Yongsun y Moonbyul se encaminaban por la carretera hacia el complejo vacacional en Yeosu, dejando a las menores con el departamento para ellas solas.

En su habitación, Hwasa se sentía agotada después de que las anteriores semanas estuvieran llenas de eventos y actividades que copaban sus horarios, asique ahora que sus ruidosas compañeras mayores habían dejado el lugar, por fin podría descansar con tranquilidad. Recostada en su cama se preparaba para dormir, cuando Wheein salió por la puerta del baño con su pijama puesto y el cabello algo húmedo.

Wheein se sentía algo inquieta y ansiosa, después de mucho tiempo estaban a solas y con la casa en calma, lo que más deseaba era compartir estos escasos momentos de privacidad con su novia. Sentándose en la cama al lado de Hwasa, quien estaba volteada hacia el muro de la habitación, intentaba llamar su atención y lograr que volteara a verla.

Wheein: Ahn Hye Jin… -Incitaba deslizando la punta de su dedo índice sobre el hombro desnudo de la menor. –

Pasaban los segundos y la menor no contestaba, porque claramente estaba intentando ignorar a su compañera de habitación.

Wheein: Hye Jin ah~

Hwasa: ¿Qué? – Respondía con tono de hastío y sin voltear a mirar a Wheein. –

Wheein: ¿Tienes algún plan para esta noche?

Hwasa: Si.

Emocionada por la respuesta afirmativa de la menor, Wheein compuso una gran sonrisa.

Wheein: ¿Y qué es?

Hwasa: Dormir, por lo menos hasta las 10 del día de mañana.

Wheein: ¿Es una broma? ¿Verdad?

Hwasa al escuchar el seco tono de la pregunta de Wheein volteó para encontrarse con la mueca de disgusto en el rostro de su novia, al mirarla noto que la ropa de noche que vestía se le pegaba un poco al cuerpo, ya que su piel no estaba totalmente seca.

Hwasa: Estoy exhausta. –Se quejaba con una ligera impotencia en su voz. –

Wheein: ¿Y puedo dormir contigo?

Hwasa: No, vete a tu cama, si entras aquí sé que en cinco minutos estaré sobre ti y en serio quiero descansar.

Wheein: Okay, después no vengas a mí a pedirme nada.

Fastidiada la chica del hoyuelo en su mejilla se sentó sobre su cama con los brazos cruzados llenos de frustración. La menor enternecida por la reacción de su compañera termino de voltearse para poder mirarla desde su almohada.

Hwasa: ¿Ya te molestaste?

Wheein: No.

Hwasa: Te vez aun más linda cuando eres caprichosa.

Wheein: No soy caprichosa.

Hwasa: Aah… entonces… ¿No se le llama así a una chica que se enoja cuando no obtiene lo que quiere?

Wheein: Sigue así e iré a dormir a la habitación de al lado.

Hwasa: Tss…

Hye Jin al escuchar la amenaza de Wheein, miró hacia a un lado riendo; ya estaba acostumbrada a ese tipo de escenas, no eran muy duraderas y la hacían divertirse mucho.

Hwasa: Siempre que empiezas una discusión conmigo sales huyendo.

Wheein: Eso no es así.

Hwasa: Ha sido así desde el principio. –Dijo clavando su mirada en los ojos de su novia. -

Wheein: Nunca vas a olvidar eso ¿No es cierto?

Hwasa: ¿Por qué olvidarlo? Es parte de nosotras. –Aseveró sonriendo. –

En retrospectiva Hwasa traía el tema de la forma en que habían comenzado a salir, y su comienzo como pareja había sido bastante difícil.

El primer beso había sido un beso robado que Hye Jin había arrebatado a Wheein en una noche luego de estudiar en su casa. Luego de ese beso pasaron días en que Wheein se esforzó por evitar a su mejor amiga, era algo difícil porque solían pasar la jornada completa juntas en el colegio, estudiando, comiendo jugando entre ellas y con otras compañeras, y alejarse de ella de un día para otro era algo que sin duda afectaba su día. Sin embargo, se sentía tan confundida después de ese beso, y tan angustiada, llena de dudas e incertidumbre sobre sí misma y sobre lo que sentía, que simplemente no podía manejarlo, por lo que tomó la decisión de distanciarse para poder encontrar respuestas al caos que sentía en su interior.

Los días que estuvo sin Hye Jin fueron como si un fantasma hubiera tomado su cuerpo, se encontraba sin energías y al llegar a su casa desde el colegio (más temprano de lo usual) hasta su madre le preguntaba preocupada si había enfermado por lo ensombrecido de su rostro y su baja energía. Se movía casi por inercia, los únicos momentos que agitaban a su corazón, eran los que sentía la voz de Hye Jin por los pasillos entre aulas y se veía obligada por si misma a esconderse para no verle.

No se sentía preparada para encontrase con ella otra vez, ni tampoco para volver a hablarle, ella la llamaba todas las noches, e ignoraba el timbre de su teléfono hasta que dejaba de sonar. Después de esto tomaba el celular y al abrirlo leía un mensaje que decía “Buenas noches.”

