YO ANTES DE TI ( Versión TaeNy)

Please Subscribe to read further chapters

Description

Tiffany Hwang sabe muchas cosas. Sabe cuántos pasos hay entre la parada del autobús y su casa. Sabe que le gusta trabajar en el café The Buttered Bun y sabe que quizá no quiera a su novia Sooyoung. Lo que Tiffany no sabe es que está a punto de perder su trabajo o que son sus pequeñas rutinas las que la mantienen en su sano juicio. Kim Taeyeon sabe que un accidente de moto se llevó sus ganas de vivir. Sabe que ahora todo le parece insignificante y triste y sabe exactamente cómo va a ponerle fin. Lo que Taeyeon no sabe es que Tiffany está a punto de irrumpir en su mundo con una explosión de color. Y ninguna de las dos sabe que va a cambiar a la otra para siempre.

Yo antes de ti reúne a dos personas que no podrían tener menos en común en una novela conmovedoramente romántica con una pregunta: ¿qué decidirías cuando hacer feliz a la persona a la que amas significa también destrozarte el corazón?

Foreword

                                           Prólogo

 

2007

Cuando ella sale del baño la otra está despierta, recostada contra las almohadas, hojeando los folletos de viaje que había junto a la cama. Viste una de las blusas de la chica y su larga melena enmarañada evoca imágenes de la noche anterior. La chica se queda ahí, disfrutando de ese breve recuerdo, mientras se seca el pelo con una toalla.

La otra alza la vista del folleto y hace un mohín. Es tal vez un poco demasiado mayor para hacer mohínes, pero llevan saliendo tan poco tiempo que aún resulta encantador.

—¿De verdad tenemos que hacer senderismo por las montañas o lanzarnos por barrancos? Son las primeras vacaciones de verdad que pasamos juntas y aquí no hay ni un solo viaje, literalmente, que no implique arrojarse de algún lugar o... —finge que la recorre un escalofrío—, o llevar forro polar.

Tira los folletos sobre la cama y estira unos brazos color caramelo sobre la cabeza. Tiene la voz ronca, legado de esas horas de sueño perdidas.

 

—¿Qué tal un balneario de lujo en Bali? Podríamos tumbarnos sobre la arena..., pasar las horas como reinas..., noches largas y relajantes.

—Soy incompatible con ese tipo de vacaciones. Necesito hacer algo.

—Como lanzarte de un avión.

—No lo descartes hasta haberlo probado.

Ella hace una mueca.

—Si no te importa, creo que voy a seguir descartándolo.

La blusa de la chica está ligeramente húmeda contra la piel. Se pasa un peine por el pelo y enciende el teléfono móvil; se le crispa el rostro al ver la lista de mensajes que la asaltan desde esa pantalla diminuta.

—Vale —dice—. Tengo que irme. Desayuna lo que quieras. —Se apoya en la cama para besarla. El aroma de la otra es cálido y fragante y muy sensual. Lo respira en su nuca y por un momento se olvida de lo que estaba pensando cuando  le pasa los brazos alrededor del cuello y tira de ella hacia la cama.

—¿Aún está en pie lo del fin de semana?

La chica se desprende de los brazos de la otra de mala gana.

—Depende de lo que pase con este trato. Ahora mismo está todo un poco en el aire. Todavía existe la posibilidad de que tenga que ir a Nueva York. De todos modos, ¿una buena cena este jueves? Tú escoges el restaurante. —La cazadora de cuero de motorista cuelga de la puerta y la chica la agarra.

La otra entrecierra los ojos.

—Cena. ¿Con o sin el señor BlackBerry?

—¿Qué?

—El señor BlackBerry me hace sentir la señorita Blackberrinche. —Una vez más, el mohín—. Es como si hubiera siempre una tercera persona tratando de acaparar tu atención.

—Lo pondré en silencio.

—¡Kim Taeyeon! —le regaña la otra—. Tiene que haber momentos en que puedas apagarlo.

—Lo apagué anoche, ¿no?

—Solo bajo coacción extrema.

Taeyeon sonríe.

—¿Así se dice ahora? —Se pone los pantalones de cuero. Y el dominio de Juniel sobre su imaginación al fin cesa. Se echa la cazadora al brazo y le manda un beso al salir.

Hay veintidós mensajes en su BlackBerry, el primero de los cuales llegó de Nueva York a las 3.42 de la mañana. Algún problema legal. Baja en ascensor al garaje mientras intenta ponerse al día con las noticias de la noche.

—Buenos días, señorita Kim.

El guarda de seguridad sale de un cubículo que ofrece protección contra la intemperie, aunque en el garaje no hay necesidad de refugiarse de las inclemencias del tiempo. A veces Taeyeon se pregunta qué hará el guarda ahí abajo durante la madrugada, mirando la televisión de circuito cerrado y los parachoques resplandecientes de esos automóviles de sesenta mil libras que nunca están sucios.

Taeyeon se enfunda la cazadora.

—¿Cómo va todo, Kangin?

—Terrible. Llueve a cántaros.

