Las lágrimas descendían por sus mejillas, corrió hasta llegar a su madre para desahogarse.

 “No quiero que se vaya, la quiero demasiado mami”

“Yo lo sé pero no puede quedarse, su familia va a mudarse” atino a abrazarla y sobar su espalda.

“Si puede quedarse, en nuestra casa, conmigo”

Nunca le había negado algo en la vida a su pequeña hija, sin embargo en esta ocasión nada podía hacer.

Cuando eres niño no comprendes muchas cosas, conforme vas creciendo lo entiendes, aun así, sueles fingir o bloqueas tu visión.

Una primera despedida entre lágrimas.

“Volveré, lo prometo”

Una segunda. . . ¿Por qué no?

-¿Tres años? ¿Hablas enserio? –Elevo la voz, la sorpresa no cabía en ella, su chica se veía decidida.

-Es importante para mí.

-Entiendo esa parte. –Asintió y su mirada demostraba confusión. -¿Nosotras?

Desvió la mirada llenándola de miedo, devolviéndole ese temor de perder a alguien importante.

-¡Es que no piensas responder! –Tendía a elevar la voz demasiado cuando estaba nerviosa, cuando sus emociones se salían de control.

-Eres el amor de mi vida. –Fue tan sincero que la hizo llorar. . .

“En tres años regresare y nos encontraremos en nuestro lugar, solo tres años. . . LO PROMETO”

Entrar a la tienda de vestidos de novia y no ser ella quien se casara ya era un golpe duro, peor fue cuando vio a su querida amiga en un vestido que le quedaba a la perfección, podía notar lo hermosa que se veía y le fue inevitable omitir ese sentimiento que oprimía su pecho de manera profunda, más dolor.

Se le había ido y no regresaría a sus brazos. . . Por primera vez desistió y tuvo que fingir su mejor cara, sonreír y seguir como si nada.

El día de la boda, despertó con la idea de recuperar el ánimo, no podía hundirse, esos momentos no significaban nada, ella regresaría a su lado.  

¿Por qué dejarse vencer por la depresión? ¿Por qué rendirse? ¿Por qué dejo de confiar?

¿Fue solo un momento de crisis o en verdad estaba llegando a su límite?

Eligio lo primero, el momento de crisis, así que se levantó y se preparó para aquella boda.

Su destino estaba por cambiar aunque ella aun no lo supiera ni tuviera idea de cuánto tendría que pasar antes de que pudiera sonreír de verdad. . .

Recuérdalo, deberías saber dónde quieres estar y donde has estado:

“Mejor que sepas a dónde vas y de dónde eres”