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-Irene, ya tenemos que irnos al aeropuerto ¿Estas lista?- 

Taeyeon entró a la habitación de hotel de su hija y su novia y casi el corazón se le sale por la ventana. Cerró la puerta y colocó el seguro, si Tiffany entraba iba a armarse Troya.

-Joohyun...- Susurró palmeando su hombro. -¡Joohyun!- 

La chica mencionada dio un vuelco en su cama -¿Qué ocurre eomma?- Dijo adormilada.

Taeyeon la miró con los ojos entrecerrados y entonces Irene se dio cuenta.

Cubrió la sábana hasta su pecho y evitó la mirada de su madre.

-Mira este desastre Joohyun- Taeyeon señaló la ropa esparcida por el suelo de la habitacion -¿Donde está Sooyoung?- Dijo con molestia.

-En la ducha me supongo...- Contestó en un susurro apenas audible con sus mejillas sonrojadas -Buenos dias- Sonrió nerviosa pero Taeyeon seguía con una mirada fría y fija.

-Debes arreglar todo esto, ya casi nos vamos al aeropuerto, así que dile a tu novia que se de prisa- Dijo con un poco de molestia -Nos vamos en media hora- Abrió la puerta de nuevo y salió.

Irene suspiro mientras observaba la ropa por la habitacion, Joy había insistido en no tener nada de nada durante la noche anterior justamente por lo mismo, Taeyeon y Tiffany estaban sólo a la habitación de a lado, pero Irene supo como persuadirla.

-¿Qué te dijo?- Joy salió de la ducha ya arreglada y secando su cabello con una secadora.

-¿Escuchaste?- Preguntó alarmada.

-Iba a salir cuando ella entró - Se encogió de hombros -Te dije que no debíamos tener o aqui-

-¿Te arrepientes entonces?- Contestó Irene divertida.

-N..no- Joy se sonrojo -Es sólo que no era el momento-

-Anoche no lucias tan convencida de ello cuando estabas debajo de mi- Irene se levantó llendo directamente a la ducha sin antes dejar un beso en su mejilla.

Joy suspiro mientras comenzaba a recoger el desorden.

***

 Seulgi soltó un bufido mientras se desplomaba en una de la sillas de la cafeteria -Ese era el último cliente- Aflojo el nudo en su corbata dejando la bandeja sobre la mesa.

-Vamos unnie..- Yeri se unió a ella sentándose en la silla de enfrente -Hoy nos pagan- Susurró divertida y Seulgi le regaló una sonrisa murmurando "Lo se" con los labios.

-Señoritas...- 

Yeri y Seulgi rápidamente se levantaron de sus asientos llendo hacia el mostrador con su jefe.

-Su paga de la semana, últimamente ha habido muchos clientes, así que tienen un...pequeño regalo- El hombre mayor rió. 

-Gracias- Dijeron ambas al unísono.

-Unnie, ¿qué tal si vamos a comprar algunas cosas antes de entrar a la universidad?- Sugirió Yeri pero la mayor hizo una mueca.

-Recuerda que debo pagarle a la señora Victoria...apenas he completado la mitad durante todo lo que estuvimos trabajando en vacaciones, no puedo gastar dinero del que no debo...- Contestó jugando con el sobre de papel en sus manos.

-Oh vamos unnie... Aún seguiremos trabajando los fines de semana aquí, por favor..- Rogó con aegyo.

-Esta bien- Suspiro resignada -Pero tu me vas a acompañar a hacer turnos extras durante los fines de semana- Apuntó a Yeri con su dedo índice y está sonrió más que feliz.

-¿Puedo ir con ustedes?- Mina de ahora cabello rubio hizo aparición entre las dos.

-¡Claro unnie!- Exclamó Yeri y Seulgi sonrió. -Espera...¿tu también irás a la universidad verdad? ¿En cuál estarás?-

-Korea University- Contestó con una sonrisa.

-También nostras- Seulgi sonrió igual -¿Por qué no lo habías dicho? Creíamos que regresarías a Japón o algo...- 

La chica se encogió de hombros -No lo se, nunca preguntaron- 

-Chicas, sigo aquí...- Su jefe habló y las chicas rieron -Yo me encargaré de cerrar la tienda, pueden irse-

-¡Gracias Seunbenim!-

***

-Oh...Seulgi~ssi- Mina de acercó a Seulgi una vez que está se había cambiado su uniforme y Seulgi guardaba el suyo en uno de los lockers. 

-¿Si?- 

-¿Puedo caminar contigo a casa? Mi casa queda cerca de ahí..-

-Claro- Seulgi sonrió -Vámonos-

-¿Qué? ¿De la maknae nadie se preocupa?- Yeri se quejó -Vaya unnies que tengo- Seulgi y Mina rieron y Seulgi tomó a Yeri de los hombros revolviendole el cabello mientras salian de su trabajo.

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-Otra vez...- Murmuró Wendy mientras veía a su padre ebrio tropezar con sus propios pies de nuevo.

Tomó sus pertenencias y comenzó a subir las escaleras ignorandolo.

-Oh Victoria...- Wendy se detuvo en seco al escuchar el nombre de su madre -¿Por qué?- El hombre de dejo caer en uno de los sillones mientras comenzaba a llorar -¿Por qué ella? ¿Por qué las mujeres? Yo te di todo...¡Todo!- Se levantó abruptamente lanzando la botella al suelo rompiéndose al instante.

Wendy se estremeció por el sonido pero siguió subiendo las escaleras.

Mañana era el primer día en una nueva escuela para Wendy, tenía todo listo, su horario, su ropa, pero en cuanto había cumplido su primer mes de nuevo en Canadá, algo estaba mal.

Su padre llegaba borracho casi todos los dias, Wendy se preocupaba mucho por el, evitaba que hiciera algo estúpido, lo cuidaba durante sus resacas, hasta que se fue acostumbrando a tal trato. Sin embargo, ella no podía hacer nada, odiaba admitir que se estaba volviendo en una rutina, y no quería que fuera así.

Incluso el hombre había tratado de buscarle una pareja a su hija poniendola en una cita con el hijo de uno de sus compañeros de su nuevo trabajo.

Alto, cuerpo voluptoso, rubio y ojos azules. No, era el típico cliché de chico que te encuentras por ahí, y aunque a Wendy le gustarán los chicos (Cosa que no era asi) definitivamente no saldría con alguien así.

En su mente aún rondaba la chica de cabello negro que estaba tratando de dejar atrás por su bien. La chica entraría a la universidad con sus amigas, conocería nuevas personas, chicos, chicas. 

¿A quién quería engañar? Por supuesto que no le parecía la idea de que Seulgi encontrará a alguien mas, tampoco le parecía el rumbo que su vida estaba llevando ¿Qué estaba haciendo exactamente?.

Su vida en Canadá no era feliz, no por tratar de complacer a su padre, si, necesitaba volver y almenos hablar con ella.

Hablar con Seulgi.