Just a Farewell....

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Foreword

Lo que no sabía, era en qué momento, las cosas se le habían salido de las manos. Cuando todos los muros que había construido, pintados con los colores más vivos y brillantes, habían terminado por deslavarse y dejar a su paso manchones irreconocibles en muros que se resquebrajaban.

Tendría que haber aceptado, que los secretos no se pueden guardar para siempre. Y que tarde o temprano, la verdad siempre se asomará.

 

 

*-*-*

 

Revisó por enésima vez su móvil. ¿Cuántas veces llevaba haciéndolo en el último cuarto de hora?. Suspiro, intentando poner por una vez en el día atención a lo que decía el profesor. Su vista se fijaba en aquellos garabatos que el hombre ponía en la pizarra, mientras explicaba cosas que simplemente, no le estaban importando. No cuando en todo el día no había tenido señales de ella. No cuando llevaba semanas tan extraña; porque la joven Park le conocía muy bien, y su amada no se estaba comportando tan burbujeante como solía hacerlo. Y tenía cinco días que le rechazaba invitaciones a salir a comer.

¿Qué pasaba con ella? ¿Tendría un problema? La joven Park, daría todo de si por ayudarla siempre, no lo sabía o.... ¿Acaso no le tenía confianza?

 

Y así, su mente se perdía en un remolino de interrogantes que no sabía cómo responder. O hasta que unas horas más tarde, sonaba la campanilla que le informaba que al menos, ya era libre de sus deberes escolares por esa semana. Un viernes por la tarde, con un clima fresco perfecto... y ella no tenía con quien pasarlo. Se despidió de sus amigas con un vago gesto amable, y comenzó a alejarse del edificio educativo, como muchos otros. Y el móvil, fue sacado de nuevo, solo para constatar, que no tenía un solo mensaje nuevo. La foto que tenía de fondo, las mostraba juntas y sonrientes. Apretó la mandíbula y su ceño se frunció un poco. -Sun Young... ¿es... que... te has hartado de mí?- susurró. No quería verse como una celópata, comenzando a crear cosas en su imaginación, ni acosar a la otra, pero algo en su pecho, se sentía extraño. Como un pinchazo de angustia.

 

 

Estuvo vagando mucho tiempo por las calles, demorando la llegada a casa. La Luna ya estaba en su lugar, adornando con su resplandor plateado aquel manto nocturno. Pero, comenzaba a sentir un poco de hambre. Así que no quedaría más que resignarse a que no recibiría tampoco noticias de su chica por aquel día. Solo una cuadra le separaba de su hogar, cuando algo dentro del bolsillo de su pantalón se movió. Se detuvo en seco, y con manos temblorosas, tomo el móvil. ¿Sería que al fin....? Una pequeña llamita de esperanza se encendió, misma que se quedó solo en una breve emoción al respecto, pues miró el nombre de quien llamaba; y no era ella. Aun así, atendió, Ji Eun era una buena chica, que siempre estaba allí, sosteniéndole y dándole palabras de aliento y regaños cuando se los merecía. Una verdadera amiga.

 

Lo que la joven le dijo, le dejó totalmente en blanco. Apenas y pudo sostenerse en pie. No... No era eso posible. No... ¡No lo era! Tenía que verlo con sus propios ojos. Se dio media vuelta y enfiló hacia la dirección que le diera la otra chica. No tenía conocimiento de que su hermano regresaba a casa. No tenía como saber, que este decidía seguirla, preocupado e intrigado.

Tomó un taxi, aferrando la mochila que aún llevaba, con fuerza entre sus manos. Todo se veía borroso. Las luces herían sus ojos. Y el sonido de la ciudad le ponía aún más los nervios de punta. Solo quería poder correr hasta llegar donde ella.

 

Al fin llegaron a una zona famosa por sus clubes, restaurantes y cafeterías. Pago sin siquiera esperar a por el cambio y entro en aquella cafetería de estilo agradable. El olor del café, se le antojo agrio, como si nada en ese momento, estuviera para reconfortarle. Deseo que Ji Eun no hubiera visto bien. Si, que se hubiera equivocado. Lo anheló con todas sus fuerzas, pero las cosas, a veces, simplemente, no son como las queremos.

