POV Chunji
Esa noche, al no recibir alguna llamada de Minzy me preocupé. De alguna manera nuestros corazones estaban unidos por un fuerte lazo invisible. Los chicos trataron de tranquilizarme, aunque fingí estar tranquilo, no lo estaba. Me fui a la cama con incertidumbre y temor, con la esperanza de que esta preocupación solo fuera pasajera y que desaparecería mañana cuando mi ángel regresara.
Desperté antes de lo que normalmente solía hacerlo, solo para revisar la pantalla de mi celular. La bandeja de mensajes de todas mis cuentas estaba vacía.

"Minzy, ¿dónde estás?"

Le dije a la pantalla mientras delineaba la foto que Minzy había mandado hace solo un par de días. 
La extrañaba, quizás más que eso, la necesitaba. No estaría tranquilo hasta verla, hasta sentir el calor emanado de su cuerpo, y escuchar su voz diciéndome "Te amo".

Por la tarde había conseguido concentrarme en mis ensayos, cuando recibía una llamada que me alarmó. Era el padre de Minzy que me pedía que nos encontráramos lo antes posible en su casa, aunque no revelo ningún detalle mi mente apresuro a hacer conjeturas, de las cuales ninguna me agrado, cada una era más atemorizante que la anterior.
Me despedí de todos sin revelar con exactitud la razón de mi impredecible partida. Tardé alrededor de veinte minutos en llegar a la casa del padre de Minzy, fui recibido por él mismo. Adentro se encontraba un hombre que yo desconocía. El desconocido era un agente de la policía de Nueva York. Algo dentro de mí no quería escuchar lo que el hombre tenía que decir a continuación.

-La señorita 
-Señora Lee - Inconscientemente lo corregí 
-La señora Lee - Dijo el hombre mirándome con pesadez - Viajaba con del Sr. Moore y su novia en el jet privado de la compañía - El hombre exhalo con dificultad dudando si seguir hablando o no. Paso ambas manos en su cabello y dijo algunas palabras en su idioma natal las cuales no logré entender - Siento ser yo quien tenga que darles esta noticia - Exhaló una vez más - El avión en el que viajaban se desplomó

Las palabras resonaron en mi cabeza. No estaba preparado para escuchar lo siguiente.

-Y desafortunadamente… no hay sobrevivientes...
-Eso no puede ser verdad - El padre de Minzy sujetó al hombre de las solapas de su chaqueta - Mi hija no puede... Mi hija no está muerta - Con dificultad decía esa última palabra

Aparté al padre de Minzy del agente.

-No puede estar hablando en serio, Minzy no puede estar... - No podía ni siquiera decirlo - Ella está viva, puedo sentirlo, lo sé
-Lo siento, lo siento por ambos - Lo dijo mirándome y luego miró al padre de Minzy - Hemos implementado una exhaustiva búsqueda y esta es la conclusión del forense. Realmente lo siento, les aseguro que personalmente investigaré las razones del accidente

El padre de Minzy se desplomó en un casi ensordecedor lamento. Mi pecho se desgarró y con un nudo en la garganta me acerqué a él para tomar su hombro y ofrecer consuelo. Lagrimas atascadas en mis ojos dolían por salir. También quería gritar y destruir todo a mí alrededor pero me contuve. El agente se despidió y nos dejó con este sufrimiento.

No lograba concebir esta noticia. Parecía ser una pesadilla o algo peor que eso. Mi vida sin ella no podía ni siquiera imaginarla, mi vida era ella.



|Dos años después|

Sobrellevar este dolor no era fácil, intentando aparentar una falsa felicidad cuando por dentro estaba vacío, sin alegría, sin vida, sin ella.
Estos años había sido imposible no pensar en ella, cuando todo me hacía recordarla. En cada pensamiento estaba ella. 
En toda esta obscuridad y desgracia, algo, más bien alguien, me hizo reconsiderar el significado de mi vida. Nuestra hermosa hija Sun Hee, quien era el más sagrado recuerdo que Minzy me había concedido. Había heredado esa hermosa mirada de enormes ojos cafés de su madre. Aunque aún era muy joven, sabía que Sun Hee sería igual de hermosa que Minzy. 
Después de dos años lograba sobrellevar esta pena gracias a mi hija y a la música. Nos estaba yendo bastante bien, teníamos mucho trabajo, y yo solo me concentraba en ello, y claro, mi hija quien se encontraba al cuidado de mi madre.
Estaba a un año de terminar la universidad. Ocasionalmente asistía a mis clases. Hoy era uno de eso días, cuando me sentía de ánimo para ir a la escuela. Caminaba sin darle interés a lo que sucedía a mí alrededor pero una discusión cercana fue lo que llamó mi atención. Eran un par de personas las que discutían a mitad de un alejado pasillo vacío.