Esa noche se dio cuenta de que esto se hacía cada vez más difícil y no encontraba una forma de alejarle de sus pensamientos, porque no era solo una buena amiga y compañera, ella estaba prácticamente el día completo a su lado, estudiaban juntas, salían a comer a fuera, iban al karaoke, hablaban de sus sueños, practicaban el baile y el canto juntas, y cada vez que Wheein pensaba en su futuro y en hacer realidad sus sueños, no lo hacía sino pensando en realizarlos con ella.

Aquel día había acordado reunirse con una compañera que necesitaba ayuda para estudiar algunos contenidos, sin pensarlo mucho aceptó, cualquier cosa que ocupara su cabeza en ese momento era útil.

Reunidas en un aula cercana a la sala de música que se encontraba en desuso, Wheein se reunió con su compañera a enseñar lo que estaba dentro de sus posibilidades. La chica era una alumna bastante especial. Lee Do Hye era la presidenta de la clase del curso alterno al de ella, la cual creía de sí misma que era superior al resto solo por ser un poco más respetada y tener la confianza de varios profesores. Llegó un momento en que dejando los cuadernos de lado para descansar ella comenzó a generar conversación.

Do Hye: Wheein-ah ¿Estas saliendo con alguien?

Wheein: ¿Qué?

Do Hye: Te estoy preguntando si tienes novio.

Wheein: No, no sé si estoy interesada en eso ahora.

Do Hye: ¿Por qué no?

Wheein: No estoy segura de querer una relación en este momento, tengo otros intereses.

Do Hye: ¿La música por ejemplo?

Wheein: Si…

Do Hye: Te escuchado cantar por los pasillos. Creo que lo haces bien, pero ¿En serio crees que te tomarían atención en una de esas audiciones en donde van cientos de personas a probar suerte?

Wheein: Creo que si lucho por eso, podría lograrlo.

En ese momento Hye Jin iba hacia la sala de música a practicar, cuando al llegar a la esquina del pasillo vio a Wheein por la ventana del aula, y antes de que le vieran se posicionó contra la puerta del salón.

Do Hye: Bueno, como quieras, es tu tiempo. A todo esto ¿Tienes tiempo mañana?

Wheein: Si, ¿Por qué? ¿Necesitas otra clase?

Do Hye: No, pero tengo un amigo que te vio a la salida del colegio y cree que eres bonita. Me pidió que le consiguiera una cita, es el hijo de un gerente de hotel.

Wheein: No lo sé…

Do Hye: Vamos, anímate, si quieres piénsalo como un favor para mi, si no consigo que digas que “sí”, él no me dejará en paz.

Wheein: Esta bien.

Do Hye: ¡Sí! Tranquila no te arrepentirás, es guapo, tiene dinero y no es tan idiota una vez que lo conoces. Lo llamaré para que te vea mañana después de clases en el restaurant de su hotel.

Wheein sonrió por cortesía mientras que Hye Jin fuera de la sala, al haber escuchado todo era embargada por la ira y los celos, rápidamente siguió su camino hacia el salón de música. Do Hye al verla pasar por fuera de la ventana la miró siguiéndola con los ojos, Wheein siguió la mirada de su compañera y logro ver la espalda de su mejor amiga avanzado por el pasillo justo antes de que su figura se perdiera.

Por un momento se lleno de angustia al pensar que ella pudiese escuchar su conversación y de ser así ¿Cuánto habría escuchado? Dando una mirada despectiva Do Hye interrumpió las preocupaciones de Wheein.

Do Hye: He notado que en los últimos días no has estado junto a esa chica.

Wheein: hmm…

Do Hye: Me parece bien, esa chica es un poco impertinente… y un poco vulgar.

Wheein: No hables así de ella, ni frente a mí, ni a mis espaldas, no la conoces. No porque no esté con ella significa que no sea una persona importante para mí, y si vuelvo a escuchar que dices algo así de ella, jamás volveré a ayudarte en nada.

Do Hye: Wow, no pensé que te afectara tanto.

Wheein: Lo hace, y ella es una persona autentica, divertida, valiente y genuina, si te dieras el tiempo de conocer a la gente antes de juzgarla quizás lo sabrías.

Do Hye: Okay, Okay… Lo siento.

Wheein: Bueno, creo que ha sido suficiente por hoy. –Dijo tomando sus cosas. –

Do Hye: Pero no es necesario que te vayas, no volveré a tocar el tema.

Wheein: No es por eso, ya estoy un poco cansada, solo quiero ir a casa.

Do Hye: Esta bien. Pero, ¿Irás a la cita mañana?

Wheein: ¿Ya dije que sí o no?

Do Hye: Excelente.

