina, la señora Jung se fue del lugar, dejando a una muy confundida Jessica con sus palabras en el aire.

A partir de aquel momento, la vida de Jessica que ya tenía problemas, comenzó a tener más problemas.