-¿Acaso no lo entiendes? Me mude hasta aquí porque no quiero estar contigo, ¡no quiero verte jamás!

La chica solo miraba el rostro del chico como si esperase que éste cambiara de opinión.

-No me gustas, nunca me gustaste. Solo estaba contigo por lastima

Que cretino. Dije para mis adentros. 

-Joon, si tan solo... - La chica intento acercarse a él

El chico la empujo haciendo que ella cayera débilmente al suelo.

-No pronuncies ni siquiera mi nombre, desaparece de mi vida

Sabía que no debía entrometerme pero no podía soportar ver como ese idiota maltrataba a una chica. Caminé solo algunos pasos para ponerme entre ellos. Ofrecí mi mano para ayudarla a ponerse de pie. Aunque ella trato de ocultarlas, algunas lágrimas habían bajado a través de sus mejillas. Ella se puso de pie sin mi ayuda. De alguna manera esta escena me hacía recordar a Minzy. La razón de su viaje a Corea se debía al rompimiento con su novio, con el cual estaba agradecido, ya que de otra forma jamás habría podido conocerla, y jamás habría experimentado la felicidad que solo te concede el amor verdadero.

-¿Quién diablos eres? - El tipo tenía el descaro de halar mi hombro
-No querrás saberlo - Dije al voltear ligeramente la cabeza para encontrarme frente a él
-Tienes razón, ni siquiera estoy interesado en saber tu estúpido nombre

Me contuve para no contestar de mala manera. Evite su mirada y miré hacia la chica que ya se encontraba junto a mí.

-Ambos pueden perderse - Fue lo último que dijo antes de darnos una mirada de desprecio
-Joon... - La chica apenas pudo articular e intento ir detrás de él
-¿Por qué dejas que te humille de esa manera? - Expresé mi opinión sin pensarlo

Tardó algunos segundos en contestar.

-Porque lo amo... - Dijo muy segura de sí con la voz entrecortada

¿Amor? 
Entendía que por amor podrías hacer cualquier cosa, pero cuando la otra persona no ama con la misma intensidad, no hay manera de continuar con ello. Resignarse y aceptarlo con dignidad es la única opción. Por Minzy yo hubiera hecho hasta lo imposible, porque sabía que ella me amaba tanto como yo la amaba a ella, todo hubiera valido la pena, por ella, por nosotros, por nuestro amor.
Estaba hundido de nuevo en mis recuerdos que no me daba cuenta de que la chica ya se había ido. 

Camine hacia la dirección en la que originalmente me dirigía, pero seguía hundido en mis recuerdos. Habían pasado dos años desde que ella ya no estaba conmigo pero parecía como si ella hubiese sido ayer cuando la acompañaba al aeropuerto hacia ese maldito viaje en que la perdía para siempre.

POV Angel
Mi vida estaba colmada de tragedias y desgracias. Perdía a mis padres en un aparatoso accidente de auto, del que desafortunadamente yo era la única sobreviviente. Siempre me había culpado por la muerte de mis padres, había odiado mi existencia y solo deseaba morir. A pesar de mi corta edad de seis años lograba entender mi situación, al no tener más familia fui acogida por un orfanato. Ese lugar y etapa eran cosas que deseaba olvidar.

Me despertaba empapada en sudor frio, aquella había sido solo otras de mis pesadillas recurrentes, en las que estaban mis padres, recordaba a la perfección el rostro de mi madre y las lágrimas sobre sus ojos al dirigirme sus últimas palabras. Rocié un poco de agua en mi rostro para desaparecer las lágrimas que se habían formado en mis mejillas pero la expresión en mi rostro delataban mi sufrimiento.