Allí, delante de sus narices, estaba Hyomin -y es que a veces prefería que le llamaran por aquel apodo-, aún de espaldas, podía reconocerla. Y efectivamente, no estaba sola. Aquella mujer de melena rojiza, no podía ser una simple amiga, no cuando reían de aquella manera, no cuando su Minnie, entrelazaba su mano con la de aquella desconocida por encima de la mesa.

 

Se acercó a grandes zancadas, plantándose justo detrás de Hyomin. La otra joven, le miró con una expresión de genuino desconcierto, deteniéndose de darle a probar un bocadillo a la otra chica, que pronto protestó.

-Ji Hyun... prometiste que me alimentarias...! ¿Qué pasa... porque pones esa cara?- la joven se detuvo, al ver la expresión de su acompañante.

 

-¿Se te ofrece algo?- preguntó de manera amable aquella chica a la joven que vestía uniforme escolar. A esa “estudiante” que parecía a punto de dos cosas, o desmayarse o romper a llorar. Fue entonces cuando Hyomin se giró. Y la sonrisa se borró de su rostro; sus labios se entreabrieron y no supo que decir, así que lo único que atinó a hacer primeramente, fue intentar recomponer la sonrisa. Como si buscara aparentar que todo estaba bien.

 

Se acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja, sin atreverse a mirar de frente a la “colegiala”- Jiyeon... yo... ¿qué haces aquí?- preguntó aquello sin poder evitarlo. El color se había esfumado de su rostro.

 

-¿Le conoces, Minnie-ah?- Inquirió entonces la joven, que tenía un lunar en la punta de su nariz, mirando con bastante interés a la chica menor, sobre todo por la expresión del rostro de esta.

 

Hyomin al escuchar la voz de la otra joven, se giró para dedicarle una sonrisa tierna- ¿Me permites un momento? Ya regreso...- dijo al mismo tiempo que se ponía de pie, y aferraba a Jiyeon por el brazo, jalándole hasta salir del local. La menor simplemente se dejó guiar, estaba demasiado confundida, totalmente en shock, con un torrente de palabras que pugnaban por salir y al mismo tiempo, se mordía la lengua, porque no sabía ni que pronunciar. Una vez fuera, Hyomin le tomo por los hombros y le alejó un poco más. Sus miradas se encontraron; no estaban solas, pero la gente que pasaba a su lado, tenía sus propios problemas. Al final, le soltó y solo permaneció allí, de frente a la joven apodada Dino. Fue entonces, cuando Jiyeon se atrevió a dejar salir lo que sentía.

 

-¿Por qué no has contestado mis llamadas? Has estado evitándome -dijo con un tono dolido, mientras su voz se escuchaba trémula, sus manos se cerraron con fuerza. Al fin, después de varios días, tenía a su amada enfrente, y no de la manera agradable y dulce que había esperado. Esa chica que le miraba con una expresión seria, no era su Hyomin. Esa chica que tenía enfrente... Tenía que escucharla - ¿Sabes lo mucho que me he preocupado por ti?

 

-Jiyeon, para ya.- Fue lo que la otra joven dijo, tranquilamente, sin apenas alzar la voz. Poso sus manos sobre los hombros ajenos y los presionó, en un gesto que buscaba reconfortar. ¿Pero, de que sirve ese tibio contacto, cuando lo que esperaba la menor, era un abrazo? ¿Cómo poder conformarse con solo migajas, cuando antes probaste todo el pan? Las lágrimas brotaron pronto, sin que pudiera o quisiera hacer algo por evitarlo; aparto las manos de la mayor y le miró fijamente.

 

- ¿Quién es ella, Hyomin? Dímelo... Dímelo tú, o regreso dentro y le pregunto directamente. Dime la verdad... ¿De dónde le conoces? - el solo recordar como parecían tan cercanas y felices... como SU Hyomin tenía su mano entrelazada con la de aquella chica...

 

Hyomin simplemente suspiro, y desvió la mirada. – Lee Ji Hyun, ese es su nombre, Jiyeon. Y es... es con quien salgo ahora.- termino de decir, cerrando los ojos y bajando el rostro. Al momento, la mano de la menor se estampó con fuerza en su rostro, y no hizo ni el menor intento por responder aquello.