Taeyeon se detiene.

—¿De verdad? ¿No hace día para ir en moto?

Kangin niega con la cabeza.

—No, señorita. A menos que tenga un compartimento hinchable. O que desee morir.

Taeyeon se queda mirando la moto, tras lo cual se desprende de las prendas de cuero. A pesar de lo que piense Juniel, no es dado a asumir riesgos innecesarios. Abre el baúl de la moto y guarda la ropa, lo cierra y arroja las llaves a Kangin, quien las atrapa al vuelo con una mano.

—Mételas bajo la puerta, ¿vale?

—Cómo no. ¿Quiere que le llame un taxi?

—No. No tiene sentido que nos empapemos los dos.

Kangin pulsa el botón que abre la reja automática y Taeyeon sale, con la mano levantada para darle las gracias. A su alrededor, el comienzo de la mañana es lóbrego y tormentoso, y el tráfico de Londres ya es lento y denso a pesar de que son solo las siete y media. Se sube el cuello y avanza a zancadas por la calle hacia el cruce, donde es más probable encontrar un taxi. Las calles están resbaladizas por el agua y una luz grisácea brilla en el reflejo de las aceras.

Maldice entre dientes al ver a otras personas trajeadas de pie al borde de la acera. ¿Desde cuándo madrugan tanto todos los londinenses? Todo el mundo ha tenido la misma idea.

Mientras se pregunta dónde debería situarse, suena el teléfono. Es Heechul.

—Voy de camino. Estoy intentando tomar un taxi. —Ve un taxi con una luz naranja que se aproxima por el otro lado de la calle y comienza a acercarse a él a zancadas, con la esperanza de que nadie más lo haya visto. Un autobús pasa ruidoso, seguido de un camión cuyos frenos chirrían y le impiden oír las palabras de Heechul.

—No te oigo, Heechul —grita contra el ruido del tráfico—. Dilo otra vez. —Perdida por un momento en la isla, con el tráfico que la rodea igual que una corriente, ve la luz naranja que resplandece y levanta la mano libre, con la esperanza de que el taxista la vea en medio de esa lluvia torrencial.

—Tienes que llamar a Leeteuk, a Nueva York. Aún está despierto, esperándote. Intentamos hablar contigo anoche.

—¿Cuál es el problema?

—Un barullo legal. Dos cláusulas en las que están atascados bajo la sección..., firmas..., papeles. —Su voz se pierde por un coche que pasa, y cuyas ruedas rechinan en el asfalto mojado.

—No te he entendido.

El taxista la ha visto. Reduce la marcha y lanza un buen chorro de agua al detenerse al otro lado de la calle. Taeyeon observa al hombre cuya breve carrera se interrumpe con gesto decepcionado al comprobar que Taeyeon va a llegar antes que él. Siente una secreta sensación de triunfo.

—Mira, que Joy tenga todo el papeleo listo en mi escritorio —grita—. Llego en diez minutos.

Echa un vistazo a ambos lados y agacha la cabeza al correr los últimos pasos hacia el taxi, al otro lado de la calle, con la palabra «Blackfriars» ya en los labios. Va a estar empapada cuando llegue al despacho, a pesar de la poca distancia que ha caminado. Tal vez tenga que enviar a su secretaria en busca de otra blusa.

—Y necesitamos resolver esta diligencia antes de que llegue Jonghyun...

Echa un vistazo al oír un ruido estridente, el grosero bramido de un claxon. Ve el lado del taxi negro y reluciente frente a ella, al taxista, que ya baja la ventanilla, y, en los confines de su campo visual, algo que no comprende del todo, algo que se aproxima a ella a una velocidad imposible.

Se gira hacia el ruido y en ese instante fugaz se da cuenta de que está en su camino, que no hay manera de salir de su trayectoria. Su mano se abre sorprendida, dejando que la BlackBerry caiga al suelo. Oye un grito, que tal vez sea suyo. Lo último que ve es un guante de cuero, una cara bajo el casco, un asombro en los

 ojos del hombre que refleja su propio asombro. Hay una explosión mientras todo estalla en fragmentos.

 

Y luego no hay nada.

Comments

You must be logged in to comment
skincrisday #1
Chapter 17: Esta historia esta muy linda, pero este es el final?
jcamila #2
Chapter 17: Me encanta esta historia
gea_ly
#3
Chapter 17: cambia el final siiiii!
2597611 #4
Chapter 17: También la amo !!
Karen-14213
#5
Chapter 17: Como amo esta adaptación x2
ditaange
#6
Chapter 16: Ah! Como amo esta adaptación
ditaange
#7
Chapter 16: Ah! Como amo esta adaptación
Karen-14213
#8
Chapter 16: Debo admitir que por este fic estoy retrasando mis ganas de ver la historia original xD
Good Work!
taeny39
#9
Chapter 16: Yah SooYoung se va a llevar a Tiffany con ella. Y TaeYeon es un ángel.
Karen-14213
#10
Chapter 15: Hay... Taeyeon...te amo <3