Escuché el sonido de una notificación y tomé el celular. Abrí el WhatsApp y mi corazón dio un vuelco.

[Tae – 5:00 P.M]: Hey

Sonreí inmediatamente al ver de quien se trataba.  Rápidamente tecleé una respuesta, tan casual como había sido el saludo.

 [Tiffany – 5:02 P.M]: Hey

Vi que escribía y me salí del chat para que no creyera que esperaba con ansias lo que tenía para decir. Reabrí la conversación dos minutos después.

[Tae – 5:04 P.M]: Oye, mándame el libro de armonía al email.

Mi sonrisa se desvaneció y me embargó la decepción como sucedía la mayoría de las veces. Típico de ella. Ni si quiera un “Hola ¿cómo estás?” o un “Por favor”.

[Tiffany – 5:07 P.M]: Ok

Frustrada tiré el celular en la cama, cogí mi guitarra y proseguí con lo que estaba haciendo antes de que ella hubiese mandado el mensaje.