 

-¿Por qué dices esas cosas, Minnie? Si es una de tus bromas... - comenzó a decir, mientras sus manos se aferraban con fuerza a la ropa ajena.- Déjalo, ya... vamos... no es gracioso. ¿Qué sales con ella? No digas eso... tú... tú y yo...

 

-Tú y yo, ya no somos nada, Jiyeon- le atajo, mirándole fijamente- ve a casa.- Dijo simplemente, para intentar volver al interior del local, donde la otra joven se entretenía jugando en su móvil, sin sospechar nada sobre aquella abrupta interrupción.

 

-¿Qué regrese a casa? ¿¡Sólo eso puedes decirme!? – respondió en el acto la menor, Hyomin se detuvo, apenas había alcanzado a dar un par de pasos. Su espalda se mantenía rígida, pero no se giró- ¿Qué no somos nada? ¿¡Cómo puedes decir que nuestro amor no es nada!? ¿Dónde se fueron las promesas hechas, las palabras cariñosas…? Dime a donde se han ido aquellas tardes que hemos pasado juntas. Dime a donde se fue la mujer que amo. La mujer que amo… no estaría haciendo esto…. –la voz de Jiyeon comenzaba a quebrarse, tenía los nudillos blancos de tanto que apretaba los puños, avanzó un paso sin apenas notarlo. La gente comenzaba a girarse, a mirarles con gestos que la menor prefería ignorar. – No estaría saliendo con alguien más, cuando antes ha dicho que soy su todo, que soy el amor de su vida…

 

Jiyeon solo quería despertar. Darse cuenta que era una pesadilla. Si, despertar en medio de su habitación sumida en las penumbras, ver el reloj sobre su mesita de noche marcando las tres de la mañana, mientras se limpiaba el sudor de la frente. -¡Sun Young! – le llamo, apremiante al ver que la otra joven no decía nada, ni seguía avanzando.

 

Hyomin se volvió lentamente, para mirarle con una expresión tan neutra, que le helaba la sangre por alguna razón. Se plantó de nuevo frente a la menor, cruzando sus brazos sobre su pecho -¿Ya has dicho todo lo que necesitabas? ¿Te das cuenta del espectáculo que acabas de armar? –le dijo en un tono lo bastante controlado, no era demasiado alto, pero Jiyeon estaba segura que solo ella podría escucharle con claridad- Tú, quien siempre se ha preocupado por “el qué dirán”. Quien sujeta mi mano, que dice que me ama, pero que desvió el rostro cuando intenté besarle en público. Tú, quien no eres capaz de decirle a nadie, lo que tienes… No, perdón. Lo que TENIAS conmigo…

 

-¡Eso no es verdad! Ji Eun lo sabe. Ella me dijo... que te vio con ella… con esa mujer- su cuerpo temblaba; ¿A que venían todos esos reclamos? Hyomin sabía muy bien que la familia suya, era demasiado conservadora, con ideas cuadradas, donde el amor que ellas sentían, estaba mal visto, pues escapaba a lo que estaba catalogado como correcto; sabía todo eso… ¿Y aun así, le echaba en cara aquello? Jiyeon no podía escapar fácilmente de años de escuchar todos esos sermones moralistas. Daba pequeños pasos, como ese de aceptar que estaba enamorada con locura de una hermosa mujer, como el hecho de compartir sus miedos y emociones al respecto con su mejor amiga.

 

-Ja… pero solo ella, Jiyeon, Ji Eun es tu mejor amiga, se conocen desde los cinco años. Y si mal no recuerdo, también es mal vista por tus padres al ser hija de una madre soltera. – respondió Hyomin, no en tono duro, no como una acusación, no, eso era solo una confirmación. Los señores Park apenas soportaron esa amistad que tenía su hija con la chica aquella, que realmente era adorable, en parte por ello se ganó su confianza, pero, con Hyomin, era diferente.

