Este es el primer Fic que me atrevo a escribir y publicar. Va con mucho amor y cariño para mi fuente de inspiración, ella la única que me da fuerzas y ánimos para seguir creciendo como persona, porque me motivó a escribir y probar suerte con esta historia. Simplemente, a ella.

Creo que aquí va eso escrito de que los personajes no me pertenecen y es ficción y blablabla. Esta historia esta contada principalmente desde la perspectiva de Dara.

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No sé cómo comenzar esta historia para que no suene tan repetida ni aburrida como carta de presentación. Soy hija de un matrimonio convencional y conservador, tengo un hermano menor muy guapo, talentoso y popular y a pesar de ya ser adulta mis padres opinan del nacimiento del internet que fue el nacimiento del anticristo, el mismo demonio que posee una secta y círculo tan gigante que es capaz de unir a las personas solo para alejarlas de todo tipo de contacto físico y social. Mi nombre es Sandara Park y esta historia quizás les parezca un poco familiar.

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Bajé del avión, la humedad en esa época del año era increíblemente densa, no pensé que fuera así, sentí la presión en mi pecho, en mis piernas y sudaba como estar en una sala sauna. Estaba nerviosa, ansiosa, sedienta, desesperada. Era una ciudad enorme, millones de personas, millones de bienvenidas y millones de despedidas en un solo lugar. Dejé la maleta a mi lado derecho y comencé a buscar al famoso GD, amigo de Chaerin quien me encontraría en el aeropuerto… Lo divisé y realmente no era como esperaba. No diré más nada sobre él, al menos por ahora. El camino se hizo largo y tedioso, Gd no hablaba nada de inglés y mi coreano era fatal, así que las pocas palabras que cruzamos solo fueron para saludarnos e indicarme por donde ir o solo que le siguiera. Me dejó en el hotel y fue donde Chaerin para informarle que yo ya estaba aquí. Lo mismo hice cuando conecté mi celular al WiFi:

--“Estoy aquí”

--“Descansa un poco, salgo del trabajo y paso por ti al hotel”.

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Recuerdo perfectamente el día en el que nos conocimos en persona. Bajé por las escaleras del hotel porque sabía que estaría justo en frente cuando se abrieran las puertas del elevador así que las escaleras fueron el escape perfecto para poder mirar de reojo su figura antes de aparecerme frente a ella.

Muchos pensamientos se vinieron a mi mente mientras bajaba. Típico: “¿y si no le gusto?” , “¿y si me no congeniamos?”, “¿y si le parezco tonta?”... millones de preguntas invadieron mi cabeza pero no podía abortar misión, había viajado kilómetros, no podía escapar ahora. Creo que fueron los minutos más tensos en mi vida. Estaba tan nerviosa que sentía que todos los átomos de mi cuerpo explotarían sin darme cuenta y desaparecería antes de mirarla por vez primera a los ojos.

Bajé con sigilo los últimos escalones y asome la cabeza en un acto infantil para divisar a lo lejos su figura. Ahí estaba de pie junto al escritorio de recepción del hotel. Una sonrisa nerviosa se dibujó en su rostro y yo como idiota tímida solo le miré y sonreí de la misma forma. Ese día supe que nunca más podría mirar a otra persona de la forma que la miraba a ella. Los primeros minutos fueron tensos, nos mirábamos, sonreíamos, desviábamos la mirada, juro que sentí que volvía a tener 15 años. Llegamos a un restaurante, ella me aconsejó comer una especie de mini pizza con carne y limón y ella pidió un Frapé. No podía comer, (a pesar del hambre que tenía luego del vuelo), de lo nerviosa que me sentía, percibí la misma sensación y tensión en ella. Terminamos de comer y como buena o un poco trabada primera cita, nos dirigimos al cine, no hablamos mucho durante el trayecto, solo algunas cosas vagas sin sentido producto del primer encuentro, miradas nerviosas y yo más que desesperada porque todo me parecía increíblemente nuevo. (Nací en Corea pero a los dos años mis padres se mudaron a Inglaterra y ahora con 29 años estoy de regreso).

El idioma me complicaba un poco, porque si bien mis padres son coreanos y lo aprendí, por muchos años dejé de hablarlo, me es familiar más no precisamente mi fuerte… Ella compró los ingresos del cine, y hasta el día de hoy no recuerdo que película vimos, nada picante… es solo que estaba tan nerviosa que no recuerdo nada solo… Unas dulces palabras en mi oído: – Bésame. Me quedé paralizada, miré directo a sus ojos entre la oscuridad de la sala y la besé tan suavemente que creí no haberlo hecho. Ella, tomó mi rostro y lo atrajo hacia sí, nos volvimos a besar, esta vez sin miedo, esos segundos fueron eternos, fue como estar en el cielo, volando, fluctuando… recuerdan ese capítulo de Los Simpsons cuando Homero y Marge se besan por primera vez y suena de fondo The Turtles? Es la misma sensación. Fue increíble. Si ya no estaba poniendo atención a la película, después de besarnos, menos… Nos tomamos las manos, miramos sin mirar supongo lo que restaba de película y nos besamos una y otra vez.

Al salir, nos dirigimos al hotel donde me hospedaba por unos días, para estar más tranquilas, calmas y claro, más relajadas ya después de nuestro primer encuentro. 

¿Qué ocurrirá a partir de ahora en adelante? ...