"El desayuno está listo"

Decía mi madre al tocar la puerta de mi habitación. Casi un año después de mi llegada al orfanato había sido adoptada por una pareja bicultural. La esposa era de origen coreano, mientras que el esposo era japonés. Al principio había sido difícil adaptarme, y acostumbrarme a ellos. Comencé a aceptarlos como mis padres después de más de un año de convivencia. Me sentía afortunada de al menos tener un poco de felicidad en mi desafortunada vida, ellos me ayudaron a superar el resentimiento y desprecio que sentía por mí misma.
Ya que mis padres procedían de países diferentes, tenía la oportunidad de aprender sobre ambas culturas. Hablaba con fluidez ambos idiomas pues había vivido en los dos países. Mi madre era una exitosa escritora, siempre tenía tiempo para hablar y estar conmigo. Mi padre era productor de cine y aunque en algunas ocasiones no podía verlo, era amoroso y amable. Vivíamos en un exclusivo vecindario de California, nos habíamos mudado temporalmente a América debido al trabajo de papá y la promoción del nuevo libro de mi madre.
Ese año cumplía dieciocho y mis amigas organizaban una fiesta en un club. Aunque yo no estaba de acuerdo al final no pude evitarlo. A mitad de la noche era cuando mis ojos se encontraban con los de él. Era radiante y parecía vislumbrar con su sola presencia. Mis amigas se daban cuenta de mi poco disimulo al mirarlo y al final de la noche conseguía su nombre, número e incluso una cita con el flamante chico.

Su nombre era Joon, Joon Kwang. Era coreano y estudiaba la universidad, vivía con su madre en USA y soñaba con regresar a Corea para convertirse en cantante.
Nunca me había detenido a pensar cual era mi sueño en la vida. Siempre había tenido miedo de perder lo que más amaba, tal y como sucedía con mis padres.

Después de conocer a Joon, decidía que mi sueño era estar a su lado y ayudarlo a cumplir su sueño. Tres meses después de habernos conocido en la fiesta comenzamos a salir. Todo fue miel sobre hojuelas durante dos años, hasta que me sorprendía con la noticia que regresaría a Corea para cumplir su sueño. No pude y no quise detenerlo, así que deje que se fuera. Yo no podía viajar con él, pues estaba a la mitad del semestre en la universidad, además de que mis padres se oponían por primera vez a una petición mía.

Mantuve constante contacto con Joon durante un par de meses, mientras buscaba una manera de reunirme nuevamente con él. Mi solución fue tomar la beca de movilidad que tenía mi escuela con una universidad coreana, estudie mucho los siguientes meses para conseguir el examen de aprobación. Lo que implicó un breve distanciamiento con mi novio. Aun no le revelaba nada sobre mis planes de mudarme a Corea el próximo semestre, tenía la ilusión de sorprenderlo. Cuando anunciaba la noticia a mis padres se negaron, pero al final cedieron. Como parte de sus condiciones para dejarme ir, ellos escogían el lugar en donde viviría, ya que ellos no podrían mudarse tan repentinamente debido a sus empleos. Me alojaría en la casa de una amiga de la infancia de mi madre.

Mi viaje estaba programado para después de las festividades de año nuevo. Así, después de las fiestas emprendí el viaje en busca de mi sueño.

Encontrar la casa de la amiga de mamá fue fácil, estaba ubicada en un colorido barrio, bastante agradable y tranquilo para mi gusto. Cuando llegue a la casa la mujer me dio una calurosa bienvenida, como si fuese un integrante más de su familia. Agradecí el gesto y entre a la casa cuando ella me lo ofreció. Tenía un hermoso interior decorado cuidadosamente que todo armonizaba a la perfección. Por lo que me contaba la Sra. Lee, en la casa solo Vivían ella y su marido, sus hijos habían crecido y hecho su propio camino.

-Pensé que solo tenía dos hijos ¿Quién es ella? - Pregunté al ver la foto de una niña pequeña en la mesita junto al sillón en el que me encontraba sentada
-Es mi nieta
-¿Su nieta? - Había sorpresa en mi tono

Enseguida llegó el esposo, el Sr. Lee con la nieta de ambos. Una pequeña niña de alrededor de dos años de edad. Con impresionantes ojos cafés que captaron mi atención. El hombre se acercó junto a la chiquilla y me saludó amablemente ofreciéndome una calurosa bienvenida.