 

-Eso no tiene nada que ver. ¿Qué no le he dicho a mis padres…. que… que…- la joven comenzaba a desmoronarse cada vez más, sus piernas temblaban, como si estuvieran hechas de goma. –Sabes que no es fácil para mí, sabes que si quería hacerlo… pero…

 

-¿Pero que, Jiyeon? Mil veces te dije, mientras sujetaba tu mano, que yo te acompañaría, que yo estaría a tu lado. Que yo no te dejaría pasar por ese paso a ti sola. Que sería paciente, te dije, tal y como lo fui, contigo. ¿Recuerdas que no tolerabas ni verme? Todo ese supuesto odio que sentías por mí, era en realidad que yo te gustaba. Te gustaba la persona que menos esperaste. Esperé… pero ya no puedo más, Jiyeon. Entiéndelo, me he cansado de tener que esconder nuestra relación. ¿Por qué hacerlo? Esto tampoco ha sido sencillo para mí; pero lo hice pensando en ti. Te dejo libre, así puedes seguir tu vida, una vida que vives de la manera en que mejor, según tú, les das gusto a tus padres. Conocerás algún chico de buena familia y trabajador, que te amé y te cuide. Algún día te casarás y le darás a tus padres, los nietos que esperan. Conmigo, el futuro sería diferente. No es el futuro que te han planteado por años. No es un futuro para el que estés realmente hecha, Jiyeon. Ahora… sé feliz, vete y olvídate que alguna vez… compartimos algo.

 

-¡¿Por qué tienes que ser de esta manera?! Dejándome así… Aquí… sin decirme nada, esperando por ti… llorando por ti, mientras tú sonríes tan calmada junto a otra persona. ¿Era tanta tu urgencia? ¿Esta es tu decisión luego que me negara a tener o contigo aquella vez en tu casa? Dime, ¿Ya la llevaste a la cama? ¿Ya satisfa…?

 

Y de pronto, el rostro de Jiyeon fue desviado, fue cruzado por una cachetada que sonó fuerte, frenando aquel discurso atropellado de la menor; se llevó pronto una mano a esa zona que escocía, que sentía como se calentaba. No tenía que ser muy lista para saber con seguridad, que se hincharía, que estaba de un color rojizo. Palpitante. Miró con los ojos abiertos llenos de sorpresa a la mayor, que parecía tampoco entender lo que acababa de hacer. Pero había llegado a su límite. 

 

-Cállate. ¡Cállate Jiyeon! No sabes nada… no conoces mis sentimientos. ¿Crees que te deje solo… que te dejaría por algo como eso? ¿Acaso crees que solo te quise por tu lindo cuerpo? ¿Acaso crees que no pude esperar más? Que poco me conoces, ahora me doy cuenta de ello. Compréndelo, no lo diré de nuevo. Hay más cosas, que nuestra relación ya no podía sostener. ¿Lo entiendes?

 

La menor solo le miró sin decir una palabra. El nudo que se había formado en su garganta parecía no querer ceder. La mirada de Hyomin era bastante dura. Dolida. Triste. Por un momento, se suavizo. ¿Acaso se arrepentía de haberle levantado la mano de esa manera? ¿Le dolía el ver aquellas lágrimas que luchaban por no caer?

-Jiyeon, ve a casa…- le dijo con tono más calmado, mientras acomodaba un mechón de su cabello detrás de su oreja. Era claro que estaba apenada. Y ansiosa por regresar junto a la hermosa pelirroja.

 

-No me trates como a una niña, Sun Young- Jiyeon entonces, bajo la vista al suelo. ¿Por qué? ¿Acaso la pelirroja era mejor que ella? Era obvio que aquella era toda una mujer; y ella…? Aún tenía facciones aniñadas. Se lo decían más de una vez. ¿Sería por eso que Hyomin decía todas aquellas cosas? ¿En verdad, había sido tan cobarde? ¿Por qué no se había percatado de todas esas cuestiones? Eran muchas situaciones, que no sabía cómo afrontar. La sobrepasaron – Soy joven, pero puedo amarte con la misma intensidad que ella… Puedo darte lo que necesites, lo que quieras… Prometo… prometo ser mejor… para ti… ¿Podemos darnos otra oportunidad, Hyomin?