Luego de quedarse dormida llorando por los pensamientos que la atormentaban y al darse cuenta de lo mucho que extrañaba a Hye Jin un nuevo día llegó. Al sonar las ultimas campanas de la jornada sabía debía cumplir su compromiso y asistir a la cite que había concertado su compañera, por lo que sin muchas ganas camino hasta el paradero de buses para llegar al hotel.

Sin darse cuenta Hye Jin la había seguido hasta la parada del auto bus y a penas la vio subir, le siguió en un taxi, sabía que el hotel no quedaba tan cerca del colegio, pero que debía sacrificar la mesada de ese mes en la tarifa del taxi para poder llegar.

El chico esperaba a Wheein en la entrada del hotel, era alto te cabello castaño, tenía una linda sonrisa que hacia entrecerrar sus ojos, parecía muy cortés, agradable y correcto. El la invitó a entrar con amabilidad y le presentó al botones del hotel que era su amigo para luego pasar de la recepción y llevarla hasta una mesa en el restaurante del hotel.

Él le dijo que se veía muy linda en uniforme, y que lo disculpara si le hizo pensar que era un atrevimiento pedir una cita por medio de su amiga, pero que era algo tímido para acercarse directamente. Wheein tímidamente se sentó a la mesa, le sonrió diciéndole que aquello no era importante y agradeciéndole por su cumplido. Hye Jin desde un pasillo los observaba en una distancia prudente, viendo como la chica de la que estaba enamorada le sonreía a un chico guapo en una cita, se sentía frustrada e impotente por que no podía hacer nada por mucho que tuviera ganas de ir hasta la mesa, tomarla de la mano y llevársela lejos de ahí.

No pasó mucho tiempo antes de que Wheein se empezara a sentir incomoda, el estar ahí no era consecuente con lo que sentía, y se sentía mal por no ser honesta con un chico que parecía ser una buena persona. Se levanto con delicadeza de su mesa y pidió disculpas diciendo que necesitaba ir al baño, su cita le dijo que no había problema, dándole indicaciones para llegar el baño que se encontraba un par de pisos más arriba.

Hye Jin cerca de los ascensores se alertó al notar que Wheein se dirigía directamente al pasillo donde estaba oculta. Caminando hasta el final del pasillo vio a su compañera subir al ascensor y rápidamente lo abordó justo antes de que la puerta se cerrara. Wheein abrió sus ojos en toda su extensión sorprendida por la presencia de Hye Jin en ese lugar.

Hwasa: ¿Cómo va tu cita?

Wheein: No es lo que crees.

Apoyando ambas manos en la pared del ascensor, Hye Jin acorraló a Wheein quedando a centímetros de ella.

Hwasa: Dime que me vaya. Dime que no quieres verme. Por favor pídeme que me vaya.

Los pupilas de la mayor se estremecían con la roca voz de su amiga, tomando un poco de aire y sin pensarlo un segundo a esa escaza distancia cortó la confrontación de Hye Jin irrumpiendo en sus labios con su boca, regalándole un tierno beso que de alguna forma le expresaba lo mucho que la había necesitado. Al separarse Wheein mostraba una expresión de desorientación.

Wheein: ¿Que voy a hacer?

Hwasa: Pues, irte conmigo.

Wheein: No puedo hacer eso.

Hwasa: ¿Y qué te detiene?

Wheein: Siento que si me voy ahora contigo, no podré dar pie atrás nunca más en esto.

Hwasa: Entonces no lo hagas. –Respondió abrazándole. –

Las puertas del ascensor se abrieron de golpe y hospedados del hotel quedaron mirando la escena y preguntaron a las estudiantes si bajarían. La mayor reaccionó rápidamente y sujetando a la menor de su chaqueta la arrastró afuera del elevador.

Wheein sintió la necesidad de excusarse con el joven y luego retirarse del hotel, pero en esta ocasión junto a la persona que daba sentido a sus días y noches, una vez fuera del hotel sujetó la mano de su amiga y le acompañó hasta su casa.

En el camino a casa, Hye Jin preguntó a Wheein “¿Qué harías si yo muriera?” con un tono de seriedad que angustio la mayor inmersa en esa fantasía hipotética, a lo que terminó respondiendo, “¿Cómo podría vivir sin ti?”.

Desde entonces Wheein había creado el mal hábito de tomar distancia cada vez que tenía un desencuentro con Hye Jin, y la menor no perdía oportunidad para señalárselo.

Lo que actualmente había provocado su discusión pasó a un segundo plano cuando Hye Jin sonrió desde su cama e hiso una proposición a su novia.

Hwasa: Si prometes no tentarme y comportarte como una niña buena dejándome descansar, no solo te dejaré dormir aquí, sino que además prometo llevarte a patinar en hielo mañana.

Los ojos de la mayor brillaron ante la proposición de su novia.

Wheein: ¿Lo dices en serio?

Hwasa: Claro que sí.

Wheein: Okay, tenemos un trato.

Hwasa: Muy bien, ahora ven acá. –Invitó abriendo las sabanas de su cama. –

La mayor saltó como un cachorro a la cama de su novia abrazándole bajo las sabanas.

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