Después de una larga charla con ellos me dispuse a desempacar, el día se había obscurecido dando paso a una fría noche del aun inverno en Corea. Tardé en acostumbrarme al horario, después de elegir cuidadosamente mi atuendo para mañana pude ir a la cama. No podía dormir de la emoción, me imaginaba una y otra vez la expresión de Joon al verme aquí. Después de dar vueltas en la cama por fin lograba conciliar el sueño hasta la mañana siguiente. Tardé más de lo normal en arreglarme y después de un agradable desayuno con los Lee salí de casa hacia la universidad Hanyang, en donde estudiaría el resto de la licenciatura en Literatura, y claro, donde mi adorado Joon estudiaba.

Fueron alrededor de treinta minutos de viaje, que para mí espera fue una eternidad. Tarde un rato en encontrarlo pero al verlo mis ojos brillaron, me sentí abrumada con tan solo mirarlo. Había pasado poco más de un año desde la última vez que lo veía, era aún más alto y guapo de lo que podía recordar. No logré contener mi emoción y corrí hacia él abalanzándome sobre su cuerpo.
Al principio no hubo reacción de su parte, un par de latidos después sus manos se posaron sobre mis hombros, no para abrazarme, sino para apartarme de él. Miré impasible su rostro. Temor y angustia fueron sentimientos que invadieron mi cuerpo, eliminando poco a poco mi felicidad. La sonrisa se fue borrando de mi rostro ante la expresión que había en la de él.

-¿Qué haces aquí? - No era la pregunta que esperaba de su parte
-¿Y-Yo…? He venido a verte - No tuve el valor de revelarle que me había mudado indefinidamente a este país por él

-Conseguí una beca - Dije con timidez - Vine hasta aquí para estar contigo… 
-¿Acaso no lo entiendes? Me mude hasta aquí porque no quiero estar contigo, ¡no quiero verte jamás! - Eran palabras que me fueron difíciles de escuchar, y peor aún, de entender

Me quedé mirando su rostro mientras sentía mis ojos aguarse. El estómago se me caía el suelo y mi corazón parecía ser apuñalado millones de veces con afiladas dagas. 

-Joon… si tan solo… -Quise acercarme a él, pero lo único que recibí fue su rechazo

Mis piernas perdieron toda su energía y caí al suelo como si fuera un arrugado papel inservible. Mis ojos no pudieron aguantar más y mis lágrimas cayeron libremente a través de mis mejillas. Sentí la presencia de alguien entre nosotros, miré a un lado para confirmarlo. Era cierto, un chico estaba ofreciéndome su mano para ayudarme a ponerme de pie. Deseaba desaparecer en ese momento. Mis oídos se ensordecieron, solo podía escuchar las palabras de Joon una y otra vez en mi cabeza “No me gustas, nunca me gustaste. Solo estaba contigo por lastima… lastima”. Me levanté del suelo e intente ir detrás de Joon pero las palabras del desconocido hicieron detenerme.

-Porque lo amo

Era un respuesta estúpida, pero cierta. Deseaba que no fuera así pero no podía evitarlo.

Hui del lugar de regreso a la casa de los Lee, afortunadamente no me encontré con ninguno de los dos a mi llegada. No me apetecía hablar sobre mi sufrimiento en esos momentos. Entré a la habitación que me habían proporcionado y comencé a llorar.

Dos semanas después de aquel día. Guardé mis lágrimas, deseaba estar de regreso en casa, con mi familia, pero eso no podía ser. Tenía que cubrir mi año de intercambio en este país. No tenía amigas, y aunque había querido, no me sentía cómoda hablando sobre mi corazón destrozada con la Sra. Lee, o con el Sr. Lee. Guardé todo este sufrimiento para mí, llorando sola por las noches y fingiendo estar bien en el día. Así fue mi vida por varios días.

Estaba agotada después de estudiar toda la noche, pero estaba satisfecha. Parte de mi aseguraba más de la mitad del examen. Regresé a casa temprano, ya que esta tarde la Sra. Lee asaría un poco de carne en el jardín trasero. Llegué justo a tiempo para ayudarle a cocinar la carne. Miraba entretenidamente la humeante carne en el asador cuando una voz proveniente de la casa.