 

-Jiyeon…. Eres… eres una persona especial para mí, y mentiría, si dijera que no siento nada ya por ti, pero ya te lo dije, terminar es… es lo mejor para nosotras, no te hagas más daño…. No me busques… Regresa a casa… con el paso de los días… estarás mejor…

 

-¡Por favor, Hyomin, solo una oportunidad más! ¿Qué no entiendes, que yo a ti, no solo te quiero, te amo?

 

Y fue entonces, cuando las cosas se complicaron para la menor, que comenzaba a derramar, al momento de decir tales palabras, lágrimas llenas de desesperación y amargura. Hyomin estaba por dar un paso, en dirección a la joven, como acto reflejo a ese llanto, cuando de pronto, un alto joven, apareció, tomando del brazo con brusquedad a la menor.

 

-Hyo Joon…- pronunció Jiyeon con una expresión temerosa, el chico simplemente le miró de manera helada, antes de apretar su brazo con más fuerza, el joven, se dirigió entonces a Hyomin, con una mirada que podría catalogarse de repulsión.

 

-Tú, como te llames… No te preocupes. Puedes irte primero. Jiyeon no volverá a molestarte. Esperamos lo mismo…

 

-¡Yo la amo!- saltó entonces la joven Park

 

-¡Tú no amas a esta… esta…- el chico se detuvo, y suspiro pesadamente, irritado, intentando contener su ira. Jiyeon hacia muecas de dolor, la presión sobre su brazo, era demasiada.

 

-Suéltala, le estás haciendo daño…- Hyomin sintió entonces, el arrebato de proteger a la menor de su propio hermano. Se sentía responsable. La chica intentaba zafarse del poderoso agarre de su hermano mayor. Sin éxito.

 

-Tú no te metas. Vete, ahora que estoy siendo amable. Mejor aún. Nos vamos a casa, primero, Jiyeon… Esto deben saberlo nuestros padres… ¡Cómo pudiste! ¿Sabes lo enojado que estará nuestro padre? ¿El dolor que causaras a nuestra madre por tu estúpida anormalidad? Me das asco… me das vergüenza… No sé si pueda llamarte hermana… -

 

-¡Sun Young!- le llamo Jiyeon comenzando a llorar, su mirada intensa le partía el corazón a la mayor, pero no se movió. Miraba con odio a Hyo Joon, pero, se quedaba allí quieta, viendo como el chico arrastraba a Jiyeon con él. Como se empezaban a mezclar con las personas que preferían no meterse en semejante escena. Un auto se detuvo. El chico metió dentro a Jiyeon con brusquedad. La joven miró aún por la ventana trasera del vehículo, una última vez a Hyomin. Gritando su nombre con todas sus fuerzas. Hyomin vio todo eso. Y no se movió. El auto se perdió a lo lejos… y ella regresó junto a la pelirroja.

 

~~~

 

En todo el camino, su hermano no dijo una sola palabra. Apenas se alejaron un poco, sacó el móvil y se hallaba inmerso en un frenético trabajo de mandar mensajes de texto apresurados. No quería saber a quienes iban dirigidos y ni que decían. Al menos, ahora no le sujetaba del brazo como si quisiera rompérselo. Su mano se pasaba distraída por la zona dolorida, mientras miraba con la vista perdida el mar de luces y personas, que se veían por la ventanilla del auto.

¿Por qué Hyomin no había hecho nada? ¿Por qué no fue capaz si quiera de… de…? Se sentía más sola que nunca. En el momento más difícil de su vida, y estaba sin un soporte que espero tener en el pasado. Durante semanas, pensó en decirles a sus padres lo que tenía con Hyomin, sabía que ella le daría fuerzas, y aun si claramente, sería rechazada por ellos, tenía la confianza y seguridad de que ella no le dejaría sola. Allí estarían sus brazos para consolarle.

 

Pero todo eso estaba en el pasado. Ahora tendría que hacer frente a ese momento, completamente sola. Y sabía que no sería fácil. Aunque… quizás… ahora fuera incapaz de sentir algo. ¿Por qué todo tenía que ser de esa manera? Venir a enterarte que tu novia te corta sin decírtelo, y encima ya sale con alguien más… Que no sea capaz de dejarte luchar… Y encima, venía todo el asunto de Hyo Joon, que lo complicaba todo. ¿Cómo supo su hermano donde estaba? ¿La había seguido? Era claro que escuchó todo, y solo espero el momento cúspide para involucrarse. Estúpido.

 

Llegaron a casa, y ella bajo sin rechistar. Su hermano volvió a tomarle del brazo con brusquedad. Al llegar frente a la puerta, cerró los ojos y suspiró, aun pensando en la mirada de Hyomin. Su mano sujetando la de aquella mujer. Las palabras… Pero… aún le amaba. Sonrió de medio lado. Quizás fuera la última vez que lo haría.

Para cuando entraron en casa, supo que la tormenta, apenas se desataría. Lo primero que recibió fue una bofetada aún más fuerte que la que le diera Hyomin antes, por parte de su padre. Lo demás… lo demás no lo escuchó, claro que respondió algo… pero todo fue tan nebuloso…. Tan…

 

Su cuerpo y mente quedaron desgastados esa noche.

Para cuando pudo entrar a su habitación, ya pasaba la media noche.

Un cuerpo sin alma, o al menos así se sentía, se desplomo sobre la cama cubierta con sábanas de un rosa claro.

 

 

*-*-*

 

La joven de larga melena castaña, talló sus ojos sin fuerza, limpiando aquellas lágrimas, las cuales no podía evitar que brotaran, para luego deslizarse silenciosamente por sus mejillas, dejando aquellos surcos salados por estas. Cerró la maleta, y dio una mirada última a aquella habitación, respirando por última vez, el aire de aquel hogar que ya no volvería a pisar. Para sus padres, ella estaba muerta. No podían concebir, como su pequeña hija, había salido así de “anormal”. Y delante de sus propias narices. Aquella aberración, era sin duda un castigo por parte de los cielos, y ellos, simplemente, estaban tomando la supuesta mejor decisión, una que tal vez pensaban que salvaría sus almas tan mezquinas del castigo divino.

 

Cargo con aquella maleta y una mochila a la espalda; tal vez, lograra que alguien fuera por las cosas que le faltaban, pensó, mientras bajaba las escaleras cuidadosamente. La casa estaba solitaria y solo el eco de sus pasos le daba la despedida. Ella salió en silencio, comenzando a andar sin mirar atrás, y sin derramar una sola lágrima. ¿Dónde iba? Dejaría a sus piernas trazarle una ruta. Porque, la verdad era, que en ese momento, lo único que deseaba, era que algún loco la arrollara con su auto. Su aparentemente “perfecta” vida, había dado un giro total, y ahora, se quedaba sin familia, sin un hogar... y sin ella.

Sin esa mujer que era su todo, y que ahora, simplemente, era una historia de cruel desencanto.

 

-Mamá... mentiste...- susurró con voz quebrada, mirando al cielo cubierto por nubes grises con ojos anegados en lágrimas que no sabía por cuánto tiempo más podría lograr retener- dijiste que todos los cuentos de hadas, tienen siempre un final feliz... dijiste que yo era una princesa, y que tendría un bello amor cuando creciera. ¿Por qué no me dijiste, mamá, que el amor viene acompañado de una triste y dolorosa despedida?

 

 

 

 

 

Gracias por leer nwn

-también subido previamente en otro sitio-

-nuevo minyeon... al menos la idea ronda *O*

 

Comments

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dregba21
#1
<3 _ <3
Deja tú la linda historia....no tiene "un final feliz" hehe
Me enamoró el OS, ya que en efecto no tiene el típico final de telenovela que uno espera sino más bien un final que no ves venir, [particularmente me gustan más las historias así] cuando lo leí sí creí que Hyomin correria con ella o algo así, pero noo hasta a la pobre Dino me la corrieron de la casa TT__TT

Espero seguir viendo más OS de tú parte :D
TaeSeoSica
#2
Owww~ po que!! poque!!! T-T Dino~ me dio penita... mucha penita... queria llorar T-T... pero al final de cuentas me gusto xP! Espero que sigas haciendo más OS y si puedes con esta couple xP!

Te leo luego ;) bye!
ParkImNaLiz
#3
Que!!! No porque T.T porque la pequeña dino T.T que mal T.T