-¡Chan Hee! - Escuché a la Sra. Lee gritar con emoción

Tuve que voltearme para ver lo que sucedía.
La Sra. Lee abrazaba efusivamente a un chico alto, no podía ver con claridad su rostro.

-Ven, ven… Come algo… Estamos preparando tu comida favorita

Enseguida mi mirada se cruzó con su rostro, recordaba haberlo visto en algún lugar. Casi de inmediato pude recordarlo, era él el que había presentado aquella dolorosa escena. Sus ojos me miraron con curiosidad y enseguida se fijaron en la carne que se cocinaba detrás de mí.

-Había olvidado comentártelo - La Sra. Lee se refirió al chico - Ella es Angel, se mudó aquí hace unos días… Su madre y yo fuimos buenas amigas durante la infancia

-Él es mi hijo menor - Se refirió a mí la mujer - Chan Hee, es el padre de Sun Hee

Mis ojos se abrieron por completo ante la revelación. Nunca me había atrevido a preguntar quién eran los padres de Sun Hee y por qué ellos no estaban al cuidado de la pequeña.

Con el tiempo me fui dando enterando de muchas cosas. La madre de Sun Hee había sido una mujer extranjera, Chan Hee o Chunji, como era llamado en el ambiente artístico, nunca me hubiese imaginado que el hijo de la Sra. Lee era integrante de una famosa agrupación coreana. La chica había muerto hace un par de años en un desastroso accidente aéreo y aunque Chunji no lo dijera, era obvio que la seguía amando y extrañando.

Al principio, mi relación con él fue de lo más formal. No compartíamos más de un simple “Hola” al vernos. Con el paso del tiempo fuimos acercándonos ya que en ocasiones era yo quien cuidaba de la pequeña Sun Hee. Tuve la confianza para platicarle sobre lo que había sucedido aquel día y él compartía detalles sobre su vida. Era agradable para ambos tener alguien con quien hablar abiertamente, escuchar y ser escuchado era inmensamente satisfactorio.

No quería darme cuenta, ni siquiera podía imaginarlo, pero cada vez necesitaba más de él. Pasar más tiempo a su lado. No estaba en mis planes verme envuelta en otra dolorosa relación, pero cuando estaba con él no podía evitarlo, su calidez y ternura me daban alguna esperanza.

Mi año escolar aquí estaba a unos meses de terminar, no quería irme sin al menos decirle lo que sentía.


POV Chunji
La inquilina de mi madre, Angel, además de un bonito nombre, era una chica agradable. Era satisfactorio y reconfortante hablar con ella, se había convertido en una gran amiga para mí. 

Habíamos terminado de promocionar el álbum, así que esa tarde el manager hyung nos convocaba a una breve reunión en donde se discutiría el concepto del próximo álbum. En esta ocasión habían contratado a una empresa americana que nos apoyaría con el nuevo concepto.

Me había distraído enviando mensajes a Angel para saber cómo estaba Sun Hee, anoche mi pequeña había cogido un resfriado.

[Angel]
No te preocupes, ella está mejor. La fiebre bajó y al menos quiso comer algo esta mañana.
Déjamelo a mí.

Sonreí un poco intranquilo hacia la pantalla de mi celular. Caminé hacia la entrada para ir a la sala de juntas en donde se llevaría a cabo la reunión. Estaba a algunos metros de la puerta cuando escuché una voz que me estremeció. Miré a mí alrededor para ver de dónde provenía. A escasos metros había una mujer de largo cabello rubio, estaba arrodillada recogiendo los papeles que se encontraban regados en el suelo. Por cortesía recogí los que estaban a mi alcancé y estiré mi brazo para ella. Llevaba una falda azul marino que le llegaba por encima de las rodillas, su atuendo lucía bastante formal pero al mismo tiempo era coqueto. Lentamente mi mirada subió hasta su rostro.
Sentí que el alma se me separaba del cuerpo y mi corazón dejó de latir por breves instantes. Sus ojos, sus labios, su mirada. Todo en ella me desconcertó. Un escalofrió recorrió mi columna vertebral. 

“Ella no puede ser real”

Me dije a mi mismo. No puede haber alguien tan similar a ella. Ella no puede ser real. Ella no es Minzy.

“Esto no está sucediendo. La historia no puede estarse repitiendo de nuevo…”

Me negué a mirar otra vez esos ojos que me miraban con tanta inocencia y ternura.